Una escultura del presidente más reconocido de la II República, Manuel Azaña, puede ser contemplada desde este martes en el Congreso, en el Vestíbulo de Isabel II, uno de los lugares más simbólicos del edificio. A primera hora de la mañana tuvo lugar en este mismo emplazamiento el acto oficial de recepción de esta obra, creada por el artista Evaristo Bellotti y donada por Izquierda Republicana. La ceremonia fue presidida por José Bono y asistieron miembros de la dirección de la formación republicana integrada en Izquierda Unida, así como su diputado por Asturias, Gaspar Llamazares, que promovió la pasada legislatura la colocación de la estatua, además de distintos invitados.
Tras la ceremonia, Llamazares destacó que el Parlamento debía un homenaje y reconocimiento a Manuel Azaña y que, aunque éste llega “muy tarde” después de cerca de 35 años de periodo democrático en nuestro país, el acto celebrado hoy “se ha hecho bien” y culmina con “una obra magnífica, colocada en un lugar muy digno del Congreso”.
Sobre la posibilidad de que una vez que el PP ocupe la presidencia del Congreso y cope los puestos de la Mesa de la Cámara Baja pueda decidir cambiar la ubicación de la escultura, el parlamentario de IU mostró su confianza en que “nadie va a modificar una decisión” en la que “coincidirían todos los españoles”.
Durante el acto intervino el propio escultor, Evaristo Belloti, que recordó la figura de Azaña como la del más “relevante político, orador, parlamentario y estadista” del siglo XX en nuestro país.
El presidente del Congreso, José Bono, destacó que el lugar escogido es preferente porque Azaña fue jefe de Estado, al igual que Isabel II que da nombre a la sala y que ambos murieron en el exilio. Advirtió contra cualquier intento futuro de desplazar la escultura, ya que “no tendría ningún sentido exiliar otra vez a Azaña por los motivos que se quisiesen inventar”.
Tras la ceremonia, Llamazares destacó que el Parlamento debía un homenaje y reconocimiento a Manuel Azaña y que, aunque éste llega “muy tarde” después de cerca de 35 años de periodo democrático en nuestro país, el acto celebrado hoy “se ha hecho bien” y culmina con “una obra magnífica, colocada en un lugar muy digno del Congreso”.
Sobre la posibilidad de que una vez que el PP ocupe la presidencia del Congreso y cope los puestos de la Mesa de la Cámara Baja pueda decidir cambiar la ubicación de la escultura, el parlamentario de IU mostró su confianza en que “nadie va a modificar una decisión” en la que “coincidirían todos los españoles”.
Durante el acto intervino el propio escultor, Evaristo Belloti, que recordó la figura de Azaña como la del más “relevante político, orador, parlamentario y estadista” del siglo XX en nuestro país.
El presidente del Congreso, José Bono, destacó que el lugar escogido es preferente porque Azaña fue jefe de Estado, al igual que Isabel II que da nombre a la sala y que ambos murieron en el exilio. Advirtió contra cualquier intento futuro de desplazar la escultura, ya que “no tendría ningún sentido exiliar otra vez a Azaña por los motivos que se quisiesen inventar”.
