La Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (UNODC) apoya un proyecto de reintegración a la sociedad de mujeres afganas que han estado prisioneras. La iniciativa del gobierno y una ONG de Afganistán cuenta con dos casas de transición para las mujeres recién salidas de la cárcel en Kabul y Mazar-i-Sharif. Las llamadas “Casas de la Esperanza” pueden alojar hasta 25 mujeres y niños.
En esos hogares las mujeres aprenden a leer y escribir, además de tomar clases de aritmética y derechos de género, y recibir capacitación para el trabajo y diversos aspectos de la vida diaria, que incluyen la educación de los niños.
Las residencias también proveen tratamientos para las adictas a las drogas, cuidados de salud, asesoramiento familiar y mediación de conflictos.
Las mujeres que han estado presas en Afganistán a menudo no tienen a dónde ir y, junto con sus hijos, afrontan el rechazo de sus comunidades y familias.
Según datos oficiales, unas 600 mujeres se encuentran prisioneras en las cárceles de Afganistán, acompañadas por más de 280 niños.
En esos hogares las mujeres aprenden a leer y escribir, además de tomar clases de aritmética y derechos de género, y recibir capacitación para el trabajo y diversos aspectos de la vida diaria, que incluyen la educación de los niños.
Las residencias también proveen tratamientos para las adictas a las drogas, cuidados de salud, asesoramiento familiar y mediación de conflictos.
Las mujeres que han estado presas en Afganistán a menudo no tienen a dónde ir y, junto con sus hijos, afrontan el rechazo de sus comunidades y familias.
Según datos oficiales, unas 600 mujeres se encuentran prisioneras en las cárceles de Afganistán, acompañadas por más de 280 niños.
