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Mali: AI pide que se investiguen las desapariciones, los homicidios y la tortura de opositores a la Junta Militar

"Malí debe evitar su deslizamiento hacia una situación de caos en materia de derechos humanos y abrir investigaciones sobre decenas de casos de desaparición forzada, homicidio extrajudicial y tortura", señala la organización Amnistía Internacional.
En un informe publicado hoy tras una visita de investigación a Malí de 10 días de duración realizada en julio de 2012, Amnistía Internacional detalla los brutales abusos cometidos por soldados leales a la Junta Militar contra soldados y agentes de policía implicados en un intento de contragolpe el 30 de abril de 2012.
AI



En los días siguientes al intento de contragolpe, decenas de soldados fueron detenidos y conducidos al campamento militar de Kati, 20 kilómetros al norte de Bamako, la capital. Estuvieron más de 40 días recluidos en penosas condiciones y fueron sometidos a tortura y abusos sexuales. A 21 detenidos los sacaron de noche de sus celdas y desde entonces no se los ha vuelto a ver.

“Las autoridades malienses tienen la obligación de investigar todos los casos que hemos documentado. “Los responsables de estos brutales intentos de vengar el intento de contragolpe deben rendir cuentas por sus actos” manifestó Gaetan Mootoo, investigador de Amnistía Internacional sobre África Occidental.



“Estos actos vengativos son una burla de las obligaciones internacionales de Malí en materia de derechos humanos; deben tomarse medidas para garantizar que la Junta Militar no sigue actuando con impunidad”.

En el informe de Amnistía Internacional se detalla la desaparición forzada de al menos 21 personas identificadas, que fueron secuestradas de la celda en la que permanecían la noche del 2 al 3 de mayo.


Uno de los compañeros de celda de estos detenidos desaparecidos contó lo siguiente a Amnistía Internacional:

“Alrededor de las dos de la madrugada se abrió la puerta de nuestra celda. Los guardias de la prisión empezaron a leer una lista desde la puerta. Uno a uno fueron saliendo los soldados nombrados. Desde esa fecha no hemos vuelto a ver a nuestros compañeros de celda”.


A Amnistía Internacional le preocupa también lo sucedido a varios soldados que estaban recibiendo tratamiento por sus heridas en el hospital Gabriel Touré, en Bamako, y que fueron secuestrados por la Junta Militar el 1 de mayo. Pese a sus peticiones, Amnistía Internacional no ha obtenido la lista de estos soldados ni ha podido establecer su paradero.

Los detenidos en el campamento militar de Kati describieron condiciones inhumanas y degradantes, como el hacinamiento de 80 reclusos –que sólo llevaban ropa interior– en una celda de cinco metros cuadrados. Los detenidos tenían que hacer sus necesidades en una bolsa de plástico, y los primeros días de su reclusión no recibieron ningún alimento. A algunos se los llevaban periódicamente de su celda para someterlos a golpes e interrogatorios.

Un preso describió así la tortura que le habían aplicado para que hiciera una confesión:
“Nos dijeron que admitiéramos que habíamos intentado llevar a cabo un golpe de Estado. Nos obligaron a tumbarnos boca abajo, nos ataron las manos a la espalda y luego ataron la cuerda a los pies. Uno de ellos nos metió trapos en la boca usando un palo. No podíamos hablar, y menos gritar. Nos quemaron el cuerpo con cigarrillos, uno de ellos apagó uno en mi oído”.

En algunos casos, los detenidos de Kati fueron sometidos a abusos sexuales. Un agente de policía explicó:

“Éramos cuatro; nos ordenaron que nos desnudáramos por completo y que practicáramos sodomía entre nosotros o nos ejecutarían [...] Mientras lo hacíamos, los guardias nos gritaban que lo hiciéramos más fuerte”.

En 2009, Malí ratificó la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas y por tanto está obligado por el derecho internacional a comunicar de inmediato el paradero de todos los soldados y agentes de policía que desaparecieron en la campaña represiva que sucedió al fallido intento de contragolpe. En el informe de Amnistía Internacional se incluye una lista con los nombres.

“El gobierno de transición de Malí no está cumpliendo con su obligación de proteger los derechos humanos de sus ciudadanos, es inaceptable que continúe esta situación de desgobierno” ha afirmado Gaetan Mootoo.

“Las autoridades judiciales malienses deben abrir de inmediato una investigación sobre unos hechos de tal gravedad y restablecer la estabilidad en un país que en los últimos seis meses ha sufrido lo indecible”.


    Todos los detenidos (17 agentes de policía y 33 soldados) entrevistados por Amnistía Internacional fueron detenidos tras el intento de contragolpe del 30 de abril y actualmente están recluidos en centros de detención oficiales.

    El contragolpe del 30 de abril enfrentó a los paracaidistas, conocidos como “boinas rojas”, simpatizantes del ex presidente Turé, con los “boinas verdes”, soldados que apoyaban el golpe del capitán Sanogo.

    La represión tras este contragolpe de Estado fue más violenta si cabe debido a que los soldados detenidos no fueron recluidos en un centro de detención oficial sino en el campamento de Kati, cuartel general de la Junta Militar, en manos de los mismos soldados a los que se habían enfrentado.




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