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Terroristas de la palabra

OPINIÓN de Pura María garcía.-

La calle derriba el régimen ucranio

Venezuela sigue ocultando los hechos que rodearon la muerte de Chávez.

ABC dio la cobertura más amplia sobre el cáncer de Chávez y las tropelías de Maduro

Maduro se rodea de cubanos y argentinos

El esplendor petrolero que tuvo Hugo Chávez no brilla igual con Maduro

Maduro convierte el legado de Chávez en una ruina económica

Ayudar a Ucrania, así no

El imperio de Putin

Rajoy defiende ante Lavrov la integridad territorial de Ucrania

Ucrania se debate entre la partición o la guerra

Son 10 titulares que podemos leer, con textos e información repetida hasta la saciedad (y la suciedad de lo intencionadamente subjetivo y falso) en los massmedia que actúan sobre nuestro pensamiento. Son muestras de las descargas, más o menos sutiles, que están incluidas en tratamiento electro convulsivo que a diario nos aplica el sistema.

La realidad impuesta por él sigue idéntico protocolo que los psiquiatras observaban para aplicar electroshocks, una práctica de la que creemos, ingenuamente, habernos liberado como masa social. Fueron prácticas de tortura, sin más eufemismos. Los psiquiatras en forma engañosa cubrían estos procedimientos con legitimidad médica: el escenario del hospital, asistentes vestidos de blanco, anestésicos, drogas que paralizaban los músculos y equipos de sofisticada apariencia.

Comparar las descargas eléctricas, en forma de artículos y mensajes que se expanden como una epidemia de palabras e imágenes mentales que calan en el cerebro de la masa, con la tarea de periodistas, muchos, y tertulianos, muchísimos, no es una simple metáfora. Culpabilizamos y responsabilizamos a políticos y trileros de las finanzas de nuestra miseria, individual y social, y de la perdida encubierta de la inmensa mayoría de nuestros más elementales derechos. Y lo son, indiscutiblemente, pero nos falta incluir en esa lista a los terroristas de la palabra y del micrófono.

Los psiquiatras en forma engañosa cubrían la aplicación de electroshocks con legitimidad médica y un serio escenario: el hospital. Los terroristas de la palabra cubren las mentiras, exageraciones y subjetividad con la legitimidad de un periódico o de un programa televisivo o radiofónico. Lo que dicen, lo que afirman sin titubeos, y sin contrastar en la mayoría de los casos, alimenta el pensamiento de quienes les otorgan, con el peligro de su inconsciencia, la potestad de construir la realidad por nosotros y para nosotros. Lo que dicen cimenta mentiras, crea monstruos o beatifica, aniquila toda capacidad de pensamiento reflexivo, iguala lo ilegitimo a lo ético. Los terroristas de la palabra tejen una maraña en la que nos vamos viendo atrapados, establecen sutilmente lo que es aceptable y lo que no. Van modelando nuestras emociones y ensanchando la cruceta con la que el poder nos maneja. Ellos son otra forma de soberbia, también nos manipulan, dictan a golpe de aseveración cuál ha de ser nuestro umbral colectivo de resistencia, de aguante, de hambre y de necesidades. Y uno a otro, con un eco absolutamente dañino repiten la consigna, equivocada, del terrorista precedente y encadenan mentiras e imágenes mentales que hace buenos a sus buenos y malos a sus demonios. Y, lo que es peor, están logrando que hayamos caído en la trampa de escucharles, darles crédito y entornemos los ojos, hundiéndonos en la realidad más próxima sin aspirar a mirar más allá. Drogados con su construcción partidista del mundo ya ni siquiera reflexionamos por lo que sucede a esa parte del TODOS que está más allá de lo que nos infecta. No existen las demás guerras, no existen las torturas, no existen los problemas que no sea la realidad terca y reducida, absolutamente corrupta, que tienes los límites del país de los voceros. Han conseguido que permanezcamos inmutables, o nos importe mínimamente, comparado con lo que debería importarnos, ante la mentira mediática de esa supuesta democracia en Ucrania, “esponsorizada” y planificada desde hace mucho tiempo por Estados Unidos. Han conseguido que no dudemos en demonizar a Cuba, que no titubeemos antes de afirmar, coro de ciegos, que en Venezuela, los buenos son los buenos que señala Estados Unidos y los terroristas de la palabra.

Han logrado, en suma, disgregar nuestra visión del mundo y los problemas, disgregar por tanto toda iniciativa de resistencia, de disentir, reaccionar y actuar.

Uno de los incontables ejemplos de terrorismo de la palabra podía leerse en una de las plataformas en las que se narra con parcialidad, y en muchos casos con tendenciosidad, para (de)construir la realidad como es el diario EL PAÍS.El título del artículo, bajo el epígrafe ampuloso, soberbio y desmedido de la sección, EL OBSERVADOR GLOBAL, era ¿Qué está en juego en Venezuela? Lo firmaba Moisés Naim.

Acudí a su lectura con el propósito, ya convertido en costumbre, de mirar la realidad desde ventanas variadas, diferentes, lo más múltiples posibles. Encontré no solo más de lo mismo, terrorismo dirigido a disfrazar la realidad y modelarla, sino más de lo peor. El articulista, en un acto en el que subyacen, a partes iguales, la irresponsabilidad y la subjetividad, escribe aseveraciones que además de no estar basadas en datos objetivos, numéricos como mínimo, tienen la gravedad de ser generadoras, en los lectores, de una peligrosa desinformación, de un daño irreparable en el modo en que vivimos y sentimos, y reaccionamos o no, la realidad.

“(…)Para muchos, lo que está en juego en las calles llenas de jóvenes que protestan es un episodio más del ya largo enfrentamiento que quiere a los pobres y detesta a los Estados Unidos y una oposición que algunos periodistas suelen describir como “una clase media” que no logra ganar elecciones. Esta descripción es errónea. La mitad de los venezolanos están en contra del gobierno de maduro. Así lo demuestran todas las encuestas y los resultados electorales. A pesar de sus bien documentados abusos, trucos y trampas, el Gobierno gana elecciones “por un margen mínimo” (…) Esta es la mitad del país cuyos hijos están en las calles protestando contra un régimen que los reprime como si fueran un enemigo mortal (…)Representan la avanzada de una sociedad que ya no aguanta más a un régimen que lleva 15 años abusando del poder y cuyos resultados están a la vista: ha llevado a Venezuela a ser el campeón del mundo en inflación, homicidios, inseguridad ciudadana y desabastecimiento de bienes indispensables –de leche para los niños a leche para los diabéticos-.Todo esto (…) y de que el Gobierno detenta el control absoluto del Estado. (…) Y los catastróficos resultados de su gestión están a la vista (…) Sorprendente e inadvertidamente, las luchas y sacrificios de los jóvenes venezolanos podrían tener consecuencias más allá de su país. Enfrentar al gobierno de Maduro es enfrentar a la grotesca influencia de Cuba en Venezuela. Sin la inmensa ayuda de Venezuela, la economía cubana ya habría colapsado. Ello aceleraría el cambio de régimen en la isla. No hay mayor prioridad para los Castro que tener en Venezuela a un gobierno que continué apoyándoles. Y como sabemos, el gobierno cubano tiene décadas de experiencia en el manejo de un estado policial represivo y experto en la manipulación política y la “neutralización física” o moral de sus opositores. Es difícil imaginar que estas tecnologías cubanas no hayan sido exportadas a Venezuela. O a otros países de América latina. Pero Cuba no solo exporta técnicas represivas. También exporta malas ideas políticas y económicas (…)

El artículo, como puede deducirse, es un manual de objetividad, rigor e imparcialidad, un alarde de voluntad por informar, describir, sin permitir que el filtro de la subjetividad personal, y las paranoias, fobias y filias que todos tenemos pero que el informador ha de domesticar con habilidad… ¿o no? Imaginemos qué realidad construyen por nosotros esta sarta de exageraciones, imprecisiones, generalizaciones y apreciaciones subjetivas, cuando menos. Los malos siguen siendo los mismos, sus malos. Los buenos, son impuestos, también en exacta réplica a sus filias o agradecimientos varios.

Señor Naím, ¿no se habrá confundido usted y en lugar de Cuba habrá querido decir Estados Unidos? ¿no estará refiriéndose, al describir a ese gobierno que todo lo controla, represor, truculento y manipulador, al gobierno de Hispañistán?

Señor Naím, el terrorismo de la palabra no deja un rastro sangriento, pero no por eso es menos peligroso. Infórmese antes de hablar/escribir, mire a través de ventanas distintas, diversas, múltiples y luego, si quiere, ESCRIBA, DESCRIBA, SIN MANIPULAR:

Los logros de Hugo Chávez y la revolución bolivariana

Siete respuestas sobre la oposición y el fascismo en Venezuela

Drones mediáticos contra Venezuela

La ciberguerra potencia la guerra informativa


Permítanos, señor NAÍM, que releamos los titulares

La calle derriba el régimen ucranio

(¿La calle o la democracia esponsorizada por el imperialismo yanqui y aliados?)

Venezuela sigue ocultando los hechos que rodearon la muerte de Chávez.

(¿A qué hechos se refieren? ¿Por qué si ellos lo saben no los exponen?

ABC dio la cobertura más amplia sobre el cáncer de Chávez y las tropelías de Maduro

(¿ABC tiene un detector de tropelías? ¿Por qué no lo enfocan a Hispañistán y sus venerados diosecillos Peperos?)

Maduro se rodea de cubanos y argentinos

(¿Cubanos y argentinos? ¿Y? ¿Son apestados? ¡Viva “la tolerancia de los demócratas habitantes del mundo no-tercero !)

El esplendor petrolero que tuvo Hugo Chávez no brilla igual con Maduro

(Curioso: mientras vivía Hugo Chávez, los que ahora parecen medioensalzarlo, no abrieron la boca para valorar positivamente nada relacionado con él)

Maduro convierte el legado de Chávez en una ruina económica

Ayudar a Ucrania, así no

(Claro, ayudar sí pero si hay beneficio. Versión demócrata de la palabra SOLIDARIDAD)

El imperio de Putin

(Y del imperio-alismo yanqui…¿ni una palabra?)

Rajoy defiende ante Lavrov la integridad territorial de Ucrania

(¿Se refiere al señor que vive en el plasma, en un universo paralelo a la realidad de ese país que (des)gobierna y sobre el que jamás se pronuncia?

Ucrania se debate entre la partición o la guerra

(¿Ramalazo de adeptos de la secta cospedaliana de “o el PP o la nada?


*lamoscaroja.wordpress.com




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