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Algunas chapuzas electorales europeas que quizás no conozcan

OPINIÓN de Pascual Serrano.- Los europeos nos pasamos el tiempo sancionando la validez o el fraude de las elecciones que se van celebrando por todo el mundo. Para nosotros es impensable que ningún país u organización de otro continente pueda objetar nada sobre nuestros procesos electorales y, menos todavía, poner en duda su limpieza. Por ello las noticias que dejan en evidencia las deficiencias de nuestros sistemas electorales son sistemáticamente ignoradas. Sin embargo en las pasadas elecciones europeas era técnicamente posible que algunos ciudadanos pudieran votar dos veces aunque, evidentemente estuviese prohibido. Esto sucede porque muchos europeos gozan de la nacionalidad de más de un país de la UE y disponen de diferentes pasaportes perfectamente válidos. Esto les abre la posibilidad de poder votar más de una vez en unos mismos comicios, o presentarse en candidaturas en más de un país, aunque la ley lo prohíba.

Según señalaba señalaba un reportaje de Eldiario.es, “el problema está en la falta de regulación en este sentido. Encontramos una referencia en la Directiva 93/109/CE, por la que se fijan las modalidades de ejercicio del sufragio activo y pasivo en las elecciones para el Parlamento Europeo por parte de los residentes en un país del que no sean nacionales. Establece que el comunitario podrá optar por cualquiera de los dos países, pero 'nadie podrá votar más de una vez en las mismas elecciones'. También fija que el país de origen 'adoptará las medidas adecuadas para evitar el voto doble y la candidatura doble de sus nacionales'. Pero nada dice de los que tienen más de una nacionalidad de la UE”.

Por otra parte, de los 1,72 millones de españoles residentes en el extranjero, sólo 79.000 solicitaron votar en los comicios europeos. Pero lo más grave es que ni la mitad lo consiguió pese a solicitar por escrito ejercer su derecho a participar en los comicios. La reforma legal de 2011 y la gestión administrativa del voto de los residentes españoles en el extranjero ha hecho que en los últimos comicios europeos sólo lograran enviar su papeleta 35.000 emigrantes frente a los 170.000 de 2009, según informó El Confidencial. Ese descenso de un 80% en la participación hace irrelevantes los datos para el recuento definitivo. Según este medio “las medidas tomadas en la reforma electoral de 2011 para garantizar con el “voto rogado” que cada papeleta correspondía a un ciudadano identificado previamente se han cumplido (ahora se requiere petición previa con DNI para poder votar), pero todo el procedimiento posterior ha fallado. La documentación no les llegó a tiempo, o luego los distintos servicios de correo implicados en el proceso no consiguieron que las papeletas llegaran a España antes del límite legal”.

Hasta ahora la administración electoral enviaba la documentación a todo ciudadano que tenía registrado en el extranjero, que sólo tenía después que enviar la papeleta de voto. Cualquiera podía enviar ese voto sin necesidad de identificarse.

Por si todo esto no fuera suficiente de la chapuza electoral, un mes antes de las elecciones, según el estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas, solo un 16,9% de los encuestados en España sabía la fecha de la elecciones europeas.

En conclusión, que no parece que ni los españoles ni los europeos estemos en condiciones de ir por el mundo extendiendo certificaciones de validez electoral como estamos haciendo.


*Pascual Serrano es periodista. Su último libro es La culpa es de los libros (Icaria)
Www.pascualserrano.net




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