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Personas refugiadas retornan a Somalia después de décadas en el exilio

"Dadaab ha sido un lugar seguro para los refugiados de Somalia, desde que fue establecido inicialmente en 1991, cuando estalló la guerra civil en Somalia. Planeado inicialmente para alojar alrededor de 90.000 refugiados, este complejo de cinco campamentos ha crecido dramáticamente a lo largo de los años, reflejando la realidad que se vivía al otro lado de la frontera"

•elmercuriodigital ▫ Alexandra Strand Holm, en Nairobi y Mogadiscio, (ACNUR) - El vuelo duró sólo una hora, pero para Fatuma, de 26 años, y los otros 115 refugiados somalíes a bordo, este fue el viaje de una vida.

Ellos vivieron en el exilio durante años, alojados en Dadaab, el campamento de refugiados más grande del mundo, ubicado en una remota esquina del noreste de Kenia.

El 5 de agosto de 2015 ellos regresaron a su país: Somalia. Fatuma regresó a la capital de Somalia, Mogadiscio, como madre, llevando consigo a Fardowsa, nacida en mayo de 2013 en el campamento de refugiados donde vivió durante tres años.

© ACNUR/ A.Nasrullah

Dadaab ha sido un lugar seguro para los refugiados de Somalia, desde que fue establecido inicialmente en 1991, cuando estalló la guerra civil en Somalia. Planeado inicialmente para alojar alrededor de 90.000 refugiados, este complejo de cinco campamentos ha crecido dramáticamente a lo largo de los años, reflejando la realidad que se vivía al otro lado de la frontera.

En Somalia un conflicto armado prolongado, agravado por las consecuencias desastres naturales recurrentes, han forzado a millones de personas a huir por su supervivencia y en busca de protección. Hoy en día la población de refugiados de Dadaab es constituida por 333.000 personas, en su gran mayoría procedentes de la vecina Somalia, un país en el cual más de un millón de personas continúan viviendo como desplazados.

Volver a casa, retornar a esos mismos lugares de Somalia desde donde los refugiados huyeron en el pasado, es una tendencia que se ha venido consolidando en los últimos tres años. Más de 60.000 desplazados internos han sido asistidos por el ACNUR y sus socios para retornar a sus áreas de origen desde mediados de 2012 y la repatriación voluntaria se ha intensificado desde que se acordó un plan para los retornos seguros, dignos y sostenibles, en 2013.

El Acuerdo Tripartito firmado en noviembre de 2013 entre el ACNUR y el Gobierno de Kenia y el de Somalia establece un marco para garantizar que la repatriación ocurra en el respeto de las condiciones de seguridad, dignidad y total voluntariedad.

Cerca de 2.600 refugiados somalíes decidieron dejar Kenia y retornar a sus áreas de origen en Somalia durante una Fase Piloto de siete meses, iniciada en diciembre de 2014, durante la cual el ACNUR brindó apoyo para la repatriación y la reintegración.

Fatuma y los 115 refugiados que llegaron en avión desde Dadaab son los primeros refugiados en retornar a Somalia desde que un nuevo y mejorado programa de repatriación fue avalado por la Comisión Tripartita el 29 de julio.

Desde las polvorientas llanuras de Dadaab volaron sobre las inestables áreas del sur y centro de Somalia, que no podían cruzar por carretera. Poco después el avión se preparó para aterrizar en Mogadiscio, sobre un hermoso tramo de costa, donde Somalia se encuentra con el Océano Índico.

Varios representantes del Gobierno somalí los estaban esperando, deseosos de encontrar y saludar a los retornados. Este vuelo organizado por el ACNUR le permitió a este pequeño grupo de ya antiguos refugiados regresar a su país, a pesar de la frágil situación de seguridad todavía existente en parte de Somalia. En el futuro, los retornos de refugiados continuarán principalmente por tierra, y solamente los más vulnerables serán trasladados por vía aérea desde Kenia a Somalia.

En Dadaab, Fatuma tenía un pequeño quiosco y ahora comenzará a buscar ayuda para abrir una tienda en Mogadiscio para ganarse la vida. Fatuma y su hija son afortunadas en tener una casa a donde regresar. Ellas se mudaron a la casa de su madre y su hermana y esperan que regrese su esposo, quien está en Sudáfrica. Otros retornados, especialmente aquellos que han estado fuera de Somalia por muchos años, a menudo necesitan comenzar de cero y reconstruir una base para su vida y medios de subsistencia.

El ACNUR apoya a los retornados a regresar y reintegrarse en sus áreas de origen, donde se está llevando a cabo un número creciente de proyectos de rehabilitación y desarrollo. El objetivo común de estos proyectos, implementados por agencias de la ONU en colaboración con las autoridades federales y regionales, es restablecer y crear acceso al agua, el saneamiento y otros servicios básicos. Sin embargo, para muchos refugiados la elección de retornar sigue siendo difícil, ya que el deseo de regresar a sus raíces es eclipsado por el temor a la inseguridad, los continuos enfrentamientos, y la falta de acceso al empleo, escuelas, hospitales y otros servicios esenciales, que todavía no han sido establecidos.

Mientras algunos -incluyendo a los Gobiernos de Kenia y Somalia- opinan que los retornados son parte de la solución en el proceso de rehabilitación y estabilización de Somalia, muchos refugiados en Kenia quieren ver condiciones más propicias en su país de origen ates de retornar.

A bordo del avión que llegó desde Dadaab también se encontraba Hureji Osman Siat, de 72 años. Ella no quería esperar más para regresar. Hureji Osman Siat estaba en el avión con su hija y varios nietos, uno de los cuales tienen una discapacidad física. En Dadaab ella estaba trabajando con Handicap International y dice que quiere seguir realizando un trabajo humanitario para ayudar a otras personas.

Hureji Osman Siat dejó Mogadiscio en 2008 y su casa estaba ubicada en una parte central de la ciudad. Ahora regresó sin saber dónde ella y el resto de su familia se establecerán. Muchos de sus parientes están todavía en Dadaab, pero Hureji Osman Siat dice que quiere contactar a sus antiguos vecinos para que los ayuden a encontrar un lugar donde quedarse.

Todo lo que lleva consigo son 20 kilos de equipaje y un corazón y una mente llenos de esperanza. “Soy feliz de estar de vuelta, incluso si tengo que dormir bajo de un árbol, porque retornar a Mogadiscio es lo que he estado pensando durante mucho tiempo”, dice.

*Gracias a la Voluntaria en Línea Mirtha Cantiano por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.




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