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Palestina en la prensa anglófona

The Guardian sigue excluyendo a los palestinos de sus páginas

Ben White.- El año pasado sobre estas fechas, hice una encuesta informativa acerca de cómo The Guardian cubría el asunto de Palestina e Israel en sus páginas de comentarios. Los resultados no fueron buenos.



De los 180 artículos de opinión sobre el tema publicados en la sección “Comentar es gratis” del periódico desde octubre de 2013 a noviembre de 2015 (incluyendo tanto artículos impresos como online, así como contenidos de TheObserver), tan sólo 20 fueron escritos por palestinos – un 15%.

Contrastando con esto, 39 de los artículos (28%) fueron escritos por israelíes, incluidos seis de oficiales del ejército o diplomáticos y cuatro de políticos de la oposición.

Las estadísticas nos lo dejan claro: The Guardian excluía a los palestinos de sus páginas de comentarios.

Toca hacer una actualización. Una vez más, he recopilado la base de datos de artículos de opinión publicados el año pasado (del 1 de diciembre de 2015 al 27 de noviembre de 2016) buscando tres etiquetas – ‘Israel‘, ‘Gaza‘ y ‘Territorio palestino‘ – que juntas recogen casi todos los artículos relevantes.

He excluido aquellos artículos que mencionaban a israelíes y/o palestinos, pero no eran el tema principal (incluidos artículos al respecto de la política australiana). Había también artículos que abordaban distintos aspectos del debate anti-sionista y antisemita. Hablaré de ellos por separado (más adelante).

Durante el último año, The Guardian ha publicado tan sólo 20 artículos de opinión referidos específicamente a israelíes y palestinos, lo cual, incluso antes de considerar por quién y sobre qué estaban escritos, refleja una reducción en la cobertura del tema en general.

Seis estaban escritos por palestinos: por un médico de Liverpool, Salim Hammad; un profesor británico, Ahmad Samih Khalidi; el israelí Yousef Jabareen; la cantante y ciudadana israelí Mira Awad; el embajador palestino en Reino Unido, Manuel Hassassian; y el director de la Campaña de Solidaridad con Palestina, Ben Jamal.

Cinco de los 20 artículos tenían como autor a israelíes judíos: los periodistas Dahlia Scheindlin, Mairav Zonszein y Anshel Pfeffer; el ex militar oficial Ami Ayalon; y el autor David Grossman. De los demás contribuyentes, el periodista de The Guardian Jonathan Freedland y el columnista Giles Fraser escribieron cada uno dos artículos.

Si de estos artículos se extrae alguna ‘conclusión’, es que la política israelí se inclina hacia la derecha, que las ONGs humanitarias y los israelíes liberales están bajo mucha presión; y de los dos Estados está cada vez más lejos. Todas estas contienen algo de verdad, claro, pero también son muy inadecuadas.

La cantidad y el enfoque de la cobertura de los comentarios tiene un sentido de la prioridad. Por ejemplo, en el último año, sólo se escribió un artículo de opinión acerca de cada uno de estos tres temas: la aceleración de la demolición de hogares palestinos por parte de Israel; los establecimientos; y los asesinatos extrajudiciales de palestinos realizados por las fuerzas israelíes.

A modo de comparación, se escribieron tres artículos acerca exclusivamente de la inclinación hacia la derecha de Israel (por Jonathan Freedland; la activista liberal sionista Hannah Weisfeld; y la periodista Mairav Zonszein).

Quizás la ausencia más instructiva en la cobertura de comentarios de The Guardian es la de las voces de los activistas y defensores de los derechos humanos palestinos en el terreno. Sorprendentemente, en el pasado año, The Guardian no publicó ni un sólo artículo de opinión de un palestino de la Cisjordania ocupada o en la franja de Gaza.

Este parece ser un problema más amplio para las publicaciones liberales y progresistas, y no sólo limitado a The Guardian. El pasado mayo, informé de cómo el último artículo escrito por un palestino en la sección de ‘Oriente Medio’ en la revista New Statesman databa del 25 de julio de 2014. Sigue siendo el caso.

Como mencioné antes, un problema aparte, pero relevante, es la cobertura en la página de comentarios de The Guardian de los recientes debates acerca del antisemitismo y el la izquierda, el anti sionismo y el partido laborista.

Conté 15 artículos que hablasen del tema en el último año, la mayoría repitiendo – o, al menos, ayudando a establecer – la historia de que el laborismo tiene una ‘crisis’ de anti semitismo. Esto, a menudo, implicaba manchar a los activistas solidarios en Palestina, e igualar el antisemitismo y el anti sionismo.

Entre estos artículos se encuentran uno del 18 de febrero describiendo a la “izquierda estudiantil de Oxford” como “institucionalmente antisemita”; la declaración de Howard Jacobson el 23 de octubre de que el sionismo nunca se describió como una “conquista [o] expansión colonial”; y dos artículos del escritor anti palestino Nick Cohen.

El 29 de abril, Jonathan Freedland reconstruyó su indecisa defensa de Nakba, mientras que, en el aniversario de Cable Street, The Guardian le dio una plataforma al embajador israelí para atacar al “antisemitismo de izquierdas, que se esconde detrás de la máscara del anti-sionismo”.

Compare esto con EE.UU. y el propio Israel, donde el debate y la oposición explícita respecto al sionismo ha aparecido en espacios como el Los Angeles Times (la supresión de la “crítica al sionismo” es una “censura catastrófica”); y en el periódico israelí 972mag (“Es 2016 – digámosle adiós al sionismo de una vez por todas”).

En abril, el New York Times dirigió una ‘Sala de Debate’ especial sobre el sionismo, que incluyó cinco artículos de opinión – incluyendo escritos de palestinos – en los que se expresaron varios puntos de vista – incluyendo “el anti sionismo puede y debería ser anti racismo” y “el sionismo justifica la discriminación y la opresión”.

En el último año, incluso el periódico israelí Haaretz ha publicado artículos con títulos como ‘No, el anti-sionismo no es anti semitismo’ y ‘Sionistas liberales, hemos perdido a los niños’, un artículo sobre cómo “la disociación radical de los adolescentes judíos de la diáspora con Israel” se debe a que “les avergüenza que se les relacione con el sionismo”.

Sin embargo, estos no son los puntos de vista que los editores de los comentarios de The Guardian parecen pensar que necesitan o quieren los lectores británicos. Como demuestra la ausencia de voces desde Cisjordania o Gaza, o la falta de una perspectiva palestina de los problemas críticos como el sionismo en las páginas de The Guardian, Palestina no es sólo una historia – y, cuando lo es, es una historia de Israel.




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