OPINIÓN de Teodoro Rentería Arróyave, México.- Ante las acechanzas del presidente electo de la gran potencia del norte, Donald Trump, que se están convirtiendo en realidades con las recientes amenazas a las trasnacionales estadounidenses no sólo para que no inviertan en México sino para que cancelen lo proyectado, se presenta la gran oportunidad para nuestro país de dejar de depender del imperialismo hegemónico.
La explicación es fácil y sencilla, prácticamente desde que terminó el régimen nacionalista del presidente Lázaro Cárdenas del Río, salvo honrosas excepciones como fueron las de los mandatarios Adolfo López Mareos y Luis Echeverría Álvarez, México ha sido un país dependiente del vecino avasallador.
Tal oprobiosa situación, ha llegado al grado de que nuestras decisiones políticas y económicas nos las ha dictado Washington. Esto es tan cierto, que nadie duda que la fallida alternancia del poder en nuestro país con la llegada de un ilustre desconocido pero a la vez un ignorante supino, Vicente Fox Quesada, fue ordenada desde los túneles del poder económico de los halcones, es decir, de los que verdaderamente mandan y gobiernan en Estados Unidos.
México está viviendo una de sus peores crisis de los últimos años por las políticas dictadas desde esos centros de poder: la baja en los precios del petróleo, las guerras intervencionistas en varias naciones de África, Asia y Oriente Medio y las propias políticas económicas.
Mientras armamos mitotitos con pequeños grupos que cierra vialidades y gasolineras que lo único que logran es perjudicar aún más a la ciudadanía, el cuasi dueño de la estafeta estadounidense ha empezado a operar sus decisiones contra nuestro país.
Ya hizo recular a la Ford para que cancele su inversión en San Luis Potosí, a tal grado que la trasnacional ya anunció que indemnizará a los accionistas mexicanos perjudicados, además, amenazó a la General Motors con grandes impuestos si continúa con su programa de inversiones en nuestra nación.
Revirtamos en positivas las decisiones populacheras del magnate gringo. Es la gran oportunidad para nuestro país, si nuestros gobernantes reaccionan ante estas actitudes racistas y segregacionistas de este sujeto que en 16 días se convertirá en el presidente 45 de Estados Unidos de América
Tenemos que tomar las decisiones correctas y voltear de inmediato a otros lugares del mundo: China, otros países de Asia y Europa, y por qué no, a los países hermanos de Latinoamérica y el Caribe.
Aprovechemos la gran oportunidad, antes no nos permitían ni ver de soslayo a las demás naciones inversoras, ahora el camino nos lo pavimenta el mismo Trump, sino nos beneficiamos de esta gran oportunidad, tendríamos que llegar a la conclusión de que por nuestros gobernantes sólo somos sumisos dependientes del imperio del norte.
La explicación es fácil y sencilla, prácticamente desde que terminó el régimen nacionalista del presidente Lázaro Cárdenas del Río, salvo honrosas excepciones como fueron las de los mandatarios Adolfo López Mareos y Luis Echeverría Álvarez, México ha sido un país dependiente del vecino avasallador.
Tal oprobiosa situación, ha llegado al grado de que nuestras decisiones políticas y económicas nos las ha dictado Washington. Esto es tan cierto, que nadie duda que la fallida alternancia del poder en nuestro país con la llegada de un ilustre desconocido pero a la vez un ignorante supino, Vicente Fox Quesada, fue ordenada desde los túneles del poder económico de los halcones, es decir, de los que verdaderamente mandan y gobiernan en Estados Unidos.
México está viviendo una de sus peores crisis de los últimos años por las políticas dictadas desde esos centros de poder: la baja en los precios del petróleo, las guerras intervencionistas en varias naciones de África, Asia y Oriente Medio y las propias políticas económicas.
Mientras armamos mitotitos con pequeños grupos que cierra vialidades y gasolineras que lo único que logran es perjudicar aún más a la ciudadanía, el cuasi dueño de la estafeta estadounidense ha empezado a operar sus decisiones contra nuestro país.
Ya hizo recular a la Ford para que cancele su inversión en San Luis Potosí, a tal grado que la trasnacional ya anunció que indemnizará a los accionistas mexicanos perjudicados, además, amenazó a la General Motors con grandes impuestos si continúa con su programa de inversiones en nuestra nación.
Revirtamos en positivas las decisiones populacheras del magnate gringo. Es la gran oportunidad para nuestro país, si nuestros gobernantes reaccionan ante estas actitudes racistas y segregacionistas de este sujeto que en 16 días se convertirá en el presidente 45 de Estados Unidos de América
Tenemos que tomar las decisiones correctas y voltear de inmediato a otros lugares del mundo: China, otros países de Asia y Europa, y por qué no, a los países hermanos de Latinoamérica y el Caribe.
Aprovechemos la gran oportunidad, antes no nos permitían ni ver de soslayo a las demás naciones inversoras, ahora el camino nos lo pavimenta el mismo Trump, sino nos beneficiamos de esta gran oportunidad, tendríamos que llegar a la conclusión de que por nuestros gobernantes sólo somos sumisos dependientes del imperio del norte.
