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El encanto de la revolución: Mélenchon, la gran apuesta de la izquierda francesa


Mélenchon propone llevar a cabo una revolución ciudadana, promete en su programa un aumento del gasto público, impuestos del 100% para los salarios más altos, servicios gratuitos, un incremento generalizado del poder adquisitivo para los sueldos más bajos y renegociar los tratados europeos y salir de la OTAN

El político de 65 años gana puntos con el encanto de la revolución, un mensaje que cala hondo y gana votos, en una Francia castigada económicamente


Atentado

Tras el ataque terrorista de los Campos Elíseos de París, el candidato de la izquierda, Jean-Luc Mélenchon, además de enviar “un mensaje emocionado” a los familiares del policía asesinado, se esforzó en asegurar que “los criminales no quedarán nunca impunes en este país”, y que tampoco se olvidará a sus cómplices.

Mélenchon, en cualquier caso, pidió a la población que no ceda al pánico y que no se interrumpa el “proceso democrático” de las elecciones.

América Latina

Melenchon propone reforzar vínculos con América Latina, y en particular con la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). El líder del movimiento Francia Insumisa subrayó la presencia del país en esa región a través de los departamentos de ultramar (Guayana, Guadalupe y Martinica). Así respondió a los ataques por parte de medios de comunicación y políticos rivales, que cuestionan su voluntad de acercamiento e inserción en el ALBA. Melenchon señaló que tal iniciativa no es una idea descabellada, pues Francia, a través de sus territorios de ultramar, ya es miembro asociado de mecanismos regionales de Latinoamérica.



El encanto de la revolución
Sebastian Kunigkeit. DPA.- El barco de la gran sorpresa de la campaña electoral presidencial francesa, Jean-Luc Mélenchon, se acerca por un canal en el noreste de París mientras una banda toca la canción comunista italiana "Bandiera rossa" ("Bandera roja"). En un costado un cartel reza: "La fuerza del pueblo". Cuando el candidato aparece en la cubierta, la gente corea desde la ribera: "¡Résistance, résistance!".

Al día siguiente, Mélenchon se multiplica desde Dijon gracias a la tecnología del holograma para llegar a unas 35.000 personas simultánea y virtualmente en Clermont-Ferrand, Grenoble, Montpellier, Nancy, Nantes e incluso en Reunión, la isla del océano Índico con estatus de departamento de ultramar francés.

Hace pocas semanas, Mélenchon apenas superaba el 10 por ciento de los apoyos en los sondeos. Sin embargo, actualmente se prevé que obtenga un 20 por ciento de los votos en la primera vuelta de las elecciones presidenciales que se celebrará el domingo, una diferencia mínima por detrás del liberal Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen, que se mantuvieron largo tiempo como claros favoritos. Por lo tanto, Mélenchon tiene auténticas posibilidades de llegar a la segunda vuelta.

El político de 65 años gana puntos con el encanto de la revolución, un mensaje que cala en una Francia castigada económicamente. "Mi enemiga es la oligarquía", dice el candidato, que también recibe el apoyo de los comunistas.

Quiere transformar el sistema de gobierno y alejarse de la "monarquía presidencial". Mélenchon exige gastos adicionales e inversiones de miles de millones, la salida de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y una renegociación de los tratados europeos para acabar con las directrices de ahorro impuestas desde Bruselas. Si no, amenaza con abandonar la Unión Europea.

"Sí, es chantaje, pero no debemos olvidar que Europa también nos chantajea", dice Anna, quien ha esperado con una pegatina de Mélenchon en la chaqueta a que llegara el barco del político.

Anna se siente europea, "pero no como se nos impone". La joven universitaria se queja del trabajo temporal y exige seguridad social. Según ella, Mélenchon cuenta con el "programa más humanitario", mientras que Macron significa "trabajar más para ganar menos".

En otros lugares, el auge de Mélenchon provoca preocupación. El actual presidente francés, François Hollande, advierte desde hace unos días acerca del político de izquierda. Los expertos se preguntan de pronto si es posible un duelo de los extremos, entre Le Pen y Mélenchon.

El periódico conservador "Le Figaro" calificó el programa de Mélenchon como "delirante" y se refirió a él como el "Chávez francés", haciendo referencia al apoyo de Mélenchon al anterior jefe de Estado venezolano Hugo Chávez.

Mélenchon respondió con humor. "Una vez más anuncian el comienzo de un invierno nuclear tras mi victoria electoral, (...) los tanques del Ejército Rojo y la llegada de los venezolanos", bromeó. "No tengo ninguna intención de crear una Cuba en Francia", aseguró al periódico "Ouest-France".

Su hábil capacidad de réplica en los dos debates televisados y una intensa campaña en las redes sociales le han proporcionado impulso. Y con sus exaltados discursos entusiasma al público.

También se beneficia de que los socialistas de Hollande están por los suelos en las encuestas y que para algunos votantes de izquierda Macron está demasiado cercano a la industria.

En todo caso está claro que el auge de Mélenchon ha hecho que la campaña electoral en Francia sea aún más imprevisible e incalculable. Junto al conservador François Fillon, ahora hay cuatro candidatos que pueden aspirar a uno de los dos puestos de la segunda vuelta.






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