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Picasso "retuerce el cuello al clasicismo"

Estudio técnico de Arlequín con espejo (1923)



El museo Thyssen ha presentado este viernes una instalación especial para mostrar los resultados del estudio técnico en torno al cuadro de Picasso 'Arlequín con espejo', en el que el pintor malagueño "retuerce el cuello al clasicismo", tal y como muestra la radiografía hecha pública, según el director artístico de la pinacoteca, Guillermo Solana.




Con motivo del 25 aniversario del Museo Thyssen-Bornemisza el área de Restauración, en colaboración con la de Pintura Moderna, ha expuesto los resultados y las conclusiones de los estudios técnicos de una de las obras más emblemáticas de la colección: Arlequín con espejo de Pablo Ruiz Picasso.

El objetivo del proyecto es mostrar aquellos aspectos más interesantes del proceso creativo de esta pintura, desentrañar cómo fue concebida y de esta forma aproximarnos a la manera de trabajar del artista.

El análisis se ha basado en la aplicación de los diferentes métodos de estudio habitualmente utilizados en los laboratorios de los museos: la radiografía, la reflectografía infrarroja, el análisis de los materiales utilizados por el autor y una exhaustiva documentación fotográfica. Con esta metodología intentamos determinar la técnica empleada, la composición de los materiales, su distribución en los diferentes estratos y las variaciones y rectificaciones incluidas por el genio malagueño en su proceso creativo.


"El público suele suponer que los estudios técnicos y las radiografías revelan grandes misterios o enigmas de las obras de arte y muchas veces no es tan espectacular, pero hay casos en que sí, y éste es uno de ellos", ha explicado a un grupo de periodistas el director del museo.

Durante un plazo aproximado de seis meses, el área de restauración del Thyssen ha analizado el proceso creativo de una de las obras más emblemáticas de su colección a través de técnicas como radiografía, reflectografía infrarroja o documentación fotográfica. "Es un proceso complicado, hay que elegir con cuidado los puntos a estudiar para que sean significativos y afecte lo menos posible a la obra", ha señalado el restaurador jefe del museo, Ubaldo Sedano.

El resultado --que podrá verse hasta el mes de octubre en la sala 45 de la pinacoteca, con el cuadro acompañado de las fotografías de infrarrojos y rayos x-- es esa idea de "constante metamorfosis" que atravesaba Picasso en su arte y que, en este caso, supuso "cargarse la perfección" de una imagen.

Por un lado, el cambio más decisivo es el de la postura de las piernas del arlequín, que en el principio de la obra estaban abiertas y se exhibía el sexo masculino del personaje. En el último momento, Picasso decidió en el ultimo momento volver a una de las piernas, taparlas y crea una pierna que es "una deformidad".

"Es una pierna mal construida deliberadamente. Hay un tratamiento de anatomía, como perverso, cargándose la contundencia del planteamiento original y vandalizando la obra", ha señalado Solana, quien pese a reconocer que podrían surgir varias interpretaciones, apuesta por que Picasso ya estaba abandonando su época neoclásica a principios de los años 20.

"Picasso estaba todavía inmerso en el periodo neoclásico, con modelos grecorromanos, estéticos, pero se ha cansado. Sustituir la pierna bien pintada por otro mal es como torcerle el cuello al clasicismo, como decir que no sigue jugando este juego", ha apuntado el director, tras recordar que el año siguiente comenzaría el manifiesto del surrealismo, en un camino que culminará años más tarde en el 'Guernica'.

Asimismo, este cambio de postura en las piernas podría ir asociado a la "identidad viril" del arlequín y el deseo del autor de "feminizarle y enturbiar su identidad sexual". "A Picasso le parecía probablemente que se trataba de una figura demasiado prosaica y segura, y quiso hacer algo más ambiguo", ha señalado.

El otro descubrimiento importante tras este trabajo se da en el rostro del protagonista, que en un principio tenía una cara distinta, probablemente autorretrato del propio Picasso. "Es un trasunto de si mismo y por eso escoge a una figura que se disfraza. El rostro definitivo es una máscara donde se han borrado los rasgos más particulares en favor de un rostro bello pero impersonal, poco expresivo", ha explicado.

En definitiva, este estudio termina por demostrar "algo que se sospechaba" pero no tenía confirmación definitiva. "Picasso nunca se queda en ninguna parte, es un artista en constante transformación, y este cuadro es una suma de destrucciones de los planteamientos iniciales", ha concluido.

https://www.museothyssen.org/node/19046





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