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'Mala junta', una película chilena aplaudida en el festival de Toulouse

Através de la amistad entre dos jóvenes en una comunidad mapuche, la cineasta chilena Claudia Huaiquimilla aborda los temas de la identidad y de la juventud, con el conflicto social mapuche como telón de fondo. La cinta se estrena esta semana en Chile.



Raphaël Morán. RFI.-La historia de Mala junta ocurre en una región rural de Chile. Tano, un adolescente involucrado en un robo en Santiago, la capital chilena, es enviado a la casa de su padre que vive en esta zona retirada, poblada por la comunidad mapuche. Lejos de la ciudad, Tano se enfrenta con otra realidad: aprende a vivir con un padre que poco conoce y descubre el conflicto social de los mapuche.



En la escuela, Tano conoce a Cheo, un joven mapuche tímido y víctima de acoso escolar de los otros alumnos. Con la represión de la policía como telón de fondo nace una amistad entre dos jóvenes aparentemente distintos.

En su primer largometraje, la directora Claudia Huaiquimilla aborda con sutileza los males que aquejan la sociedad chilena: el bullying, el desarraigo y la crisis de identidad. Temas que llamaron la atención del joven público del festival francés Cinelatino de Toulouse.

En marzo pasado, la película Mala junta se llevó el premio de los estudiantes de liceo del festival, así como el premio del público. En esta ocasión RFI conversó con la directora Claudia Huaiquimilla de origen mapuche, y quien filmó Mala junta en su comunidad de origen en la región de los Ríos.

>Para escuchar extractos audio de esta entrevista, hacer clic en la imagen principal arriba.

RFI: Usted decidió filmar la película en su comunidad de origen, con el apoyo incluso de algunos miembros de su familia. ¿Les fue difícil encontrar financiamiento?

Claudia Huaiquimilla: La verdad es que no tuvimos mucho financiamiento oficial. Por ser una ópera prima en Chile cuesta mucho conseguir recursos. Pero además, al tratar temas un poco conflictivos en Chile, se hablaba de la infancia pero no tan luminosa, y al hablar además del conflicto político mapuche, se pensaba que era una historia que no podía ser atractiva desde el punto de vista emocional y narrativo, que iba a ser más que nada un panfleto político. Entonces siento que así como prejuzgaron a los personajes, también se prejuzgó a la película.

RFI: La película se construye alrededor del encuentro entre dos jóvenes, Tano y Cheo. Son distintos, y a la vez tienen puntos en común…

C.H.: Ambos han sido de cierto modo silenciados o marginados. Es un sentimiento que comparte gran parte de los niños y adolescentes. Y es algo que quería rescatar. Pero especialmente este tipo de jóvenes que no calzan con lo establecido. Y con la imagen que las familias quieren proyectar de "familias de bien" o de un país que va progresando. Y lo que los diferencia es que Cheo es un personaje súper tímido, vulnerable, poco empoderado; en cambio Tano aparenta una imagen muy violenta y empoderada. Ambos van a unirse y darle al otro justamente lo que le falta.


La directora Claudia HuaiquimillaClaudia Huaiquimilla



RFI: ¿Cómo creó el personaje de Cheo, el joven mapuche tímido?

C.H.: El personaje de Cheo nació porque el que lo interpreta es mi primo. Y está viviendo una situación muy similar a la que vive el personaje, y a la que yo también viví, y muchos niños mapuches viven. Hice un cortometraje con él antes de esta película.

RFI: ¿Cómo fue recibida su película en la región donde la filmó, que también es su región de origen?

C.H.: La gente quedó contenta, porque generalmente el retrato de la gente del sur de Chile es estereotipado. Entonces se sintieron por fin retratados de manera digna y real. Existen los prejuicios de que es gente tosca, que no habla, que no se ríe y que es un poco violenta. En las teleseries se les representa siempre un poco disfrazados con su vestimenta.

RFI: La película describe una situación muy dura en la comunidad mapuche, con asesinatos, incendio y enfrentamientos con la policía. ¿Cómo se repercute esa situación en las escuelas?

C.H.: Eso era muy importante retratarlo. En Chile se conoce más que nada la arista política de este conflicto, pero no el conflicto humano y social. Investigué mucho para hacer la película, y me basé en muchos relatos de la Unicef respecto a cómo vivían ellos el conflicto en su comunidad. Entonces este allanamiento que ocurre dentro de la película está basado en el relato de los niños de cómo entraban las fuerzas al amanecer.

En las escuelas se vive la discriminación porque los niños repiten los discursos de los adultos.

RFI: Precisamente, la película empieza con una escena fuerte en la que unos alumnos humillan al joven mapuche por su forma de hablar...

C.H.: Los niños que vienen del campo tienen un ritmo distinto y eso da pie a que sean muy molestados en el colegio. Y lamentablemente no es algo que le ocurre solamente a Cheo. Yo hice un casting en la comunidad, entrevisté más o menos a 100 niños. Y de ahí el gran porcentaje les molestaban por ser mapuche en el colegio.

RFI: ¿Tiene otros proyectos cinematográficos?

C.H.: Estamos trabajando una nueva película que se llama Motín, basada en un caso real. Pasó que construyendo el personaje de Tano para Mala Junta, me enteré de la realidad de los centros reformatorios de Chile, que es terrible, y ahí conocí el caso de un motín que organizaron unos diez jóvenes para pedir mejores condiciones en este centro reformatorio de menores, y murieron todos a causa del incendio que ellos mismos provocaron. Es una película que intenta retratar este último día en este centro reformatorio, pero no como crítica total a la institución sino para intentar ver qué es lo que querían esos niños, qué soñaban, a qué aspiraban, quiénes eran. Porque en Chile eran simplemente cifras, y cuando murieron, mucha gente incluso se alegró de que habían muerto delincuentes.

Pregunta a Andrew Bargsted, el actor que encarna el personaje de Tano:






RFI: Usted que viene de Santiago de Chile, ¿cómo vivió este encuentro con el mundo mapuche?

Andrew Bargsted: Fue como mi personaje. Mi personaje va desde la ciudad y se encuentra con este mundo que es muy lejos de él, pero al mismo tiempo muy cerca. Y me di cuenta de esa gran distancia que existe culturalmente en Chile, de los chilenos, como yo, que nuestra familia en ningún momento nos acercó a nuestras raíces indígenas, y que por lo tanto no nos consideramos indígenas. Nos damos cuenta de que esa gente indígena que al parecer está como muy lejos, es súper parecida a nosotros, y posiblemente mantiene las mismas costumbres, vestimos bastante parecido. Y para mí fue un aprendizaje enorme encontrarme con esa cultura, darme cuenta de que existen muchos matices, que existe un sincretismo.

Entrevista realizada por Raphaël Morán, enviado especial de RFI a Toulouse.




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