El próximo sábado, 27 de mayo, PACMA organiza una manifestación contra la explotación de burros en Mijas. Se realizará un acto en el que participarán 30 activistas.
La ciudad de Málaga se prepara para acoger, el próximo sábado 27 de mayo a las 18:00 horas en la Plaza de las Constitución, una manifestación contra el maltrato que sufren los animales utilizados en el servicio conocido como “burro taxis” de Mijas. También se reivindicará el fin de la explotación turística de animales en servicios como coches de caballos.
Durante la manifestación, 30 activistas realizarán un acto simbólico en el que representarán el corte de la cuerda que ata a los burros de Mijas a una vida triste de explotación y maltrato. “Estos animales son obligados a permanecer atados día y noche a cuerdas tan cortas que no les permiten separar sus hocicos de la pared”, explica la coordinadora de PACMA en Málaga, Noemi Pérez. “La gente no sabe que cuando se los llevan a dormir, los burros siguen hacinados en pequeñas cuadras, atados a la misma corta cuerda que no les deja ni siquiera tumbarse a dormir. Viven permanentemente de pie“, añade Pérez.
Imagen de archivo de Capitán, un burro que fue maltratado por adolescentes en Almería. schnauzi.com |
La ciudad de Málaga se prepara para acoger, el próximo sábado 27 de mayo a las 18:00 horas en la Plaza de las Constitución, una manifestación contra el maltrato que sufren los animales utilizados en el servicio conocido como “burro taxis” de Mijas. También se reivindicará el fin de la explotación turística de animales en servicios como coches de caballos.
Durante la manifestación, 30 activistas realizarán un acto simbólico en el que representarán el corte de la cuerda que ata a los burros de Mijas a una vida triste de explotación y maltrato. “Estos animales son obligados a permanecer atados día y noche a cuerdas tan cortas que no les permiten separar sus hocicos de la pared”, explica la coordinadora de PACMA en Málaga, Noemi Pérez. “La gente no sabe que cuando se los llevan a dormir, los burros siguen hacinados en pequeñas cuadras, atados a la misma corta cuerda que no les deja ni siquiera tumbarse a dormir. Viven permanentemente de pie“, añade Pérez.