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Epidemia de hepatitis E en Diffa: 876 casos sospechosos y 186 embarazadas hospitalizadas

El brote, que ha matado a 34 embarazadas, evidencia las malas condiciones de agua y saneamiento en una zona que acoge a 248.000 desplazados y refugiados.



En el sureste de Níger, la epidemia de hepatitis E declarada hace de dos meses está afectando, especialmente, a las mujeres embarazadas. Entre las 186 mujeres ingresadas en el centro materno-infantil de la ciudad de Diffa[1], 34 han fallecido por complicaciones graves de la enfermedad. De los 876 casos de hepatitis E registrados hasta el 11 de junio, ​​la mayoría se han dado en personas desplazadas o refugiadas, unas 247.900 según las autoridades. La epidemia actual pone de manifiesto las malas condiciones de agua y saneamiento, así como la falta de infraestructuras de higiene adecuadas para esta población, ya afectada por la violencia del conflicto entre Boko Haram y los Ejércitos de la región.

Inestabilidad y falta de infraestructuras
En Diffa, donde el acceso a la atención médica se ve particularmente afectado por la inseguridad, la falta de infraestructuras adecuadas de agua, higiene y saneamiento agrava todavía más la situación sanitaria. Varias zonas de los campos de desplazados y las comunidades no tienen suficiente suministro de agua potable, dejando sin respuesta parte de las necesidades de las poblaciones más vulnerables. A esto se suma la falta de letrinas en cantidad y calidad.

Según la experiencia de otras epidemias de hepatitis E en África, la epidemia en Diffa puede prolongarse todavía varios meses. El número de casos podría todavía crecer con la llegada de la estación de lluvias, que suele ir de junio a septiembre. “Dada la escasez de agua que afrontan las personas más vulnerables, existe el riesgo de que aparezcan puntos de abastecimiento alternativos, como arroyos u otros puntos de agua originados por la lluvia, que favorezcan la propagación de la epidemia; los puntos de recogida de agua son considerados potenciales vectores de la enfermedad”, explica Audace Ntezukobagira, coordinador de emergencias de MSF en Diffa. “También hay que tener en cuenta que estas personas no tienen los recursos materiales ni financieros para conseguir leña ni combustible para hervir el agua antes de consumirla”.



Agua y saneamiento
En respuesta a la epidemia, una de las prioridades es reforzar las actividades de agua y saneamiento. Sin embargo, la respuesta actual todavía no está a la altura de las necesidades porque los recursos y la coordinación entre los actores humanitarios son insuficientes.

Así, en algunos sitios, bidones no aptos para el transporte de agua no se recogen de forma sistemática en el momento de la sustitución. “Este es un problema evidente en términos de riesgo de propagación de la enfermedad”, afirma Mansour Sabiou, responsable de logística del equipo de emergencia de MSF en Diffa

Desde el mes de abril, MSF ha reforzado su capacidad para poner en marcha de forma urgente medidas de saneamiento e higiene en 11 lugares. En más de 130 puntos de agua operativos, los equipos aseguraron la cloración de más de 6.300 metros cúbicos de agua, lavando 127.300 bidones, reemplazando 3.400 viejos, y distribuyendo kits de limpieza comunitaria, y 36.800 piezas de jabón para la higiene personal.

“El agua clorada que llevamos a casa es útil para evitar ponerse enfermo, por eso trabajamos con los agentes de salud ubicados en los puntos de agua”, dice Sani Toubomrabo, líder de la comunidad nigeriana en Garin wazam.

Tratamiento de los enfermos
Para responder a la epidemia, MSF también proporciona atención gratuita a los pacientes en los centros de salud cerca de la comunidad y deriva a los hospitales los casos que presentan complicaciones.

Los equipos de MSF apoyan a las autoridades sanitarias con recursos humanos y materiales para hacer frente a la situación. Además del tratamiento médico, los pacientes afectados por hepatitis E reciben apoyo psicológico. La organización también proporciona apoyo técnico al personal sanitario en las estructuras donde trabaja para garantizar una atención gratuita de calidad a los enfermos. En el centro materno-infantil de Diffa se ha registrado una disminución de la mortalidad entre las mujeres con complicaciones graves.

Sensibilización en el corazón de la comunidad
MSF también lleva a cabo actividades de promoción de la salud en las estructuras de salud y en la comunidad. Hasta la fecha, cerca de 32.000 personas han sido sensibilizadas. En paralelo, MSF asegura la búsqueda activa de casos en los pueblos. Esta búsqueda ya ha permitido referir a más de 400 personas hacia los centros de salud.






Desde finales de 2014, MSF trabaja en la región de Diffa asistiendo a las personas que huyen de la violencia por el conflicto entre Boko Haram y la intervención militar en la región. MSF proporciona asistencia médica y psicológica gratuita en siete centros de salud de Diffa. Además, la organización apoya el suministro de agua potable, la instalación de letrinas y la distribución de artículos de primera necesidad en varias localidades y lugares donde vive población desplazada, refugiada y retornada.

Además, MSF apoya al Ministerio de Salud en dos hospitales: el hospital Nguigmi y el principal centro materno-infantil de la ciudad de Diffa. En ambos hospitales, MSF trabaja en las unidades de salud reproductiva y pediátrica, y proporciona apoyo de salud mental. En el hospital Nguigmi, el equipo también trata a los niños que sufren de desnutrición aguda severa.




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