La Oficina en México del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos condena los actos de espionaje digital y acoso contra periodistas, activistas en contra de la corrupción y defensoras de derechos humanos y sus familiares.
Estos casos se conocieron el pasado 19 de junio tras una investigación de organizaciones de la sociedad civil.
La Oficina subrayó que estos hechos constituyen una injerencia arbitraria en la vida personal, prohibidas por el derecho internacional.
Llamó a una investigación que dé con los responsables y se asegure la rendición de cuentas.
El representante de esa dependencia de la ONU, Jan Jarab expresó profunda preocupación por las denuncias y se solidarizó con los sentimientos de indignación de las víctimas, entre ellos menores de edad.
Subrayó la gravedad de la vigilancia digital y acoso a esas personas que desempeñan un papel importante en una sociedad democrática, ya que sus tareas contribuyen a la fiscalización del poder, la difusión de información, así como a la protección de los derechos humanos.
Por otra parte, indicó que el uso de herramientas que permiten la vigilancia por parte de instituciones públicas debe estar sometido a estrictos controles para evitar su utilización ilegal e indebida.
La Oficina animó a hacer uso de la gran cantidad de medidas disponibles a través de organismos internacionales para evitar estas injerencias arbitrarias.
Estos casos se conocieron el pasado 19 de junio tras una investigación de organizaciones de la sociedad civil.
La Oficina subrayó que estos hechos constituyen una injerencia arbitraria en la vida personal, prohibidas por el derecho internacional.
Llamó a una investigación que dé con los responsables y se asegure la rendición de cuentas.
El representante de esa dependencia de la ONU, Jan Jarab expresó profunda preocupación por las denuncias y se solidarizó con los sentimientos de indignación de las víctimas, entre ellos menores de edad.
Subrayó la gravedad de la vigilancia digital y acoso a esas personas que desempeñan un papel importante en una sociedad democrática, ya que sus tareas contribuyen a la fiscalización del poder, la difusión de información, así como a la protección de los derechos humanos.
Por otra parte, indicó que el uso de herramientas que permiten la vigilancia por parte de instituciones públicas debe estar sometido a estrictos controles para evitar su utilización ilegal e indebida.
La Oficina animó a hacer uso de la gran cantidad de medidas disponibles a través de organismos internacionales para evitar estas injerencias arbitrarias.
