Ayub Mashal tiene 49 años y le falta una pierna, pero ello no le impide liderar a un ejército de 60 trabajadores con extremidades ortopédicas que cada día hacen la vida un poco más fácil a otros que, como ellos, han perdido un trocito de sí mismos por la guerra en Afganistán.
Ayub Mashal tiene 49 años y le falta una pierna, pero ello no le impide liderar a un ejército de 60 trabajadores con extremidades ortopédicas que cada día hacen la vida un poco más fácil a otros que, como ellos, han perdido un trocito de sí mismos por la guerra en Afganistán.