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Un programa mundial busca frenar una grave amenaza para los bananos




Un hongo amenaza con diezmar la producción bananera mundial, provocando cuantiosas pérdidas comerciales y enormes perjuicios a los medios de vida de los 400 millones de personas que dependen de la fruta más comercializada del mundo, ya sea como alimento básico o como fuente de ingresos.

Rom.- La FAO y sus socios -Bioversity International, el Instituto Internacional de Agricultura Tropical (IITA, por sus siglas en inglés) y el Foro Mundial Bananero- han lanzado un programa mundial (que requiere 98 millones de dólares EEUU de financiación) para frenar y tratar una nueva cepa –raza tropical 4 (TR4, por sus siglas en inglés)- del marchitamiento por Fusarium, una dañina enfermedad que puede perdurar años en los suelos y propagarse a nuevos campos y lugares a través de diversos medios, como materiales de siembra, agua, calzado, herramientas agrícolas y vehículos infectados.

“Se trata de una grave amenaza para la producción bananera en varias regiones del mundo. Debemos actuar rápidamente para evitar que se propague más allá de su ámbito actual y para ayudar a los países afectados en sus esfuerzos por hacer frente a la enfermedad. La resiliencia a largo plazo de los sistemas de producción bananera solo puede mejorarse con una vigilancia continua, estrategias sólidas de contención, reforzando las capacidades nacionales y mejorando la colaboración internacional para utilizar enfoques integrados de tratamiento de la enfermedad”, afirmó Hans Dreyer, Director de la División de Producción y Protección Vegetal de la FAO.

El marchitamiento por Fusarium TR4 se detectó por primera vez en el Sudeste asiático en la década de 1990, y afecta actualmente a 19 zonas en 10 países, incluyendo el Cercano Oriente, Asia meridional y Mozambique, en África subsahariana. En principio, el programa mundial tiene como objetivo tratar y evitar la propagación de la enfermedad en 67 países. Sin una intervención coordinada, los científicos estiman que la enfermedad podría afectar en 2040 a 1,6 millones de ha de tierras destinadas actualmente al cultivo del banano, una sexta parte de la producción mundial actual con un valor anual estimado de 10 000 millones de dólares EEUU. El programa tiene como objetivo reducir las zonas que potencialmente podrían verse afectadas hasta en un 60 por ciento.

“Existe también un importante déficit de conocimientos sobre la biología y el tratamiento del hongo, que pretendemos subsanar mediante esta iniciativa colaborativa, promoviendo a su vez mejorar la biodiversidad y la introducción de prácticas agronómicas mejoradas en los sistemas de producción bananera”, señaló por su parte Ann Tutwiler, Directora General de Bioversity International, en representación de su organización y del IITA. 

“La enfermedad supone igualmente una preocupación importante para la industria y el comercio de esta popular fruta”, añadió Pascal Liu, coordinador del Foro Mundial Bananero.

El programa -de cinco años de duración- está diseñado para aprovechar las iniciativas existentes que abordan la enfermedad, y se centra en fortalecer las capacidades técnicas locales y apoyar al desarrollo de tecnologías y herramientas científicas investigando sobre la biología y epidemiología del hongo, su detección y vigilancia, las actuaciones de contención rápida, la salud del suelo y el desarrollo de variedades resistentes.

En aquellas zonas exentas de la enfermedad o afectadas por primera vez, se desarrollarán medidas de inspección, vigilancia y respuesta rápida. En las zonas ya afectadas, se desarrollarán técnicas mejoradas e integradas de tratamiento de la enfermedad y se buscarán y utilizarán variedades resistentes. Si el programa se implementa de manera efectiva, se estima que en 20 años generará beneficios comprendidos entre 98 y 196 dólares EEUU por cada dólar invertido.  

¿Qué es el marchitamiento por Fusarium TR4?

La enfermedad está provocada por una nueva variante del hongo Fusarium oxysporum f.sp. cubense que diezmó las plantaciones de banano a principios del siglo XX, causando más de 2 000 millones de dólares EEUU en pérdidas y motivando la sustitución del banano Gros Michel por la variedad Cavendish, resistente a la cepa anterior del hongo, pero vulnerable a la nueva raza TR4.

La cepa TR4, que hasta la fecha ha afectado a casi 100 000 hectáreas -según estimaciones de los científicos-, es especialmente perjudicial para la variedad Cavendish, que representa alrededor de la mitad de los bananos cultivados actualmente, pero también para otras variedades que son alimentos básicos clave. A pesar de la importancia del banano en el comercio mundial, en torno a un 85 por ciento de la producción anual se consume a nivel local.

Las hojas de las plantas afectadas amarillean y posteriormente se caen, formando un perímetro residual alrededor de la sección inferior de las plantas. El hongo puede propagarse fácilmente y permanecer activo en el suelo durante décadas. De ahí que las normas fitosanitarias establecidas por la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria resulten esenciales, constituyendo el mejor enfoque con diferencia para evitar la llegada del hongo a un nuevo país o región.

Una vez descubiertas, las zonas infestadas se deben vallar rápida y adecuadamente, las plantas infectadas han de ser destruidas, y se deben adoptar medidas adicionales de cuarentena. La implementación de dichas medidas variará sustancialmente dependiendo de si los sistemas de producción están basados en la agricultura familiar, en sistemas de cultivos mixtos o en plantaciones de monocultivo.




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