El Parque Nacional Iguazú en Argentina, el Pantanal de Brasil y el Parque Nacional Canaima en Venezuela también forman parte de los 62 lugares "amenazados por el cambio climático". Estas reservas de la naturaleza forman parte de los 241 lugares naturales que la Unesco clasifica como Patrimonio Mundial. El número de enclaves en riesgo ha aumentado considerablemente desde 2014 cuando, con 228 en lista, 35 estaban en peligro de desaparecer.
En relación con el aumento exponencial de los lugares en riesgo de desaparición, el director general de la UICN, Inger Andersen, afirmaba en un comunicado que "el cambio climático actúa rápidamente y afecta a los tesoros más preciados de nuestro planeta". "La amplitud y el ritmo con los que se degrada nuestro patrimonio natural subraya la necesidad de acciones y compromisos nacionales urgentes y ambiciosos para aplicar los Acuerdos de París", añadió.
El turismo, el desarrollo de infraestructuras --carreteras, minas presas, etc.--, la caza, la contaminación o la ineficiencia en la gestión de estos lugares suponen también un gran impacto en su conservación.
El director del programa Patrimonio Mundial de la UICN, Tim Badman, apostillaba sobre la importancia de su conservación ya que estos lugares juegan un papel "crucial para las economías y los medios de subsistencia locales" y su "destrucción puede tener consecuencias devastadoras que van más allá de su belleza excepcional y de su valor natural".