"Las mujeres rohinyás han sufrido violencia sexual de una manera brutal e indiscriminada"
Desde finales de agosto, más de 600.000 rohinyás han huido de Birmania a la vecina Bangladés. Se están recibiendo incontables denuncias de homicidios perpetrados por las fuerzas de seguridad de Birmania y las imágenes captadas por satélite indican que pueblos enteros han sido incendiados.
Muchas más personas están arriesgando sus vidas intentando escapar en barcos de pesca; algunas de ellas están heridas de gravedad, y viajan con niños y niñas.
Todas las personas refugiadas confirman que los ataques están siendo perpetrados por las fuerzas de seguridad de Birmania.
Miles de personas —en su mayoría rohinyás— están atrapadas en las montañas del estado septentrional de Rajine. Se les está negando ayuda básica, ya que no se permite a las ONG y a las organizaciones humanitarias acceder a la zona.
No es la primera vez que las fuerzas de seguridad de Birmania cometen abusos contra las personas rohingyas: el año pasado torturaron, violaron, detuvieron e hicieron desaparecer a muchas de ellas, y destruyeron sus viviendas y bienes.
ONU
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas apoyó este martes el reciente acuerdo entre Birmania y Bangladés dirigido a repatriar a más de 622.000 personas refugiados rohinyás y llamó a protegerlas.
Además, el órgano de 15 miembros demandó más ayuda humanitaria para esa minoría musulmana, obligada a huir de Birmania debido a la persecución y a los abusos a los que es sometida.
Violencia sexual
Este martes pudimos escuchar en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el relato sobre las prácticas de violencia sexual por parte del Ejército de Birmania contra las mujeres rohinyás; un conflicto que ha provocado más de medio millón de refugiados al vecino Bangladés.
Las mujeres rohingyás han sufrido violencia sexual de una manera brutal e indiscriminada, tal y como ha comprobado la ONU sobre el terreno.
Desde el comienzo de la crisis más reciente en agosto pasado, la ONU no ha podido llegar a las zonas más castigadas.
Por su parte, el representante de Birmania defendió las acciones de su ejército afirmando que llevaría a la justicia a los culpables de estas atrocidades, al tiempo que negó que los ataques al pueblo Rohinyá puedan considerarse como genocidio.
Los esfuerzos de la ONU van encaminados ahora al mantenimiento del alto el fuego, la asistencia humanitaria, así como el retorno de los refugiados rohinyás y su legalización como ciudadanos, ya que Birmania ni siquiera los considera como propios y carecen de nacionalidad.
Desde finales de agosto, más de 600.000 rohinyás han huido de Birmania a la vecina Bangladés. Se están recibiendo incontables denuncias de homicidios perpetrados por las fuerzas de seguridad de Birmania y las imágenes captadas por satélite indican que pueblos enteros han sido incendiados.
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| Abdul Amin (55) es uno de los más de 600.000 rohingyas que han huído de Myanmar desde 25 de agosto de 2017. © Andrew Stanbridge / AI |
Muchas más personas están arriesgando sus vidas intentando escapar en barcos de pesca; algunas de ellas están heridas de gravedad, y viajan con niños y niñas.
Todas las personas refugiadas confirman que los ataques están siendo perpetrados por las fuerzas de seguridad de Birmania.
Miles de personas —en su mayoría rohinyás— están atrapadas en las montañas del estado septentrional de Rajine. Se les está negando ayuda básica, ya que no se permite a las ONG y a las organizaciones humanitarias acceder a la zona.
No es la primera vez que las fuerzas de seguridad de Birmania cometen abusos contra las personas rohingyas: el año pasado torturaron, violaron, detuvieron e hicieron desaparecer a muchas de ellas, y destruyeron sus viviendas y bienes.
ONU
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas apoyó este martes el reciente acuerdo entre Birmania y Bangladés dirigido a repatriar a más de 622.000 personas refugiados rohinyás y llamó a protegerlas.
Además, el órgano de 15 miembros demandó más ayuda humanitaria para esa minoría musulmana, obligada a huir de Birmania debido a la persecución y a los abusos a los que es sometida.
Violencia sexual
Este martes pudimos escuchar en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el relato sobre las prácticas de violencia sexual por parte del Ejército de Birmania contra las mujeres rohinyás; un conflicto que ha provocado más de medio millón de refugiados al vecino Bangladés.
Las mujeres rohingyás han sufrido violencia sexual de una manera brutal e indiscriminada, tal y como ha comprobado la ONU sobre el terreno.
Desde el comienzo de la crisis más reciente en agosto pasado, la ONU no ha podido llegar a las zonas más castigadas.
Por su parte, el representante de Birmania defendió las acciones de su ejército afirmando que llevaría a la justicia a los culpables de estas atrocidades, al tiempo que negó que los ataques al pueblo Rohinyá puedan considerarse como genocidio.
Los esfuerzos de la ONU van encaminados ahora al mantenimiento del alto el fuego, la asistencia humanitaria, así como el retorno de los refugiados rohinyás y su legalización como ciudadanos, ya que Birmania ni siquiera los considera como propios y carecen de nacionalidad.
