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Tiempos modernos y la transformación digital


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La transformación digital nos plantea un desafío que sigue pendiente.

Jorge Zavaleta Alegre

Las cabinas telefónicas pueden ser obsoletas, pero aún ofrecen un buen modelo para evitar que nuestros teléfonos se apoderen de nuestras vidas. La cabina telefónica es una cápsula del tiempo, una visión romántica del pasado. Pero la cabina telefónica como metáfora, como inspiración para crear límites entre la vida virtual y la real, todavía parece útil hoy en día.


Este llamado de atención nos plantea Melissa Kirsch, desde el boletín The Morning - Times NY.


Recientemente, una multitud se reunió en Times Square para retirar lo que la ciudad promocionaba como el último teléfono público de Nueva York . “El fin de una era”, declaraba el titular del comunicado de prensa, aunque la era en la que los teléfonos públicos desempeñaban un papel significativo en la vida no solo de los neoyorquinos, ciertamente terminó hace mucho tiempo.


Uno podría ser perdonado por sentirse un poco nostálgico. Los teléfonos públicos son vestigios del mundo analógico, antes del mensaje de texto "Llegaré 15 minutos tarde", cuando las llamadas de larga distancia eran una consideración y las personas que hacían llamadas en público tenían sus propias cabinas privadas.


El refrán familiar sobre los teléfonos inteligentes, que nos han hecho la vida más fácil de navegar a expensas de nuestros modales, nuestra atención, nuestra seguridad mientras conducimos. Podemos estar físicamente presentes, pero nunca estamos realmente allí.


Los teléfonos públicos eran estacionarios. Antes de los celulares, si querías hablar con alguien, lo hacías en casa, en el trabajo o en una cabina. Tus telecomunicaciones estaban contenidas en estos espacios discretos, separados del resto de tu vida.


Los teléfonos públicos pueden estar casi obsoletos, pero no hay nada que nos impida restablecer algunos de sus límites en un mundo posterior a los teléfonos públicos.


Pregunta a más de un ejecutivo: ¿Cómo percibe usted? Para mí, significaría detenerme a un lado de la carretera para enviar un mensaje de texto en lugar de dictar mi mensaje. Saldría del flujo de peatones y entraría en la cabina telefónica de la mente para escuchar el correo de voz.


No revisaría las redes sociales mientras espero que un amigo llegue a un bar. Las largas llamadas telefónicas tendrían lugar en casa, no mientras estoy dando un paseo o sentado en un banco del parque, aparentemente disfrutando del aire libre de la cabina telefónica, responde otro entrevistado.


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¿Ese fue realmente el último teléfono público de la ciudad? Quizás no. Cómo los teléfonos móviles hicieron del mundo tu oficina.


II


LOS RADIOAFICIONADOS.


Los radioaficionados que habían dejado su  valioso servicio a los pueblos remotos comienzan a retomar su labor.


¿Por qué?:


Internet, en los 30 años de vigencia, solo menos del  50% de las poblaciones ha podido acceder este gran paso que nació  con la llegada del  hombre a la luna.


En el Día Mundial de la Libertad de Prensa, la UNESCO en Uruguay promovió (del 2 al 4 de mayo) un debate  denominado: "Los medios de comunicación quieren el dinero de las empresas de Internet, ¿qué sucede con el acceso a los datos?". Los participantes se basaron en debates previos organizados por la Asociación Mundial de Editores de Noticias.


El hilo conductor es desarrollar elementos para una “consulta de datos” en relación con las grandes compañías de Internet, que sirven como intermediarios que conectan la cantidad de contenido noticioso que circula entre quienes lo suministran y quienes lo consumen.


Actualmente, las empresas periodísticas observan  las ventajas de que sus noticias estén en esta plataforma, pero sienten que se están moviendo a ciegas. “No sabemos a quién pertenecen los anuncios que aparecen junto a nuestro contenido, ni sobre cómo los ciudadanos procesan nuestras noticias”, comenta Martha Ramos, Presidenta de la Comisión de Internet de la Sociedad Interamericana de Prensa y Directora de la Organización Editorial Mexicana.


Desde el otro lado del Atlántico, Tangeni Amapudi, editora y directora ejecutiva del periódico The Namibian en Windhoek dice: “Solo puedo asumirlo en este momento porque no sé quién ve nuestras noticias en las plataformas o dónde están los lectores”.


Antes, la publicidad se ubicaba en un contexto mediático y ahora se ubica según la predicción del comportamiento. Sin embargo, las empresas de noticias no pueden capturar la misma cantidad de datos de comportamiento que las redes sociales.


Marcelo Liberini, Vicepresidente de Digital Caracol Televisión, Colombia invitó a que los editores de noticias vean más allá de solicitar acceso a espacios de datos amurallados, que están en poder de las empresas de Internet, y que se centren en construir oportunidades de Web 3.0 descentralizadas. Propuso un enfoque "federado" en todo el sector, que proporcione la debida anonimización, podría permitir la extracción de los datos que los proveedores de noticias ya tienen de sus propios servicios directos en línea”


"Necesitamos acceso a datos relevantes para comprender las tendencias y transacciones del comercio electrónico", dice la Sra. Yeama S. Thomson, Directora Gerente de la Agencia de Noticias de Sierra Leona. Su país también trabaja en crear una hoja de ruta nacional para promover la inversión y la viabilidad de los medios de comunicación.


Ilias Konteas, Director Ejecutivo de European Newspaper and Magazine, señaló que el acceso a los datos podría sustentar de manera objetiva la negociación entre los editores de noticias y las empresas de Internet sobre la obtención de una parte de los ingresos en línea. “Este acceso no debe ser discriminatorio”.


También se observó que los propios anunciantes tienen gran interés en una mayor transparencia sobre las métricas que las empresas de Internet utilizan para vender, colocar y cobrar por los anuncios.


Se propuso  que  las grandes tecnologías sobre los datos deberían incluir el acceso a analistas y científicos.


En suma se planteó que los datos pueden considerarse un bien público y que esto promueva potencialmente la viabilidad de los medios de comunicación como productores de información como un bien público.


Sera muy útil promover la investigación, el diálogo, la innovación y las soluciones políticas para enfrentar la pérdida de empleos y los cierres de los medios de comunicación a fin de promover nuevas oportunidades sostenibles para mejorar la provisión de periodismo de calidad a las sociedades.


Esta iniciativa llega en un momento de crecientes presiones regulatorias en la Unión Europea y en Estados Unidos para que las empresas permitan un mayor acceso a los datos a los actores acreditados.


EFE, agencia española, desde Lima, plantea: ”Para muchos los Radioaficionados pueden ver  como una afición excéntrica en un mundo hiperconectado, pero el gremio de los radioaficionados sigue vivo, dotado de un intenso entusiasmo y siempre listo para apoyar a la sociedad en situaciones extremas como terremotos o en medio de la pandemia de la COVID-19.


El caso peruano, después de haber reunido a 3.000 radioaficionados a fines de los años 80, restan actualmente unos 328, la gran mayoría en Lima,


En países vecinos como Ecuador, que registra 1.700 radioaficionados, Chile, que tiene unos 6.000, o Argentina, que reúne a unos 14.000, aunque todos estos se quedan cortos ante los 700.000 que hay en los Estados Unidos.


LAS NUEVAS GENERACIONES.


En la generación  antigua encantaba escuchar… los chicos de hoy no escuchan, ven, ellos quieren imagen, quieren movimiento, a menos que pongamos lo digital.


Los Radioaficionados del Grupo Andino señalan  “tres pilares fundamentales” para el actual desarrollo de la radio afición son las tecnologías digitales, la experimentación con los medios digitales y las comunicaciones de emergencia, explica Emilio Raborg, quien a sus 15 años integra el nuevo grupo en formación de los radioaficionados peruanos.


 


Los radioaficionados también remarcan que en una situación de emergencia pueden ayudar “tremendamente cuando la población lo requiera”, como sucedió tras el terremoto que asoló la ciudad sureña de Pisco el 15 de agosto de 2007 y el 31 Mayo de 1970 en el Callejón de Huaylas cuyo deslizamiento de la nieve del Huacharan produjo la muerte de más de 70 mil personas, escribió Isaías Zavaleta Figueroa, escritor peruano. (Biblioteca del Congreso-Unesco en Washington DC)


En ese momento, la destrucción fue tal que “todas las comunicaciones de servicio público cayeron”, por lo que el Radio Club Peruano envió a un equipo para ayudar con las comunicaciones mientras se recuperaban las redes públicas y privadas.


Otro caso destacable se presentó en plena pandemia de la COVID-19, cuando un radioaficionado peruano fue felicitado desde varios países de la región por apoyar a una ambulancia aérea que había perdido comunicación con la torre de control del aeropuerto de Santiago de Chile.


El radioaficionado captó la señal de la aeronave que se dirigía a la Isla de Pascua y ayudo a mantener la comunicación entre el piloto y el Control Aéreo Oceánico, de la Dirección General de Aeronáutica de Chile, tras lo cual la aeronave aterrizó en la Isla de Pascua.


La transformación digital es la nueva oportunidad con un desafío pendiente. Se afirma que está entre las prioridades de muchos gobiernos por su gran potencia, mayor transparencia, servicios más rápidos y accesibles desde cualquier lugar y en cualquier momento, menos oportunidades para la corrupción, y mayor eficiencia de las instituciones públicas.


 


III


CONTRASTES MUY GRANDES


Pese a estos avances, el esfuerzo no ha sido suficiente. Si bien se ha ampliado el acceso a la banda ancha fija y móvil, la brecha digital con los países avanzados aún dista de haberse reducido y el uso se concentra en aplicaciones de consumo personal o en TIC básicas para las empresas, con el consiguiente bajo impacto sobre la productividad.


Las grandes disparidades económicas, territoriales y de género en términos de acceso siguen presentes y su reducción es demasiado lenta.


Es indispensable impulsar la banda ancha y formular políticas industriales sectoriales. Solo así se podrá avanzar significativamente en la dirección de una nueva estructura productiva más intensiva en conocimientos y capaz de generar empleos de calidad, imprescindibles para alcanzar progresos estables en materia de aumento de la igualdad y de sostenibilidad de los procesos.


Por sus efectos permeables y convergentes en el conjunto de la economía y sociedad, la infraestructura de banda ancha no sólo debe ser considerada como una herramienta de conectividad, sino como un medio para la aplicación de políticas que apunten a lograr una mayor inclusión social y competitividad económica.


El surgimiento de Internet comercial hacia mediados de los años noventa y su expansión bajo la tecnología de banda estrecha, significó cambios radicales, particularmente en materia de comunicación, con aplicaciones de correo electrónico y la proliferación de sitios e información en línea en formato de hipertexto con base en la World Wide Web.


Las tecnologías de acceso experimentaron importantes avances que se tradujeron en aumentos significativos en las velocidades de transmisión de datos. Así, surgió la banda ancha que no solo efectivizó la convergencia en términos de redes, dispositivos y contenido, sino que fundamentalmente posibilitó el desarrollo de aplicaciones en la nube, más interactivas e intensivas en audio y video, que permiten ofrecer todo tipo de servicios en línea, desde los de ocio y entretenimiento hasta los productivos y de interés social.


En la actualidad, se observa una consolidación de trayectorias tecnológicas. La combinación de servicios en la nube y movilidad total es el telón de fondo.


En promedio como porcentaje de la población total, solamente 40%de los habitantes de América Latina es usuaria de Internet, mientras que en el conjunto de la OCDE11, los usuarios son casi 80%. Pero los promedios ocultan grandes desigualdades, como muestran los datos.


Países como México y el Perú, de un peso económico importante, se encuentran por debajo del 10 Técnicamente. Hay dos problemas adicionales: el hecho de que buena parte de los datos originados por fuentes como las redes sociales reflejan percepciones, intenciones o deseos, no hechos, y el aumento del error estadístico promedio regional.


Ningún país de Latinoamérica y Caribe alcanza siquiera los niveles de España, uno de los países más rezagados de la OCDE (incluso Chile y Uruguay, que exhiben las mayores tasas, apenas superan 50%), mientras que en países como Nicaragua y Guatemala solamente 10% de su población es usuaria de Internet.


La crisis provocada por la COVID-19 ha afectado a América Latina con más fuerza que a cualquier otra región del mundo y ha puesto de relieve la necesidad de una recuperación resiliente e inclusiva.


Los argumentos a favor del acceso digital son claros. La digitalización impulsa la inclusión social y financiera. Unos 170 millones de estudiantes en toda la región se vieron afectados por el cierre de escuelas durante la pandemia. Y el 71 % de los países experimentó interrupciones en la prestación de atención para enfermedades no transmisibles durante los primeros meses de la crisis provocada por la COVID-19.


En la actualidad, menos del 50 % de la población de América Latina y el Caribe tiene conectividad de banda ancha fija y solo el 9,9 %  cuenta con fibra de alta calidad en el hogar.


Abordar la brecha digital


En primer lugar, los gobiernos latinoamericanos deben buscar la inclusión a través del suministro de servicios y reformas jurídicas y regulatorias. Esto puede incluir: establecer sistemas de identificación digital fundamentales para todos los ciudadanos a fin de permitir un acceso seguro y confiable a plataformas públicas y privadas. Actualmente, solo un 4 % de los centros de datos del mundo se encuentra en la región.


Durante la próxima década, se estima que la universalización del acceso de banda ancha en Latinoamérica costará el 0,12 % del PIB anual de la región.


La transformación digital es muy prometedora para Latinoamérica, pero liberar sus múltiples beneficios demandará un esfuerzo concertado. En este sentido, la Banca de Desarrollo está ayudando a proporcionar conectividad de banda ancha a unas 1300 instituciones públicas en Haití.


Los estudios revelan que la mitad de la región de América Latina y el Caribe todavía carece de conectividad, mientras que la otra mitad enfrenta una conexión de calidad insuficiente.


Esta problemática impone soluciones de financiamiento innovadoras para la infraestructura de conectividad digital, al mismo tiempo que apoya el fortalecimiento de los marcos regulatorios y de políticas necesarios para incentivar estas inversiones y promover la transformación digital de Latinoamérica y el Caribe.





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