OPINIÓN de Amy Goodman y Denis Moynihan.- Han transcurrido 140 años desde que Alexander Graham Bell utilizó por primera vez su teléfono experimental para comunicarse a distancia. En aquella ocasión, utilizó el dispositivo para decirle a su asistente de laboratorio: “Señor Watson, venga, quiero verlo”. Su invención transformaría la comunicación humana y el mundo. La empresa creada por Bell creció hasta transformarse en un inmenso monopolio: AT&T. El Gobierno federal consideró luego que era demasiado poderosa y dispuso la desintegración de la gigante de las telecomunicaciones en 1982. Ahora bien, AT&T ha regresado, y hay quienes dicen que para crecer y ser aún más poderosa que en el pasado, ya que ha anunciado que planea adquirir Time Warner, una de las principales compañías de medios de comunicación a nivel mundial, para conformar así uno de los más grandes conglomerados del entretenimiento y las comunicaciones del planeta. Más allá de representar una amenaza a la competencia,