OPINIÓN de Carola Chávez, Venezuela.- Después de pasar los últimos 15 años gravitando en el sistema escolar, la niña rara, la marciana, aterrizó en la universidad. Por más que le aseguramos que la universidad sería diferente, ella iba llena de aprensión, buscando rutas de escape incluso antes de entrar… hasta que cruzó la puerta. Yo la vi alejarse con pasos pesados, como si la mochila le pesara mucho, entonces vi cómo sus pies se hacían ligeros, sus pasos casi saltarines; la vi voltear con una sonrisa que me decía adiós.