OPINIÓN de Carola Chávez, Venezuela.- Últimamente nos ha tocado ver algo novedoso, diría yo, inédito: Los sifrinos preocupadísmos por los pobres que están pasando roncha. Sí, resulta que ahora sienten empatía por los mismos que ellos llaman niches, pelabolas, negros, desdentados, monos. Por los mismos que no dejan entrar en sus discotecas, haciendo efectivo el torcido derecho de admisión. Preocupados por esos que encienden las alarmas de pánico si se les ocurre caminar por las calles de alguna urbanización chic, porque esa vaina es sospechosa, “un niche por esto lados, algo estará buscando, y no precisamente una dirección. ¡SOSVenezuela!”. Por los mismos que no deben juntarse con sus hijos, porque uno no sabe qué malas mañas y qué microbios tenga esa gente. ¡Por ellos están preocupados!