OPINIÓN de H. C. F. Mansilla.- Las doctrinas de la descolonización en el área andina se consideran a sí mismas como construcciones teóricas básicamente progresistas e izquierdistas, consagradas al mismo tiempo al pensamiento socialista y a la revitalización de un comunitarismo humanista inmerso en las tradiciones indígenas prehispánicas. Se trata de una labor doble: rescatar las herencias culturales precolombinas y reafirmar, desde ese cimiento, una posición anti-imperialista y anti-occidental, acorde con las luchas actuales de los pueblos latinoamericanos contra las múltiples influencias del "imperialismo". Nadie duda de la legitimidad de estas posiciones. Las doctrinas descolonizadoras logran parcialmente reconstruir el sentimiento generalizado de la población indígena de los Andes que no ha sido favorecida por el desarrollo modernizante de las últimas décadas. Ahí emerge el conflicto entre el anhelo por la dignidad y el reconocimiento, que ciertamente prevalece t