OPINIÓN de Javier Madrazo Lavín. - La política para ser democrática debe liberarse, en primer lugar, del control efectivo que sobre ella ejercen el poder económico y los mercados. La política se ha transformado en un instrumento al servicio de los intereses de la banca y las grandes empresas, que ejercen su autoridad en el mundo entero a través del FMI, el BCE y el Consejo de Europa. Instituciones que han pervertido no sólo la acción política sino sobre todo, y más grave aún, han anulado la democracia. El capitalismo se ha convertido en una dictadura, y las instituciones, especialmente las supralocales ,son brazos ejecutores de órdenes que dictan personas que jamás han concurrido a unas elecciones y de las que nunca conoceremos sus programas, ni mucho menos sus rostros. El cumplimiento efectivo de los derechos humanos no son, su objetivo prioritario , como tampoco lo es la superación de las desigualdades o la redistribución justa de la riqueza. Los máximos mandatarios saben muy bien