OPINIÓN de Leonora Esquivel.- Navidad es época de paz, compasión, amor, eso se nos dice y eso queremos creer e intentamos practicar. Sin embargo, la época navideña lanza mensajes contradictorios: nos incita a la paz y a la espiritualidad, y al mismo tiempo inculca consumismo y egoísmo. La mayoría no quiere saber los métodos de producción de los regalos que da o recibe, ni del menú que alegremente degustará en familia. Tampoco se preocupa por el destino final del árbol que fue talado para decorar temporalmente sus hogares y que luego de un par de meses terminará en la basura, ni por los plásticos, envolturas y desechos no siempre amistosos con el planeta. No queremos saber cosas que nos incomoden, que puedan hacernos sentir responsables de nuestras, aparentemente, superficiales decisiones. Si nos apegamos estrictamente a la tradición, Navidad es una fecha para celebrar el nacimiento de Jesús, quien vino al mundo a lanzar un mensaje de amor a través de frases como “Amarás a tu prójimo