Por Mauricio Castaño H Historiador Colombiakrítica Pasar, caminar, siempre moverse, partir y regresar. La vida definida por el movimiento. La inmovilidad y el aislamiento matan. Moverse y congregarse, en el aislamiento y en la quietud morimos. El afuera y el adentro. Se rompe el cascarón para ganar independencia. La mano y el martillo empuñado, es el gesto de querer salirnos de nosotros mismos. El yo que se exterioriza y se busca en el afuera para no encontrarse, pero no importa, porque la vida es movimiento, es búsqueda incesante. Qué sería de nosotros si no tuviéramos algo por delante que nos atrajera, que nos motivara, que nos pusiera en movimiento, algo por qué luchar, algo que le dé sentido a nuestras vidas, a nuestra existencia. Apunta de querer estar afuera, de salirse uno de sí mismo, la mano ingeniosa crea la herramienta, con ella traza calles, construye pasajes, centros comerciales, edificios, viviendas, todo esto devela nuestros movimientos, el estar de un lado para el otro