Mariano Mores y Hugo del Corral Mi romance con el tango comenzó cuando tenía 14 años; viajaba en un tranvía que iba por la avenida Corrientes desde el bajo hasta Chacarita. Al pasar por el Café Vicente que estaba enfrente del Germinal, vi un cartel solicitando pianista que tocara música internacional, que leyera a primera vista y que supiera transportar. Bajé, el patrón me tomó una prueba y me aceptó a tres pesos con cincuenta por día.