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Torturas en Guantánamo y espionaje sin fronteras


*7.11.13. OPINIÓN de Niko Schvarz.-  En los mismos días de fines de octubre en que la Asamblea General de la ONU en Nueva York reclamaba por 22ª vez consecutiva y por una mayoría apabullante de 188 votos contra 2 (EEUU e Israel) el cese del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba, se reunía en Washington la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en su 149º período de audiencias. En la sesión de apertura el organismo resolvió exigir explicaciones al gobierno de Estados Unidos por la situación prevaleciente en la base naval de Guantánamo, tras haber constatado torturas, tratos degradantes y violación generalizada y sistemática de los derechos humanos contra los presos ubicados en la prisión de dicha base naval, que es en realidad un territorio cubano ocupado desde hace más de un siglo por la potencia imperial.

Este es el primer tema que se consideró en la prolongada reunión, que se extendió por una semana. Cabe recordar que la CIDH es un órgano de la Organización de Estados Americanos (OEA). El Comisionado de la CIDH, Rodrigo Escobar Gil, enumeró entre los vejámenes sufridos por las personas privadas de su libertad en Guantánamo, en su inmensa mayoría sin condena judicial, la aplicación sistemática de torturas como el “submarino seco” y el “submarino húmedo”, además de la alimentación forzada a 106 presos que vienen llevando una huelga de hambre desde el mes de febrero. Dijo al respecto que “hay denuncias sobre alimentación forzada de prisioneros en Guantánamo que se encuentran en huelga de hambre, lo que hiere cánones éticos y constituye trato inhumano y cruel”. La CIDH ha reclamado el cierre de ese centro de reclusión y torturas, tal como lo prometió el presidente Barack Obama, promesa que no ha cumplido.

En respuesta, el representante oficial de Estados Unidos alegó que en vista del cierre de la actividad del gobierno, por las razones conocidas, solicitaba que se replanteara la solicitud en un lapso de 30 días. La Comisión le hizo saber que el pedido está formulado desde el 2004. El Relator Especial de la ONU contra la Tortura, el argentino Juan Méndez, declaró: “Es injustificado decir que no pueden responder por el cierre administrativo del gobierno durante dos semanas. Este caso lleva una década. Desde el año 2004 estamos pidiendo visitas sin condiciones a los prisioneros”. Insistió también en el hecho de que los prisioneros en huelga de hambre están siendo sometidos a alimentación forzada.

En la reunión se consideraron además otros temas, todos ellos vinculados a la violación de derechos humanos, como el uso de aviones no tripulados (drones, que están masacrando a la población civil en Pakistán y otros países), la reforma migratoria en EEUU, la actividad de las empresas mineras que operan en las Américas, la situación de las comunidades indígenas, entre otros. También irrumpió en ese ámbito el tema del espionaje practicado por EEUU en todo el planeta y denunciado por el ex analista de la NSA, Edward Snowden, actualmente asilado en Moscú y a quien se le ha solicitado que comparezca en Alemania en un proceso de investigación referido al espionaje practicado contra la canciller Angela Merkel. “Las denuncias de interceptación de las comunicaciones por parte de Estados Unidos a sus ciudadanos, así como a empresas y gobiernos extranjeros, han sido de enorme preocupación para la Comisión”, señaló el secretario ejecutivo de la CIDH, Emilio Álvarez. A su juicio, las audiencias podrían permitir que se generara una discusión para establecer nuevas convenciones sobre libertad de expresión, privacidad y los mecanismos de control de los Estados.

Simultáneamente se desarrolló una manifestación en Washington mismo contra las escuchas masivas de la NSA. Varios miles de manifestantes recorrieron las calles céntricas de la capital y se concentraron después frente al Capitolio voceando consignas tales como “Paren el espionaje masivo” y “Desenchufen a Big Brother” (el Gran Hermano), para exigir una nueva ley que reforme la legislación actual que autoriza los programas de vigilancia electrónica de Estados Unidos. Entregaron en tal sentido un petitorio firmado por más de 575 mil personas a través de Internet, en el cual se exige que los congresistas revelen “la amplitud del programa de la NSA” referido a la interceptación de comunicaciones tanto a través de Internet y las llamadas redes sociales como de la telefonía fija y móvil. En la manifestación se leyó un mensaje de Edward Snowden, luego difundido por Internet, que decía: “Hoy en día ninguna llamada telefónica pasa en Estados Unidos sin que la NSA la tenga registrada. En la actualidad ninguna transacción de Internet entra ni sale de Estados Unidos sin pasar por las manos de la NSA. Nuestros representantes en el Congreso dicen que no se trata de vigilancia, pero no es cierto”. Todo esto acontece 12 años después de la adopción de la Patriotic Act, votada después de los atentados de las Torres Gemelas del 11 de setiembre de 2001. La mayoría de los manifestantes eran jóvenes, congregados por una coalición heterogénea de un centenar de organizaciones civiles como Free Press o la Electronic Frontier Foundation. En las próximas semanas se desarrollarán varias audiencias en el Senado para debatir una posible reforma del sistema de escuchas de la NSA.

A esta altura resulta evidente que el espionaje ejercid por los órganos de gobierno de EEUU con connivencia con las agencias ramificadas de comunicación no tienen más límite que los del planeta entero. Se demostró que el espionaje se ejercía contra la mayoría de los países de Europa. El tema fue objeto de especial consideración en la última Cumbre de la Unión Europea reunida en Bruselas. Hubo protestas de todo tipo, en particular de la canciller alemana Angela Merkel. Obama alegó que no sabía nada, pero después se demostró que estaba perfectamente al tanto del espionaje. El diario alemán Bild am Sonntag citó fuentes del servicio secreto estadounidense según las cuales el jefe de la NSA , Keith Alexander, había informado a Obama de un operativo de espionaje de las comunicaciones de Angela Merkel desde el año 2010, en un programa que incluso podría haber empezado varios años antes. Se encomendó a la canciller y al presidente francés François Hollande expresar la protesta formal del organismo. Después se supo que incluso los servicios de inteligencia de los países europeos colaboraban en la recolección de datos con los servicios estadounidenses, y compartían la información recogida. Se habló incluso en la reunión de romper el acuerdo antiterrorista con EEUU por parte de la Unión Europea.

He aquí algunos titulares de los diarios de estos últimos días: “España reclamó el 28 de octubre explicaciones a EEUU por las escuchas telefónicas en el país, manteniendo viva la tormenta diplomática, especialmente virulenta en Alemania, originada por las revelaciones de espionaje de la NSA a varios países europeos. La NSA espió más de 60 millones de llamadas telefónicas en ese país entre diciembre de 2012 y enero de 2013, sumándose a una larga lista de estados europeos espiados como Francia y Alemania”. Otro: “Cónclave italiano para tratar el espionaje de EEUU. Washington y Londres también espían a Italia”. Otro: “La NSA accedió a más de 180 millones de registros en el mundo”. Otro: “EEUU espió a 35 líderes mundiales”. Otro más: “Snowden tiene datos sobre espionaje contra Rusia, Irán y China. Otro: “Moscú, París y Berlín entre los puntos espiados por EEUU, según Wikileaks”.

El último anuncio indica que el espionaje también se ejerció en gran escala contra El Vaticano. El semanario italiano Panorama reveló que entre los 46 millones de comunicaciones interceptadas en Italia entre diciembre 2012 y enero 2013 se incluyen comunicaciones desde y hacia El Vaticano. El semanario dice que fueron espiadas las conversaciones entre prelados durante el cónclave del 12 de marzo que llevó a la nominación de Mario Bergoglio como Papa Francisco, y luego las conversaciones del propio pontífice. Según WikiLeaks, el cardenal Bergoglio era objeto de escuchas desde el año 2005.

Por cierto que América Latina no está excluida de la red de espionaje. Expresa otro cable: “Espionaje de EEUU contra México no es de ahora contra Enrique Peña Nieto: filtraron correos de Felipe Calderón (y de Vicente Fox también), por parte de Estados Unidos y de Canadá”. Sin hablar ya de la vigorosa denuncia formulada por Dilma Rousseff en la ONU, contra el espionaje ejercido por EEUU contra la presidencia de Brasil, contra sus instituciones y contra empresas estatales de la importancia de Petrobras, lo que motivará una reunión internacional en los primeros meses del año entrante en Brasilia para tratar el tema de las comunicaciones a nivel mundial resguardando la soberanía de cada país y la privacidad individual. Entre tanto, el gobierno brasileño anunció que creará su propia plataforma de servicios en Internet bajo una extensa red de servidores propios.

Esto se proyecta a lo que sucedió en la ONU el viernes 1º de noviembre. En esa fecha, Brasil y Alemania presentaron en forma conjunta (como lo habían anticipado sus autoridades de gobierno) un proyecto de resolución sobre el derecho a la privacidad en la era digital, lo que constituye una respuesta a las revelaciones sobre espionaje internacional de los Estados Unidos, que afectó en particular a las mandatarias de ambos países. El texto fue presentado ante la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea General de la ONU en Nueva York. El proyecto solicita tomar medidas para poner fin a las violaciones del derecho a la privacidad, incluyendo el contexto de la comunicación digital, y prevenir nuevas actividades de este tipo obligando a los países a cumplir sus obligaciones bajo la legislación internacional de DDHH. Además, insta a establecer mecanismos nacionales independientes de supervisión capaces de garantizar la transparencia del Estado y su responsabilidad en las actividades relacionadas con la vigilancia de las comunicaciones, su intercepción y la recolección de datos personales. En ese marco, solicita a la Comisionada de Naciones Unidas para los DDHH, la sudafricana Navanethem Pillay, que presente un informe con recomendaciones sobre la protección del derecho a la privacidad en el contexto nacional e internacional, incluyendo la vigilancia masiva de comunicaciones. En el texto, Brasil y Alemania hacen referencia al artículo 12 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y al artículo 17 del Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos aprobada por la ONU en 1966.

Ante la denuncia del espionaje de que fue objeto por parte de los organismos de Estados Unidos, Dilma Rousseff suspendió su visita a Washington, que estaba programada para octubre pasado, y formuló desde la tribuna de la ONU, en la apertura de las sesiones de la Asamblea General en el mes de setiembre, un durísimo ataque en que calificó el espionaje de EEUU de “quiebra del derecho internacional” y reclamó un control internacional del uso de Internet.

El gobierno de Washington intentó justificar sus actos de espionaje en la necesidad de proteger al mundo de los ataques terroristas, pero Dilma Rousseff calificó este argumento de “insostenible”, y otro tanto hizo Ángela Merkel. El tema sigue vivamente en el candelero.







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