Petry dijo que no estaba a disposición ni como candidata única, como aspiraba en un principio, ni formando un equipo, como proponían sus rivales del ala más derechista, y anticipó que llevará a la cumbre partidaria de este fin de semana, la propuesta que el partido abandone la postura de mera oposición a los "partidos tradicionales" y se convierta en una formación capaz de sellar alianzas de gobierno.
Pese a que en este congreso no se definirán nuevas autoridades partidarias, la posición adoptada por Petry será examinada por los delegados con el riesgo de correr la misma suerte que Bernd Lucke, uno de los fundadores del AfD que fue derrocado dos años atrás, informó la agencia de noticias DPA.
Según está previsto en el cronograma, el encuentro comenzará el sábado y terminará el domingo, día en que se definirá el programa electoral, que incluye propuestas como la expulsión de hasta 200.000 inmigrantes y la intención de prohibir el uso del velo islámico en la administración pública.
El cónclave partidario de esta fuerza que tiene representación en 11 de los 16 parlamentos regionales, se realizará en medio de extremas medidas de seguridad que movilizará unos 4.000 policías.
Fuera del hotel donde se reunirán los ultraderechistas hay convocadas movilizaciones de protesta a las que se esperan que asistan más de 50.000 personas.
Alternativa para Alemania: de los indignados al ultranacionalismo
El partido AfD, fundado en 2013 como un movimiento de académicos indignados con los millonarios rescates financieros a países del sur de Europa, pugna por conseguir por primera vez representantes en la Cámara baja del Parlamento alemán.
Cuatro años atrás, apenas meses después de su creación, esta fuerza de ultraderecha quedó a milésimas de los cinco puntos necesarios para poder ingresar al Congreso, una prueba que confían que podrán superar en septiembre próximo ya que diferentes mediciones le dan alrededor del 10% de intención de voto.
Al calor de la crisis migratoria que afecta a Europa, y que ya vio llegar al continente a más de 1,4 millones de refugiados de Medio Oriente y el norte de África desde 2015, los ultranacionalistas vieron crecer su apoyo, aunque las disputas internas partidarias mermaron su crecimiento.
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