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RSF: El proyecto de la nueva ley de prensa en Bielorrusia es un paso más hacia la represión

Reporteros Sin Fronteras (RSF) hace un llamamiento a las autoridades bielorrusas para que reconsideren las feroces disposiciones de un nuevo proyecto de ley de prensa que causa gran inquietud. La organización pide, además, que se tengan en cuenta las propuestas de los medios.

Protestas en Bielorrusia contra la represión gubernamental
La sociedad civil bielorrusa acaba de conocer el nuevo proyecto de ley, a pesar de que éste ya se encuentra en sus etapas finales y se someterá este jueves a una sesión plenaria en la cámara baja de la Asamblea Nacional.

Las autoridades dicen que el proyecto de ley está "basado en la experiencia internacional" y que tiene como objetivo garantizar la igualdad entre los periodistas y convertir internet en un entorno "protegido". Pero los periodistas independientes, que desde hace tiempo se quejan de las disposiciones represivas de la actual ley de prensa, consideran el proyecto incluso más amenazante y especialmente para los medios digitales.

"Revisar la legislación mediática bielorrusa sería deseable si permitiese más libertad de prensa, pero desafortunadamente las reformas propuestas por el gobierno harán lo contrario", señala Johann Bihr, director del departamento de RSF para Europa del Este y Asia Central.

"Lejos de eliminar obstáculos indebidos para la actividad de los medios, aumentan las disposiciones represivas, especialmente en lo que respecta a internet. Pedimos a las autoridades que modifiquen este proyecto de ley teniendo en cuenta las recomendaciones de los medios".

Sistema de dos niveles para medios digitales

Los medios bielorrusos tienen que cumplir actualmente con un complicado procedimiento de registro que las autoridades pueden viciar con el fin de marginar a los críticos. En lugar de simplificar el procedimiento, la ley planea extenderlo a los medios digitales. La concesión de licencia dependería del cumplimiento de condiciones estrictas: un diario digital no podría realizarse desde un domicilio particular y el director tendría que ser un ciudadano bielorruso con al menos cinco años de experiencia en un puesto periodístico de alto rango.

Los medios digitales no estarían obligados a obtener esta licencia, pero sus derechos se verían limitados si no lo hicieran. Sin una licencia, no podrían solicitar información a los departamentos del gobierno y sus reporteros no disfrutarían de un estatus oficial como periodistas. Esto les impediría obtener la acreditación de prensa para los eventos oficiales y aumentaría sus posibilidades de ser detenidos durante la cobertura de manifestaciones. Pero no tener una licencia no los eximiría de las restricciones y sanciones que se aplican a todos los medios.

Penas más duras y arbitrarias

Según el proyecto de ley, las autoridades podrían bloquear cualquier contenido en línea sin una orden judicial por razones aún más difusas que las actuales. Bastaría con que indicaran que un sitio web "difunde contenido ilegal" o que se usa para "actividades ilícitas", conceptos peligrosamente vagos, abiertos a una interpretación más amplia.

"En ausencia de medios técnicos" para bloquear una dirección web individual, las autoridades estarían facultadas para bloquear la página web al completo. No habría forma de apelar contra las decisiones del Ministerio de Información, que tendría en exclusiva el poder de sacar a una web de la lista negra oficial. Las páginas bloqueadas también podrían verse privadas automáticamente de su licencia, un castigo que necesita la aprobación de un tribunal en el caso de los medios tradicionales.

Además de las sanciones ya previstas por la ley en la mayoría de los casos, también se podrían imponer fuertes multas por "difundir contenido ilegal". Los medios de comunicación se expondrían, por ejemplo, a multas de hasta 12.200 rublos (5.000 euros) por difundir información de los partidos de oposición prohibidos o considerada de naturaleza "extremista".

Adiós al anonimato en internet

Las nuevas disposiciones de la ley también socavan el anonimato digital, un activo valioso en un país represivo como Bielorrusia. Las webs y foros digitales que permiten a los lectores publicar comentarios se verían obligadas a identificarlos y a moderar sus publicaciones con el fin de evitar que las bloqueen. El proyecto de ley es tan vago en este punto que estas disposiciones también podrían aplicarse a las redes sociales.

Aunque el gobierno lleva varios meses redactando el proyecto de ley, los periodistas no se enteraron hasta fines de marzo. La Asociación Bielorrusa de Periodistas (BAJ), socia de Reporteros Sin Fronteras, presentó sus recomendaciones a la Asamblea Nacional el 9 de abril y solicitó la consulta de expertos antes de la votación.

En una reunión con el ministro de Información, el 6 de abril, el presidente de BAJ, Andrei Bastunets, expresó la preocupación de los periodistas sobre el proyecto de ley y dijo que era lamentable que no se hubieran tenido en cuenta las numerosas propuestas del BAJ para mejorar la legislación actual.

Bielorrusia ocupa el puesto 153, entre 180 países, en la Clasificación Mundial 2017 de la Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras. Más sobre el país, en el Informe Anual de la organización.




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