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Niñas y niños de 12 años sufren abusos, detenciones y devoluciones ilegales a Italia por parte de la policía francesa

Oxfam denuncia abusos y devoluciones ilegales en la frontera francoitaliana. 
Su informe “Fuera, en ningún sitio” muestra cómo un burocrático y asfixiante sistema de acogida en Italia pone en peligro y fuera del radar a personas refugiadas vulnerables y a otras personas migrantes.



En un caso, una menor eritrea fue obligada a volver a cruzar la frontera por un camino sin asfaltar junto a su bebé de 40 días.

Niñas y niños de tan solo doce años sufren abusos, detenciones y devoluciones ilegales a Italia por parte de la policía francesa, según un nuevo informe de Oxfam (Oxfam Intermón en España).

El informe “Fuera, en ningún sitio” muestra cómo un burocrático y asfixiante sistema de acogida en Italia pone en peligro y fuera del radar a personas refugiadas vulnerables y a otras personas migrantes. En Francia, según el informe, la policía para de forma rutinaria a los menores no acompañados y los mete en trenes de vuelta a Italia después de modificar sus papeles para que parezcan mayores o para dar a entender que quieren ser devueltos.

Los niños han denunciado que han sufrido abusos físicos y verbales, y que han pasado la noche en celdas sin comida, agua o mantas y sin acceso a un tutor oficial. Todo ello va contra las leyes francesas y de la Unión Europea.

Personal de Oxfam y de las organizaciones locales denuncia casos en los que la policía de fronteras ha rajado las suelas de los zapatos a los menores migrantes o ha robado las tarjetas SIM de sus teléfonos. En un caso, una menor eritrea fue obligada a volver a cruzar la frontera por un camino sin asfaltar junto a su bebé de 40 días.

Al menos 16.500 migrantes –una cuarta parte de los cuales son menores- han pasado la frontera por el pueblo italiano de Ventimiglia (a 7 kilómetros de la frontera) en los nueve meses previos a abril de 2018, y es probable que la cifra crezca en los meses de verano. La mayoría huye de la persecución y la guerra en países como Sudán, Eritrea, Siria y Afganistán. Muchos de ellos están intentando llegar a países como Francia, Reino Unido, Suecia o Alemania, donde esperan reunirse con familiares o amigos.

Muchos menores no acompañados han denunciado sentirse abandonados en los centros de recepción, sin oportunidad para ir a la escuela o a formarse, y sin información sobre cómo pedir asilo o reunirse con miembros de su familia en otros países europeos. Después de meses o incluso años de espera, muchos deciden probar suerte y continuar su viaje solos, mientras que otros son expulsados de los centros en cuanto cumplen 18 años.

El único centro de recepción de migrantes cercano a Ventimiglia, Campo Roja, ofrece alojamiento básico hasta a 444 personas. Pero la falta de información clara, la fuerte presencia policial en el acceso y la obligación de dar las huellas dactilares disuade a muchos de quedarse. Como consecuencia, mucha gente duerme bajo una autopista a las afueras del pueblo, sin acceso a agua potable o servicios. Sus tiendas o refugios de cartón son destruidos a menudo por las autoridades locales y no existe seguridad.

Los equipos de Oxfam en la zona se encuentran habitualmente con familias, mujeres embarazadas y menores no acompañados viviendo en estas condiciones. Entre ellos hay supervivientes de violaciones y torturas en Libia, por donde han pasado en su camino a Italia.

“Los niños, niñas, mujeres y hombres que huyen de la persecución y la guerra no deberían sufrir abuso ni abandono por parte de las autoridades francesas e italianas”, asegura Elisa Bacciotti, directora de campañas de Oxfam Italia. “En demasiados casos, las carencias en servicios básicos y de información en el sistema de acogida italiano obligan a la gente a vivir situaciones precarias y peligrosas. Son personas que sólo desean pedir asilo en un país donde ya viven sus familiares y que se ven frustradas”.

“Europa debe reformar su sistema de asilo, y compartir la responsabilidad de acoger a aquellas personas que buscan refugio. Los gobiernos y el personal administrativo de las fronteras deberían proteger las necesidades específicas y los derechos de los niños y niñas en lugar de devolverlos ilegalmente a otros países. Los menores nunca deberían ser retenidos en celdas carcelarias o ser sometidos a abusos crueles.”

El informe llama a los miembros de la UE a asegurarse de que la responsabilidad con respecto a las personas refugiadas es compartida de manera más igualitaria bajo el sistema de Dublín -la regulación de la UE que determina qué país es responsable de procesar las solicitudes de asilo-.

También pide que la Unión Europea tenga en cuenta las necesidades legítimas de quienes piden asilo, y asegure procesos eficientes para reunir a las familias, evitando los obstáculos burocráticos. Así mismo, exige al gobierno francés que deje de devolver ilegalmente menores a Italia y que ponga fin a las prácticas ilegítimas de la policía francesa y de los guardas de la frontera.




Enlace al informe (en inglés)

Según los acuerdos de Dublín, los menores migrantes en Francia no pueden ser devueltos a Italia si solicitan asilo en Francia. Esto es diferente de las personas migrantes adultas, que solo pueden pedir asilo en el primer país europeo al que llegan. Los niños o niñas que no piden asilo y son interceptados por la policía en la frontera pueden ser devueltos a Italia voluntariamente sólo si se siguen ciertos procedimientos, incluyendo un plazo de 24 horas y la asignación de un tutor.

No hay un monitoreo sistemático de las personas migrantes que cruzan la frontera, o de las que no lo logran, en Ventimiglia. Los voluntarios y voluntarias de Cáritas llevan una cuenta mensual aproximada, que estima que hubo unas 16.475 entre julio de 2017 y abril 2018 (sin incluir diciembre). Los chequeos de organizaciones con las que trabaja Oxfam durante tres periodos de 24 horas en 2017 sugieren que decenas de menores fueron devueltos a Italia cada semana. Las niñas y niños son casi una cuarta parte de la población migrante en la zona de Ventimiglia.

Un informe administrativo independiente francés publicado el 5 de junio, basado en investigaciones realizadas en septiembre de 2017, llegó a conclusiones muy similares a las del informe de Oxfam, en lo relativo a la falta del debido proceso, la negación generalizada de dignidad y la falta de aplicación de la legislación vigente. Las autoridades francesas han fracasado a la hora de responder a las deficiencias identificadas en este informe.

Oxfam trabaja con otros grupos de derechos humanos para llevar casos ante los tribunales. En enero y febrero de 2018 el Tribunal Administrativo de Niza estableció que las autoridades francesas de la frontera habían detenido y devuelto ilegalmente niños y niñas a Italia hasta en 20 ocasiones. Tras la sentencia, personal humanitario de Ventimiglia ha observado un aumento de las falsificaciones de los documentos de los menores no acompañados por parte de la policía de fronteras francesa para hacerlos parecer mayores.

Oxfam Italia ofrece consejo legal, información y kits de dignidad a las personas migrantes fuera del sistema de recepción en Ventimiglia y en Sicilia. Los kits de dignidad vienen en pequeñas mochilas y contienen calcetines, guantes, mantas, cepillos de dientes y otros productos de higiene.

Un total de 17.337 niños y niñas llegaron a Italia en 2017, de los cuales 15.779 (el 91%) no iban acompañados. Suponen la inmensa mayoría de los menores no acompañados inmigrantes que llegaron a países europeos en 2017.







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