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El chocolate, el pescado y otros alimentos, más seguros

Los niveles máximos de cadmio en el chocolate y de mercurio en el pescado, así como de residuos de pesticidas y antibióticos fueron definidos esta semana por especialistas y líderes mundiales en Italia.





Nuevas reglas para proteger la salud de los consumidores fueron adoptadas por el organismo internacional de normas alimentarias conocido como la Comisión del Codex Alimentarius durante su sesión anual que terminó este viernes.

La Comisión, establecida hace más de 50 años por el Fondo de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), coordina los aportes de casi 190 países y la Unión Europea y busca asegurar que las personas puedan confiar en la seguridad y calidad de los alimentos que consumen.

Cientos de líderes se reúnen anualmente por una semana para adoptar nuevas normas, directrices, códigos de prácticas y otras recomendaciones que conforman el Codex Alimentarius (latino de Código Alimenticio) y abordan temas tales como contaminantes, pesticidas, declaraciones de propiedades saludables y etiquetado nutricional. El objetivo es proteger la salud del consumidor y garantizar prácticas leales en el comercio de alimentos.

Representantes de casi 120 países y 70 organizaciones asistieron a la reunión este año. Guilherme da Costa de Brasil, quien fue reelegido como el presidente de la Comisión, pidió a los delegados que formen un consenso para establecer estándares.

"Es esencial que hagamos todo lo posible para desarrollar y difundir aún más las normas del Codex a fin de garantizar la seguridad alimentaria y la calidad para todos en todas partes", dijo.


La OMS considera el mercurio uno de los diez químicos más perjudiciales para la salud. Foto: OMS
Mercurio en el pescado

Para reducir la exposición al metilmercurio, la Comisión estableció límites para varias especies de peces, que van de 1,2 a 1,7 mg por kg de pescado. Esto incluye no más de 1,2 mg de metilmercurio por kg de atún, 1,5 mg por kg de alfonsino, 1,7 mg por kg de marlín y 1,6 mg por kg de tiburón.

El mercurio puede tener efectos tóxicos en los sistemas nervioso, digestivo e inmune de los humanos, y en los pulmones, los riñones, la piel y los ojos.

"Estamos particularmente preocupados por la contaminación de los peces a los niveles de mercurio en el mar. Se debe en parte a una contaminación natural, es decir, el mercurio ya estaba en el medio ambiente y luego se disolvió en los océanos, y en parte también debido a las emisiones de la industria ", explicó Tom Heilandt, secretario de la Comisión.

"También puede ingresar al cuerpo, incluso a través del cabello, y es posible que afecte el feto de una mujer embarazada, y eso puede ser realmente malo para el bebé ", añadió.
Cadmio en el chocolate

En 2010, el Comité Conjunto de Expertos en Aditivos Alimentarios de FAO estableció una ingestión mensual segura de cadmio para humanos de 25 microgramos por kilogramo de peso corporal. Sobre la base de esta evaluación, en un esfuerzo por reducir la exposición, la Comisión estableció límites para el cadmio en diferentes tipos de chocolate de 0,8 o 0,9 mg por kg de chocolate, dependiendo del contenido de cacao.

Los granos de cacao, que se usan en la producción de chocolate, pueden absorber el cadmio del suelo y el agua. En algunos casos, los granos de cacao pueden tener elevados niveles de este elemento químico, que pueden almacenarse en el cuerpo humano durante mucho tiempo. Su ingesta está relacionada con el daño renal.


Puesto de frutas en un mercado de Barcelona. Foto de archivo: FAO/Alessia Pierdomenico

Plomo en los alimentos

La Comisión redujo los límites para el plomo en una serie de alimentos: no más de 0,04 mg de plomo por kilo de jugo de uva ni más de 0,08 mg por kilo para grasas y aceites comestibles (por ejemplo, margarina). En cuanto al mango y la sal los límites máximos de un 0,4 y 1 por kilo, respectivamente.

El plomo es un químico que existe en el ambiente, incluso en el aire y el agua, y puede ser absorbido por las plantas del suelo. La exposición a altos niveles de plomo es perjudicial para la salud humana. Los bebés y niños pequeños son particularmente vulnerables a los efectos tóxicos del plomo, que pueden afectar su desarrollo cerebral.
Dioxinas

También se adoptó un nuevo código de prácticas para reducir las dioxinas y sustancias similares en los alimentos y los piensos.

Estos productos químicos son contaminantes orgánicos persistentes (COP) en el medio ambiente que pueden ingresar a la cadena alimentaria y tener efectos negativos en la salud humana. Estos pueden acumularse en los tejidos de animales productores de alimentos y en el pescado, y pueden encontrarse en productos como leche y huevos.

De hecho, las personas están expuestas a dioxinas y compuestos relacionados principalmente a través del consumo de alimentos de origen animal, con aproximadamente el 90% de la exposición total a través de las grasas en el pescado, la carne y los productos lácteos. El repertorio de recomendaciones prácticas se actualizó para incluir disposiciones relativas a la gestión de los PCB no similares a las dioxinas (bifenilos policlorados), tras una detallada evaluación del riesgo,

La revisión abarca toda la cadena alimentaria, incluidas las buenas prácticas de alimentación. El código está destinado a las autoridades nacionales, los agricultores, los fabricantes de piensos y alimentos para prevenir o reducir la contaminación por dioxinas y PCB.


Trabajadores agrícolas aplican pesticida a un cultivo en Afganistán. Foto: FAO/Danfung Dennis

Límites de pesticidas

Se adoptaron límites máximos de residuos para más de 26 pesticidas en diversos alimentos y piensos.

Los plaguicidas son químicos usados para matar insectos, malezas y otras plagas para evitar que dañen los cultivos. Incluso cuando se usa de acuerdo con las mejores prácticas, sus residuos pueden terminar en los alimentos.

Los límites máximos de 26 plaguicidas apuntan a garantizar que sus residuos no dañen la salud de las personas y se basan en evaluaciones de riesgos.
Límites máximos de antibióticos

La comisión estableció también los límites máximos para antibióticos que son utilizados en animales productores de alimentos. Los de amoxicilina y ampicilina son 50 microgramos por kilo para el pescado. El de lunefenurón es de 1350 microgramos por kilo de trucha y salmón y el de monepantel para el ganado es de 7000 microgramos por kilo de grasa, 1000 por riñón, 2000 por hígado y 300 para el músculo.

La comisión adoptó, además, medidas respecto al etiquetado de alimentos y los límites de aditivos y preservativos.


FAO. Una fila de ganado es alimentada.




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