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Un proyecto español permite que tres niños prueben el primer exoesqueleto infantil




Foto: Mutua Madrileña.

Un ensayo clínico ha permitido andar por primera vez en sus hogares a tres niños con atrofia muscular espinal (AME), una enfermedad que les impide caminar, con la ayuda del primer exoesqueleto infantil.
El proyecto comenzó en 2016 y ha sido dirigido por el responsable de la Unidad de Neurodesarrollo de Neurología Infantil del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, el doctor Gustavo Lorenzo Sanz, y por la investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Elena García Armada.

En el proyecto colaboraron estrechamente la empresa de base tecnológica Marsci Bionics y el Centro CIGAT de atención temprana. El estudio fue financiado por la Fundación Mutua Madrileña a través de una de sus Ayudas anuales a la Investigación en Salud.

El exoesqueleto infantil, cuya tecnología ha sido desarrollada íntegramente en España por el CSIC, tiene como característica principal el músculo artificial que imita el funcionamiento de los tejidos naturales. Actualmente, para su utilización y colocación es necesaria la ayuda de un fisioterapeuta.

“El exoesqueleto se adapta automáticamente a cada uno de los niños. Este estudio nos ha permitido mejorar enormemente la ergonomía del dispositivo al utilizarlo en pacientes con características diferentes”, indicó Elena García, creadora del exoesqueleto.

El objetivo de este estudio fue probar los beneficios psicológicos y la mejora en la calidad de vida de los menores gracias a esta tecnología que les permite mantenerse de pie y andar de forma independiente. La última fase del ensayo clínico consistió en la prueba del exoesqueleto infantil durante dos meses en el domicilio de tres niños con atrofia muscular espinal, integrando el dispositivo en las actividades de su día a día.

“El uso del exoesqueleto ha permitido que nuestro hijo haga más ejercicio, pruebe nuevos juegos e incluso hayamos bailado en casa. Este dispositivo ha conseguido aquello que los médicos aseguraban que jamás sucedería cuando le diagnosticaron AME con 14 meses, y es que un niño con atrofia muscular espinal ande”, declaró Ana, la madre de uno de los participantes en el ensayo clínico.

La atrofia muscular espinal afecta a uno de cada 6.000 niños en España y provoca una debilidad muscular que les impide mantenerse erguidos, según datos facilitados por Mutua Madrileña. La AME tipo 2 se diagnostica entre los siete y los 18 meses de vida y los niños que la padecen no llegan a andar nunca.


(SERVIMEDIA)




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