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"No nos bastan las calles, tomamos la historia"

Mujeres argentinas en lucha por su derecho al aborto libre.

El Senado argentino debate este miércoles un proyecto de ley para la amplia despenalización del aborto y la votación se anticipa reñida, tal como ocurrió en la Cámara de Diputados en junio, cuando la propuesta consiguió media sanción tras una maratónica sesión de 23 horas y por apenas cuatro votos de diferencia.

Foto Gala Abramovich 



Después de un debate de dos meses, el último 14 de junio la Cámara de Diputadxs dio media sanción al proyecto de interrupción voluntaria del embarazo. Por 129 votos a favor, sobre 125 en contra, la propuesta legislativa pasó la primera ronda. El sistema parlamentario argentino es bicameral. Por eso se fijó el 8 de agosto como la jornada en la que el Senado pueda votar esta iniciativa que fue discutida durante un mes en la Cámara Alta.

El Senado decide si aprueba este proyecto que vino de la Cámara Baja tal cual cómo está, lo aprueba con modificaciones o lo rechaza.

Foto Gala Abramovich 



-Si se aprueba: el proyecto queda convertido en ley y, como tal, debe ser remitida al Poder Ejecutivo para su promulgación, a través de la publicación en el Boletín Oficial y con la posibilidad de ejercer el derecho a veto total o parcial, en un plazo de diez días hábiles tras la sanción.

-Si se aprueba con modificaciones: debe volver a Diputadxs para que, previo a un debate en comisiones o directamente en el recinto determine si acepta o rechaza los cambios incorporados por la Cámara Alta.

-Si no se aprueba: en el caso de un rechazo, la iniciativa no puede volver a ser considerada en el transcurso de este año parlamentario.

Foto Gala Abramovich 


No nos bastan las calles, tomamos la historia
Vanina WEANINA ESCALES.- Es una convención de los últimos meses decir que el aborto legal es una deuda de la democracia y que el 8 de marzo de 1984 fue un hito fundacional. Pero es más, mucho más. Porque nunca tuvimos los mismos derechos y nuestras biografías se marcaron con la desigualdad y cada momento histórico que contamos como nuestro fue la conquista de derechos que el resto de la sociedad ya tenía, como el voto, la patria potestad o el matrimonio. Por eso rebasa los últimos cuarenta años y por eso estamos hartxs, como esa señora que se hizo un cartel que decía “no puedo creer que siga protestando por esta mierda”.

Lo personal es político porque la heteronorma como régimen político nos ordenó al punto de privarnos de cuerpo, de funcionalizarlo para la servidumbre y la reproducción; nos tuteló desde el Estado, nos legisló cuándo y por qué motivos podíamos disponer de él, con qué artículo y causal, con nuestra palabra sospechada y nuestra voluntad en corsé. Por eso muchxs activistas pueden contar abortos propios y militancia por ese derecho de una forma anudada. Por eso también el hartazgo de nuestra ciudadanía de segunda llevó a distintas generaciones a sacar sus abortos a la luz, como una forma de transmitir la memoria de una práctica de autonomía contra el Estado. Somos muchas, siempre supimos que en las memorias subterráneas habían experiencias no transmitidas, que en cada familia, en cada grupo de amigas, habían decisiones sobre la gestión de la maternidad no contadas, había abortos. Todas abortamos o todas acompañamos a abortar.

El día previo a la sesión por el proyecto con media sanción de Interrupción Voluntaria del Embarazo, las noticias fueron operaciones de prensa, maniobras ficticias o reales sobre el tratamiento en el recinto, alimentadas por lo impermeable y reaccionario de buena parte del Senado. Se trata de nuestros derechos: las especulaciones toman nuestras vidas como rehenes. Pero ese ruido, ¿no será el patriarcado crujiendo?

Una frase del Discurso de la servidumbre voluntaria se hizo presente estos días “Pónganse de un lado a 50 mil hombres en armas y otros tantos del otro; que se los disponga para la batalla; que choquen entre sí. Los unos, libres, para luchar por su libertad, los otros para quitársela: ¿de quienes creen que será la victoria? Los unos tienen siempre delante de sus ojos la felicidad de la vida pasada y la esperanza de una dicha semejante en el futuro; no consideran tanto lo que aguantan durante el tiempo que dura la batalla como lo que no deberán aguantar, ellos, sus hijos y toda su descendencia”. No somos hombres cis heterosexuales. Luchamos por nuestra libertad, nuestra arma es el feminismo. Hoy estamos conquistando una vez más la historia. Del feminismo no hay vuelta atrás, se multiplica, iconoclastea tótems autoritarios como algunxs senadores que no ocultan sotanas. ¿Cuánto tiempo más estarán cómodxs en sus bancas lxs que nos niegan derechos? ¿Qué discurso democrático podrán recitar en sus futuras campañas? ¿Con qué legitimidad? Nosotrxs ganamos la historia, ganamos el futuro y ganamos nuestra libertad. Que sea ley.


Nos volvemos a ver 
Victoria Freire.- El 8A es la fecha que llevamos marcada con glitter en el cuerpo, que está cocida al pañuelo verde, escrita una y mil veces en los carteles y afiches que visten las paredes. Te pregunta tu mamá, tu amiga, tu novia, tu hija, las compañeras del laburo, ¿vamos?

Somos una mayoria que hace temblar la tierra. Lo dicen todas las encuestas, hay una despenalización social del aborto que debe ser Ley. Fuimos un millón pero esta vez seremos el doble, queremos que atraviese las paredes grises del congreso nuestra voluntad sonora. Ahí adentro van a estar debatiendo si aprueban el proyecto de Ley de la Campaña por el derecho al Aborto, con las modificaciones que reunieron 26 firmas por mayoría en las comisiones del Senado o sobre la media sanción que viene de la cámara de diputados. Pero el escenario está dificil y la cantidad de apoyos hasta el momento no alcanzan para revertir los 37 votos en contra.

Al comenzar el proceso de debate parlamentario todas compartíamos que en diputadxs podía lograrse la aprobación pero que el desafío estaba en senadorxs ya que se trata de una cámara mucho más conservadora. De hecho, comprobamos que lxs representantes son casi inaccesibles, hermeticos algunxs, y sujetos a las presiones de sus provincias muchas de las cuales no respetan los derechos hoy vigentes. El 5 de agosto supimos de la muerte de Liliana Herrera, de 22 años, en Santiago del Estero por la clandestinidad del aborto. En su provincia lxs tres senadorxs votan en contra. En Formosa, donde la tasa de mortalidad de personas gestantes es diez veces mas alta que el promedio nacional, dos senadorxs de tres están en contra. A las maniobras constantes que intentan tapar el sol con la mano, se sumó en las últimos días el pedido de sesión especial para trabajar el desafuero de CFK. Poné los fideos.

Aun con la cancha embarrada para la votación en senadorxs, el hito de la vigilia la noche del 13 de junio fue un antes y un después del que es imposible retroceder. La masiva movilización dio vuelta un resultado negativo que hasta entrada la mañana del día 14 de junio parecía ya irremontable. Las últimas intervenciones de lxs legisladores, proyectadas sobre miles de rostros atentos que permanecíamos en callao y Rivadavia, no pudieron eludir lo que estaba sucediendo afuera. Las pibas, esas que convencieron incluso a sus viejxs sobre qué es lo que tenían que votar, fueron reconocidas más de una vez en las palabras que brotaban del interior del recinto. La marea verde, agitada por llanto y abrazos, festejó el triunfo como no ocurriría con ningún gol de la selección. Y nos hizo más fuertes. No hay marcha atrás en la afirmación de nuestra voluntad, y esa es nuestra fe laica para cambiar el orden de las cosas.



Por supuesto que el poder de la movilización también resultó bastante obvio para los representantes del aborto clandestino y decidieron cambiar su estrategia. Ahora pasarían a la ofensiva, aunque sin hacer demasiadas olas al menos en la calle. Porque quienes se convocan a partir del incierto slogan “Salvemos las dos vidas” expresan una minoría de la sociedad pero tienen una evidente incidencia en otros estratos del poder. Las editoriales de La Nación, las declaraciones de figuras de peso en el gobierno nacional, la movilización de feligreses e incluso los convenios establecidos desde el Estado con la ONG de Abel Albino, demuestran dónde se encuentran los núcleos que sostienen la reacción contra el derecho a decidir. Luego de la media sanción comenzaron a conocerse situaciones de violencia generadas por los antiderechos contra quienes portan pañuelo verde, que también podrían incluirse como parte de su campaña.

La marea nacional por el derecho al aborto plantea una encrucijada que va a marcar el escenario político hacia adelante. Si quienes suponen representarnos defienden el status quo del aborto clandestino, o responden al momento histórico que hoy los convoca a legislar en favor de las personas con capacidad de decidir y de gestar. Mujeres, lesbianas y varones trans.

Quizás hay muchos desorientados que, como Pinedo, se preguntan qué es ese baile que se escucha desde la calle. Somos nosotras manifestando nuestro deseo. ¿Por qué festejamos? Porque ya no estamos solas. La complicidad que se generó entre nosotras tampoco tiene vuelta atrás. El 8 de agosto nos volvemos a ver. Y después de ese día, todas las veces que sea necesario. Estamos haciendo historia, y tarde o temprano, será ley


*Socióloga, Coordinadora del Observatorio de Géneros y Políticas Públicas, Referente de Mala Junta


El 8 de agosto, tras un debate de un mes, el Senado decidirá si aprueba este proyecto que vino de la Cámara Baja tal como está, lo aprueba con modificaciones o lo rechaza. Cuando lxs legisladores se dispongan a sesionar en el recinto, en la calle habrá una manifestación multitudinaria. Se esperan más de 100 micros de todo el país y el arribo de feministas de toda la región. Al mismo tiempo habrá un pañuelazo internacional en las embajadas de Argentina en más de 40 países del mundo.
Además de tres escenarios habrá carpas con actividades, conversatorios, paneles y talleres durante toda la jornada organizada por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Los escenarios llevan los nombres de las pioneras de la lucha: Dora Coledesky, fundadora de la Comisión por el Derecho al Aborto, Lohana Berkins, comandanta de mariposas y Cecilia Lipszyc, constituyente fundamental para frenar la claúsula Barra en 1994.Las carpas de la Campaña tienen nombres por la #MemoriaFeminista: Diana Sacayán, toda furia travesti y conurbana; Alieda Verhoeven, pastora de la iglesia metodista y feminista y Safina Newbery, una de las primeras integrantes de la Comisión por el Derecho al Aborto. Otra de las carpas lleva el nombre de Ana María Acevedo, que murió a los 19 años en Santa Fe porque le negaron el derecho a un aborto legal.

Cuando lxs legisladores se dispongan a sesionar en el recinto, en la calle habrá una manifestación multitudinaria. Se esperan más de 100 micros de todo el país y el arribo de feministas de toda la región.


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