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AI propone seis cosas que deben hacer los países para proteger los derechos humanos en la COP24


Polonia acoge la 24ª Conferencia de las Partes de la Convención sobre el Cambio Climático (COP24), la conferencia más importante sobre el cambio climático desde que se adoptó el Acuerdo de París en 2015.

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Delegaciones de todo el mundo están reunidas en la ciudad de Katowice hasta el 14 de diciembre para elaborar un “reglamento” que desarrolle detalles del Acuerdo de París, con el objetivo de limitar el aumento de las temperaturas medias globales a entre 1,5ºC y 2°C por encima de los niveles preindustriales.

Millones de personas sufren ya los efectos catastróficos de desastres extremos relacionados con el clima, desde las prolongadas sequías en África hasta los devastadores ciclones que recorren el sureste asiático. De hecho, este año, durante los meses de verano del hemisferio norte, se han experimentado devastadoras olas de calor que causaron la muerte de centenares de personas en lugares como el Círculo Ártico y Grecia, pasando por Japón, Pakistán y Estados Unidos.

Además, innumerables hogares han quedado destruidos como consecuencia de catástrofes relacionadas con el clima. En 2012, Nueva York sufrió el fuerte impacto del huracán Sandy, una tormenta que se agravó debido al cambio climático y que destruyó al menos 650.000 hogares. Al otro lado del mundo, en Indonesia, aproximadamente el 40% de su capital, Yakarta, está por debajo del nivel del mar, lo que hace que las viviendas del norte de la ciudad sufran inundaciones periódicas.

Los gobiernos deben actuar con urgencia para proteger a las personas o tendrán que asumir la responsabilidad de pérdidas de vidas y de la violación de los derechos de las personas a la salud, la alimentación, el agua y la vivienda, entre otros.

¿Qué pueden hacer los países para proteger los derechos humanos en la COP24?
1) Respaldar la necesidad de objetivos más ambiciosos para reducir las emisiones y limitar el aumento de las temperaturas medias globales.
En octubre, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) publicó un informe en el que advierte de que, de continuar las emisiones de carbono al ritmo actual, vamos camino de superar el objetivo de 1,5ºC entre 2030 y 2052, y de alcanzar los 3ºC al final de este siglo.

Mantener el calentamiento global por debajo del umbral de 1,5°C podría representar una diferencia enorme. Por ejemplo, el estudio del IPCC pronostica que en 2100 el aumento del nivel del mar sería de alrededor 0,1 metros inferior con una situación hipotética de 1,5ºC frente a una de 2ºC. Esto significaría que aproximadamente 10 millones de personas (equivalente a la población de Suecia o de Jordania) podría afrontar menos riesgos relacionados con el clima, como inundaciones o desplazamiento.

El informe del IPCC deja claro que el objetivo de 1,5ºC ya no debe ser una aspiración, sino una necesidad absoluta. Al permitir que las temperaturas medias globales hayan llegado a su nivel actual de 1°C por encima de los niveles preindustriales, los Estados, sobre todo los Estados desarrollados, ya han incumplido sus obligaciones en materia de derechos humanos. Para evitar que se produzcan daños catastróficos, los gobiernos deben reducir a la mitad las emisiones de carbono globales en los próximos 12 años a fin de no superar el umbral de 1,5°C.

2) Adoptar un conjunto detallado y firme de directrices para poner en práctica el Acuerdo de París.
El “reglamento” que se debate en Katowice tiene como fin traducir en acción el Acuerdo de París.

El pacto de 2015 sólo funcionará si se aplica en su totalidad. No debe haber resquicios para que los gobiernos eludan sus obligaciones.

Es crucial que la COP24 adopte un conjunto sólido de directrices de implementación del Acuerdo de París para garantizar que los Estados cambian sus políticas y prácticas con el fin de reflejar su compromiso de proteger a las generaciones actual y futuras de los peligros del cambio climático.

3) Incorporar en estas directrices referencias a la importancia de los derechos humanos
El preámbulo del Acuerdo de París reconoce la importancia de que los países respeten, promuevan y tengan en cuenta los derechos humanos cuando tomen medidas para abordar el cambio climático.

Menciona expresamente el derecho a la salud, los derechos de los pueblos indígenas, las comunidades locales, las personas migrantes, los niños y niñas, las personas con discapacidad y las personas en situaciones vulnerables y el derecho al desarrollo, así como la igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres y la equidad intergeneracional.

Los Estados deben incorporar de forma significativa este reconocimiento de los derechos humanos en sus modelos para la implementación. Deben adoptar este enfoque porque así se ofrecerán más oportunidades para que las personas afectadas directamente por el cambio climático participen en decisiones que afectan a su futuro y se garantizará así que se tienen en cuenta los derechos humanos de todas las personas.

4) Garantizar una transición justa para abandonar industrias como la minería del carbón a fin de no excluir a nadie.
Para abordar el cambio climático, países de todo el mundo, como Polonia, Australia, China, Brasil, India y Estados Unidos, tendrán que abandonar progresivamente las industrias de combustibles fósiles de un modo que proteja realmente el futuro de los mineros y mineras y de las comunidades mineras.

El gobierno polaco ha presentado la Declaración de Silesia sobre Solidaridad y Transición Justa para su adopción en la COP24.

La Declaración reconoce las dificultades que afrontan ciudades, sectores y autoridades locales que dependen de los combustibles fósiles. Pide a los gobiernos que garanticen un futuro digno para los trabajadores y trabajadoras y las comunidades afectados por la transición a emisiones de carbono bajas protegiendo sus derechos y su bienestar.

Amnistía Internacional apoya la Declaración porque es vital que cuando los gobiernos alejen nuestras economías de los combustibles fósiles, tengan en cuenta su repercusión en los derechos humanos de todas las personas. Eso incluye los derechos de trabajadores y trabajadoras que podrían verse negativamente afectados por esta transición. Los gobiernos no deben excluir a nadie, sino garantizar la creación de trabajos dignos alternativos y empleos de calidad, y ayudar a los trabajadores y trabajadoras desplazados con la formación y el apoyo necesarios para acceder a estos empleos como prioridad.

Este enfoque también sustenta el Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que subrayan la necesidad de integrar el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza con los esfuerzos para abordar el cambio climático y la protección del medio ambiente.

5) Garantizar la participación de las comunidades locales y los pueblos indígenas
La Plataforma de Comunidades Locales y Pueblos Indígenas se estableció en reconocimiento de la necesidad de apoyar la participación de, y la cooperación con, comunidades locales e indígenas a la hora de abordar y responder al cambio climático.

La plataforma tiene tres objetivos:

Reforzar los conocimientos, las tecnologías, las prácticas y los esfuerzos de las comunidades locales y los pueblos indígenas relativos a abordar y responder al cambio climático,
facilitar el intercambio de experiencias y de buenas prácticas y lecciones aprendidas sobre mitigación y adaptación de un modo holístico e integrado, y
mejorar la participación de las comunidades locales y pueblos indígenas en el proceso de la CMNUCC.
La plataforma se presentó en la cumbre de la ONU sobre el cambio climático celebrada en Bonn hace tres años. Es esencial que quienes trabajan en políticas y medidas sobre el cambio climático integren los diversos conocimientos y respeten los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales, sobre todo el relativo al consentimiento libre, previo e informado, al mismo tiempo que facilitan acciones más enérgicas y ambiciosas sobre el clima de estos pueblos y comunidades.

6) Subrayar la obligación de Polonia de respetar el derecho a la libertad de reunión y de expresión
Este año, el gobierno polaco ha adoptado una ley que impide a activistas, ONG y la población en general reunirse espontáneamente en las inmediaciones de la COP24. Sólo se permitirán manifestaciones aprobadas previamente por las autoridades municipales.

La ley también otorga a la policía facultades para someter a quienes participen en la cumbre a una mayor vigilancia sin su conocimiento. Esto se produce en un contexto de intensificación de la represión de la libertad de expresión por el gobierno polaco, caracterizad por la aprobación de una batería de leyes que tienen como finalidad restringir los derechos de las mujeres y socavar la independencia del poder judicial.

La elaboración de políticas climáticas sólo puede ser efectiva con la plena participación de la sociedad civil y las ONG: los principios de transparencia y participación son la piedra angular de las obligaciones en materia de derechos humanos de todos los países.




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