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La FAO comienza la distribución de semillas y aperos agrícolas en Mozambique

FAO. 12 de abril de 2019, provincia de Sofala, Mozambique – En las provincias de Manica y Sofala, unos 15 000 hogares vulnerables –cerca de 75 000 personas- recibirán inicialmente material agrícola que incluye azadas, machetes y semillas de maíz y frijol de maduración temprana que, una vez sembradas, podrán recolectarse en tan sólo 90 días. La distribución se hará junto a raciones alimentarias del Programa Mundial de Alimentos (PMA), que ayudarán a disuadir a los beneficiarios de comerse las semillas de forma inmediata, en lugar de plantarlas.

Photo: ©FAO
Unos 15 000 hogares vulnerables –cerca de 75 000 personas- recibirán inicialmente material agrícola que incluye azadas, machetes y semillas de maíz y frijol de maduración temprana



Los campesinos de estas dos provincias producen cerca del 25 por ciento de la producción nacional de cereales, pero vieron cómo Idai destruyó casi todos sus activos. La mayoría perdió toda o gran parte de sus reservas de semillas, así como los cultivos en pie que estaban a punto de recolectar.

La distribución del material agrícola de la FAO garantizará que los agricultores de Manica y Sofala que disponen de menos recursos, puedan plantar sus cultivos en la actual temporada agrícola secundaria, cuya siembra se inició en abril y cuya recolección se realizará en julio.

“Reactivar lo antes posible los medios de subsistencia y los mercados resulta crucial para ayudar a los agricultores, pescadores y pastores a recuperarse a tiempo para la temporada principal de siembra, a partir de octubre”, aseguró el Representante de la FAO en Mozambique, Olman Serrano. “La segunda temporada de siembra, más pequeña, está en marcha, -añadió- lo que deja una ventana de oportunidad cada vez más estrecha para sembrar cultivos de maduración temprana, como frijoles y maíz, que la FAO está distribuyendo. Estos pueden recolectarse unos 90 días después de la siembra y de algún modo pueden colmar el vacío productivo dejado por las pérdidas masivas sufridas en esta cosecha principal”.

Además de alimentos, las familias beneficiarias podrán también producir sus propias semillas para sembrar en octubre, cuando comience la principal temporada agrícola del país. Salvaguardar la temporada principal y asegurar que las familias rurales puedan participar plenamente en ella es fundamental para restablecer la seguridad alimentaria en Mozambique, donde los efectos del ciclón Idai han sido desastrosos en las vidas y medios de subsistencia de la población. La infraestructura pesquera, los almacenes de alimentos y granos, y el ganado se vieron arrastrados por el agua, y se informa de que cientos de miles de hectáreas de cultivos han quedado completamente destruidas.

Impactos consecutivos, con graves consecuencias

La agricultura de subsistencia es vital para la economía y la seguridad alimentaria de Mozambique, ya que más del 80 por ciento de la población depende de ella para su sustento y alrededor del 99 por ciento son pequeños campesinos.

La región central es el granero de Mozambique y desempeña un papel primordial para hacer frente a la escasez de alimentos, mientras que la ciudad portuaria de Beira, en la provincia de Sofala, es un enclave comercial clave para el país. Los graves daños a la infraestructura del puerto de Beira y a las rutas de transporte que lo conectan, podrían impedir la importación de cereales: cada año el país importa cerca de 1 millón de toneladas de trigo y arroz.

Antes del ciclón Idai, las provincias afectadas ya habían experimentado sequías e inundaciones recurrentes en los últimos tres años. Como resultado, estaban padeciendo inseguridad alimentaria crónica y eran muy vulnerables a nuevas crisis. En diciembre de 2018, la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF) estimó en 1,78 millones el número de personas en un nivel de crisis -o más grave- de inseguridad alimentaria aguda en Mozambique.

La inesperada falta de alimentos o de capacidad para producirlos significa que es probable que esta cifra aumente drásticamente en las próximas semanas y meses. Aunque aún no se ha evaluado el alcance exacto de los daños a la agricultura, la FAO y el PMA están realizando evaluaciones rápidas de las necesidades y cartografiando las infraestructuras y activos productivos, agrícolas y pesqueros para diseñar los planes de respuesta interinstitucionales del Grupo de Seguridad Alimentaria.

Para apoyar las actividades de subsistencia, esta respuesta abarcará no sólo la distribución de semillas y herramientas, sino también la reparación de la infraestructura rural, como carreteras y equipos de riego, la puesta en marcha de campañas de vacunación del ganado, el aumento de la producción de forraje y la restauración o sustitución de embarcaciones y equipos de pesca. La FAO apoyará igualmente el nuevo análisis de la CIF para fundamentar la toma de decisiones para restablecer la producción alimentaria y mitigar una crisis que podría tener consecuencias catastróficas para la seguridad alimentaria y la nutrición en Mozambique.

Llamamiento de emergencia de la FAO

La FAO busca de manera inicial 19 millones de dólares EEUU para reconstruir las infraestructuras agrícolas y pesqueras, reanudar la producción local de alimentos y apoyar a los ganaderos. Hasta ahora, se han asignado 3,85 millones de dólares para llegar de forma inmediata a unas 95 000 personas. Aunque persiste un déficit de 15,5 millones de dólares, el 80 por ciento de los fondos necesarios.




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