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Más que un grito

Munch vuelve a lo grande a Moscú 41 años después

Moscú, 15 abr (EFE).- La Galería Tretiakov de Moscú inaugurará este miércoles la mayor exposición del pintor noruego Edvard Munch realizada jamás en Rusia, 41 años después de que la obra del artista se expusiera en el Museo Pushkin de la capital rusa.

Visitantes observan la obra ''Cenizas'', del artista noruego Edvard Munch, durante la exposición sobre su obra, que cuenta con más de 70 de sus cuadros así como fotografías de Munch en Noruega, este lunes en Moscú (Rusia). EFE


La muestra, una de las mayores a nivel mundial, ofrece al público ruso más de 120 piezas pertenecientes al Museo Munch de Oslo, que incluyen 64 pinturas, 37 grabados, 14 fotografías, objetos y documentos del artista mundialmente reconocido por su serie de obras "El grito".

"Si recordamos los diferentes proyectos de exposiciones que muestran la obra de Munch en diferentes espacios expositivos durante los últimos años, la retrospectiva en la Galería Tretiakov de Moscú es la más amplia", comentó a la prensa la directora del centro cultural, Zelfira Tregúlova.

Stein Olav Henrichsen, director del Museo Munch de Oslo, también constató que se trata de "la muestra más amplia que hayamos presentado jamás".

"Es la primera vez que realizamos una exposición de tal envergadura en Rusia, donde se presenta el arte del pintor con tal profundidad y amplitud", agregó.

Aunque "El grito" es la tarjeta de presentación de Munch (1863-1944), la galería pretende ir mucho más allá, al exhibir las diferentes etapas de la obra del pintor, pionero del expresionismo, y desmarcarlo del estereotipo de la angustia, que, aunque presente en su obra, no es el único sentimiento que transmite.

"Pienso que la exposición nos enseña a este artista en toda su diversidad, complejidad, emotividad y energía increíbles de sus trabajos", afirmó Tregúlova.

La directora del museo explicó que el grueso de la muestra ha sido expuesto en varios países, ya que el Museo de Munch de Oslo en estos momentos está cerrado por reformas y abrirá próximamente en un nuevo espacio.

El propio Grito está presente en Moscú en dos versiones, un pastel y un grabado. Sin embargo, la exposición va mucho más allá, al mostrar un Edvard Munch enérgico, de trazos firmes, por momentos lacónicos y que, sin embargo, calan hondo en los sentimientos humanos más comunes.

La exhibición ocupa dos pisos de la Galería Tretiakov, y se divide en varias zonas, agrupadas temáticamente, por géneros pictóricos y tendencias, tales como los paisajes, sus trabajos con modelos, sus retratos, los autorretratos, grabados e incluso fotografías.

La muestra se detiene ampliamente en el ciclo conocido como "Friso de la vida", que reúne las obras más famosas del creador.

Además del icónico Grito, se le suman piezas como "La danza de la vida", "El vampiro", "El beso", "Cenizas", "Metabolismo", entre otras muchas.

Munch trabajó en esta serie durante más de tres décadas y la concibió como obras decorativas que en su conjunto recrearían la imagen de la vida.

Al referirse a su arte, el propio Edvard Munch -considerado por muchos el mejor pintor noruego de todos los tiempos- aseguró que del mismo modo que Leonardo da Vinci estudió el cuerpo humano y los detalles de su anatomía, diseccionando cadáveres, él "diseccionaba" almas.

Así, nada humano le fue ajeno, volviendo una y otra vez a la soledad, la angustia, la muerte, el eros.

La comisaria de la exposición, Tatiana Kárpova, comentó a Efe que su propósito al organizarla era establecer "un contacto muy personal con la obra de este artista, no un acercamiento académico".

"Nosotros también tenemos derecho a interpretarlo a nuestro modo, y Munch, al perfilar sus imágenes, convirtiéndolos en símbolos, en signos, en jeroglíficos del miedo, los celos, la melancolía, creó una especie de vasijas que cada cual puede llenar de sus propias experiencias y sentimientos", afirmó.

La comisaria expresó su esperanza de que la exposición "transmita esta carga emotiva, este empuje, este alud de sentimientos y emociones" del pintor.

"Él decía que hay que pintar con la sangre de su corazón, el arte es la sangre del corazón y esto no son palabras vacías. Se siente su pulso, el pulso de esta sangre, esta alegría, este arco iris en su universo, él crea su cosmos humano, su 'comedia humana'", concluyó.

Por Fernando Salcines




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