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Un proyecto de España y Portugal analiza la movilidad urbana de mayores

Pamplona (EuroEFE).- Hacer más accesibles las ciudades a las personas mayores es el objetivo de un proyecto de colaboración hispano-luso, enmarcado en el programa Interreg V-A España-Portugal (POCTEP), que analizará hasta final de año más de un centenar de urbes de ambos países.

Tres mujeres descansan el 28 de junio de 2019 en la sombra de una calle del centro de Barcelona, ciudad afectada por la ola de calor más intensa en un mes de junio en Cataluña, que alcanzará este viernes las temperaturas máximas, con picos que pueden llegar a los 43 °C en puntos del interior, calor extrema que se mantendrá hasta el domingo. EFE/Marta Pérez


En el proyecto trabajan la Universidad de Navarra y el Instituto Politécnico de Castelo Branco (Portugal), en colaboración con el hospital San Juan de Dios de Pamplona, la Università degli Studi di Palermo (Italia) y el Instituto Politécnico de Guarda (Portugal).

  Tres mujeres descansan el 28 de junio de 2019 en la sombra de una calle del centro de Barcelona, ciudad afectada por la ola de calor más intensa en un mes de junio en Cataluña, que alcanzará este viernes las temperaturas máximas, con picos que pueden llegar a los 43 °C en puntos del interior, calor extrema que se mantendrá hasta el domingo. EFE/Marta Pérez



Promovido por el Centro Internacional del Envejecimiento (CIE), a través de la Fundación General Consejo Superior de Investigaciones Científicas y financiado por el Programa INTERREG V-A España – Portugal (POCTEP)2014-2020, el  proyecto "Move_Aged", ha explicado a Efe Juan José Pons, profesor de Geografía de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra y coordinador del proyecto, se centra en la movilidad de los mayores, "que es, con gran diferencia, la población a la que mejor le viene" tener infraestructuras como escaleras mecánicas o ascensores urbanos.

Los centros históricos suelen tener importantes pendienes

En muchas ciudades españolas y portuguesas, ha afirmado Pons, se da la circunstancia de que los barrios más envejecidos, como los cascos históricos, "tienen importantes pendientes o taludes que los separan de otras zonas de la ciudad".

Por ejemplo, ha dicho, entre los barrios del Casco Viejo y la Rochapea, en Pamplona, "hay un talud importante, pero tenemos unos ascensores inclinados que ayudan a salvar esa dificultad topográfica".

Para analizar este tipo de problemas, desde hace años se trabaja con el concepto llamado "movilidad urbana vertical", que "son todas las infraestructuras, como ascensores, escaleras mecánicas o rampas, puestas a la intemperie para uso ciudadano", ha indicado el profesor universitario.

Esas dotaciones, ha destacado, son una ayuda para todos, pero, para las personas mayores, "son imprescindibles para poder mantener unos niveles de movilidad urbana mínimos".

Definir qué es un barrio envejecido desde el punto de vista demográfico

La mayor parte de este estudio transfonterizo, ha apuntado Pons, consiste en "hacernos cargo de la situación" y para ello, en primer lugar, se va a tratar de definir qué es un barrio envejecido desde el punto de vista demográfico, tanto en España como en Portugal, "lo cual no es ni mucho menos sencillo".

A continuación, de los barrios considerados envejecidos, mediante un modelo digital del terreno se van a estudiar las pendientes medias y, si están por encima de un determinado umbral, se considerarán como zonas con dificultades topográficas.

Con todos esos datos, se obtendrá una de las conclusiones: qué barrios están envejecidos, tienen dificultades topográficas y no tienen ningún medio puesto a disposición de los ciudadanos. Así, elaborarán un catálogo de necesidades de movilidad de estas localidades.

En paralelo, se va a desarrollar un trabajo que tiene un carácter más cualitativo: ver en qué medida se tiene en cuenta a los mayores a la hora de planificar infraestructuras, ya que, por ejemplo, "a estas personas las escaleras mecánicas les producen cierto respeto, mientras que los ascensores los usan sin problemas", ha comentado Pons.

También se van a estudiar otros aspectos, como que las cabinas de los ascensores estén diseñadas para personas que van en silla de ruedas o con andadores. Para ellas, es importante que los ascensores tengan doble embocadura, que se entre por un lado y se salga por el contrario, para no tener que girar dentro de la cabina.

"Son cosas mínimas, que parecen tonterías, pero que mejoran mucho la calidad de vida de las personas mayores", ha resaltado Pons, quien ha precisado que "tampoco hacemos nada si tenemos una infraestructura de movilidad vertical y el entorno urbano que rodea al ascensor, las escaleras o la rampa es poco accesible".

Para detectar estos problemas, se han hecho mediciones de aforos y entrevistas personales en San Sebastián, Vitoria y Pamplona y el equipo portugués trabaja en el mismo sentido.

El trabajo de campo, ha señalado, se ha hecho con la colaboración de los alumnos, que "se sientan en un banco con un cuaderno y un bolígrafo a contar con mucha paciencia cuántas personas utilizan una infraestructura y, de ellas, cuántas son personas mayores". Este trabajo ya está realizado y ahora se están procesando los datos.

Todos los resultados y conclusiones serán presentados en noviembre en un congreso que tendrá lugar en Guarda (Portugal).

"El hashtag #HistoriasIbéricas permite hacer un seguimiento de un proyecto pionero de colaboración entre Efe y la agencia portuguesa Lusa financiado por la Dirección de Política Regional de la Comisión Europea"

Por Javier Rodrigo




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