OPINIÓN de Teodoro Rentería Arróyave
Con respecto a los comicios celebrados este domingo en los estados de Coahuila e Hidalgo, es necesario precisar que el Partido Revolucionario Institucional, PRI, de ninguna manera es un cadáver insepulto, como muchos opinan, y ahora con sus triunfos indiscutibles en Coahuila e Hidalgo quieren ubicarlo, en sus lisonjas desmedidas, como un revivido instituto político.
Empecemos por recordar que la tricolor gobierna en doce entidades federativas, a saber: Campeche, Coahuila, Colima, Guerrero, Hidalgo, Estado de México, Oaxaca, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas.
Mal haría el tricolor, sus dirigentes y militantes en perder sus reductos estatales, aunque en el 2018 haya perdido la Presidencia de la República. Las alharacas de los triunfadores son lógicas y correctas, sin embargo en el terreno del análisis tenemos que apuntar que en ambos estados el Movimiento de Regeneración Nacional, MORENA, se colocó en segundo lugar, nada despreciable.
En efecto, el pasado domingo, se llevaron a cabo elecciones en los estados de Coahuila e Hidalgo, las primeras que se realizan dentro de la emergencia sanitaria a que obliga la pandemia de COVID-19, de ahí la escasa concurrencia a las urnas.
En efecto, el PRI, en Coahuila se colocó a la cabeza al ganar los 16 distritos
por mayoría relativa, así como por nueve diputaciones de representación proporcional, dentro de este último concepto tendrán su piscachita MORENA, Acción Nacional y otros partidos, en ese orden.
En Hidalgo, computadas el 100 por ciento de las casillas el PRI, gana 32 de los 84 ayuntamientos en disputa, entre ellos Pachuca, la ciudad-capital, sin embargo pierde a manos de MORENA la joya de la corona, Tulancingo, en otras palabras, el tricolor triunfa en mas de un tercio de los municipios.
Cabe apuntar que todavía hay disputas por los resultados estrechos en la votación, por ejemplo es muy probable que Morena recurra a los tribunales en cuando a los resultados en la capital, Pachuca. Lo secunda en la exigencia de la contabilidad de voto por voto, el partido Movimiento de Regeneración Nacional. Acción Nacional, por su pare, ante la derrota, prefirió hacer mutis.
Volviendo a Tulancingo, el ganador es Damián Sosa Castelán de MORENA, hermano de Gerardo, preso en el penal del Altiplano acusado de lavado de dinero por 58.2 millones de pesos en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, UAEH.
En conclusión, el Revolucionario Institucional, por los resultados es indiscutible ganador, repetimos, en sus dos reductos: Coahuila e Hidalgo.
