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La salud y algo de política

OPINIÓN de Teodoro Rentería Arróyave

La aplicación inmediata, universal y gratuita en nuestro México de la vacuna contra el covid-19 y la eliminación de la llamada cuota de recuperación en el sistema hospitalario del país, son noticias alentadoras, sustanciales y vitales, y vital viene de vida.

Como en todos los países, el nuestro no ha sido ajeno a la pandemia que agobia, precisamente a todo el mundo, por ello mismo el anuncio, en la víspera, del secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard Casaubon y corroborado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, de que en nuestro país se estaría aplicando la vacuna anticovid-19, en este mismo mes de diciembre o en forma paralela con Estados Unidos y la Unión Europea, se convierte en un bálsamo de esperanza.

La buena noticia la debemos de atender con optimismo, porque como siempre no faltan las voces de los derrotistas o de los agoreros del desastre, en concreto, hoy con la vacuna tienen certidumbre los grupos más vulnerables al contagio del coronavirus.

Nos referimos a las personas de la tercera edad, a las que sufren uno, dos o tres de los padecimientos que al contagio con el coronavirus las posibilidades de alivio se vuelven casi nulas: cardiopatías, diabetes y obesidad.

Otro de los grupos prioritarios son el personal médico y paramédico. Luego seguirá su aplicación de acuerdo la vulnerabilidad de todos y cada uno de los grupos que conforman a la sociedad mexicana, sin importar estrato social. México, según el acuerdo, se garantizan más de 100 millones de dosis contra la pandemia.

La otra buena nueva, nos indica que a partir de este primer martes de diciembre, se canceló por acuerdo presidencial la llamada cuota de recuperación en el sistema hospitalario institucional.

En efecto, la atención en los hospitales de la Secretaría de Salud federal será gratuita para todos los pacientes, sin importar su clasificación socioeconómica.

El acuerdo, se publicó en lunes anterior en el Diario Oficial de la Federación, mismo que establece la eliminación de las cuotas de recuperación para “los servicios hospitalarios por concepto de hospitalización, consulta, procedimientos médicos o estudios auxiliares de diagnóstico”.

En las luchas gremiales periodística, por el desorden existente de que más del 95 por ciento de los comunicadores no tienen acceso a la seguridad social, así como también la mayoría de la población en pobreza y en pobreza extrema, siempre hemos tenido que recurrir a la atención médica pública, en el caso de los hospitales de tercer nivel, que son orgullo de la medicina mexicana, siempre nos estrellamos con la llamada cuota de recuperación.

De acuerdo, se hacía un estudio económico-social del paciente, después de cumplir con un sinfín de requisitos, algunos imposibles de cumplir en la emergencia, y aún hacía teníamos que hacer colectas entre nosotros para cubrir la cuota. Eso se acabó, tiene razón el presidente López Obrador, cuando afirma: La Salud de los mexicanos “Es un derecho”:

EN EL ÁTICO: Es de tal prestigio el empresario Alfonso Romo, que hasta la revista Forbes, se ocupó del anunció del presidente López Obrador de que el empresario deja la titularidad de la Jefatura de la Oficina del Presidencia, tras los 2 años de compromiso, sin dejar de ser el enlace con el sector privado.

“No busquemos tunas en los huisaches”, lo de Romo es un cambio benéfico de funcionario a un enlace privado y honorario, exacto, más amplio y franco con el empresariado mexicano.





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