OPINIÓN de Jorge Majfud
Si hoy en día cualquier conducta no estándar es diagnosticada como síndrome o disfuncionalidad, ¿por qué el racismo (sobre todo el más virulento y enquistado, el racismo blanco) no integra estas listas de enfermedades mentales?
¿Es por miedo o es por un optimismo inagotable, a la espera de que sólo se trate de un problema cultural que se cura con educación?
La respuesta, irrefutable, me la dió John Chaney: “Es porque el racismo, en el fondo, sigue siendo standar o normal”.