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La mirada hacia el futuro de un niño zambiano

16 de junio: Día Internacional de las Niñas y Niños Africanos

El 16 de junio se celebra en el mundo el Día Internacional de las Niñas y Niños Africanos, una fecha en la que se trata de hacer reflexionar a cerca de las necesidades y problemas graves que tienen muchos niños en el continente africano.

El VIH, la inestabilidad política, las guerras, el hambre y la falta de sanidad y educación son solo algunos de los problemas de los que son víctimas silenciosas millones de niños.

La fecha se estableció porque el 16 de junio de 1976 miles de escolares negros tomaron las calles de Soweto, en Sudáfrica protestando por la ínfima calidad de la educación que recibían. Y como consecuencia de esa manifestación cientos de jóvenes fueron tiroteados ese mismo día. En las protestas que siguieron durante dos semanas más, más de cien personas murieron y más de mil resultaron heridas.

Para honrar la memoria de los que se manifestaron en aquel acto valiente se celebra el Día Internacional de las Niñas y Niños Africanos, desde 1991.

Además se busca la implicación de los gobiernos de los países ricos a incrementar el presupuesto para ayudar a los niños africanos a conseguir una vida digna, una educación y sanidad de calidad y protegerlos de los conflictos y guerras.

#DiadelNiñoAfricano #NiñoAfricano.

La mirada hacia el futuro de un niño zambiano- Por Christopher Chulu

 
En el Día Internacional del Niño africano queremos dar voz a uno de los tantos niños y niñas que dan lo mejor de sí mismos para tener un futuro próspero en uno de los países con menos recursos de África. Según el Fondo Monetario Internacional, Zambia se encuentra en el puesto 27 de esta lista y, además, se trata del primer país del mundo, en vías de desarrollo, que se ha declarado en bancarrota.


Recibir educación para labrarte un futuro en Zambia no es tarea sencilla. De hecho, en el África subsahariana, más de una quinta parte de los niños y niñas de entre 6 y 11 años de edad no asiste a la escuela, seguidos de un tercio de la juventud de entre 12 y 14 años, ya que el porcentaje de estudiantes que promocionan de Primaria a Secundaria es del 67,5%, según datos de 2021 de UNICEF.

Aunque el contexto no es alentador, hay historias que pueden marcar la diferencia. Es el caso de Christopher Chulu, más conocido como Goku, un chico de 17 años que gracias a su pasión y empeño ha vencido a su supuesto destino.

Goku vive con su familia en Mwandi (Livingstone), una comunidad en la que el alcohol y las drogas forman parte del día a día de la juventud. Este es su testimonio.

«Soy el segundo de cinco hermanos. Desde pequeño fui un niño tranquilo y me gustaba estar solo viendo cómo los mayores jugaban al fútbol y, además, solía ir mucho a la iglesia.

Acabo de terminar el grado 12, el último curso de Secundaria. Siempre me he aplicado en los estudios, pero en noveno curso suspendí y mis padres no podían continuar pagando mis tasas escolares. Por suerte, encontré una madrina que de forma particular decidió apadrinarme y así pude continuar estudiando. Si suspendes en Livingstone es normal ir a diferentes institutos hasta que consigues aprobar después de ir repitiendo curso. Se hacen exámenes estatales en los grados 7, 9 y 12, y cada vez es más difícil aprobarlos, pero al fin ¡lo logré!

Empecé a jugar al fútbol cuando tenía ocho años, y vivía en otra ciudad, Monze, con mi familia. No tenía botas y mis padres no se las podían permitir así que jugaba descalzo. Después nos mudamos a Livingstone y jugaba con mis amigos en el campo del colegio comunitario de Mwandi. Debo decir que el fútbol me ha enseñado a ser quien soy, a ganar confianza en mí mismo. Solía jugar con gente mayor, lo que me ha ayudado también a madurar. Tengo claro que si no fuera por el fútbol habría dejado la escuela antes de terminar Secundaria, pero gracias a que seguí jugando, mis entrenadores y mi madrina me convencieron para que volviera al colegio.

En 2015, tuvimos la suerte de que la ONG KUBUKA empezó a hacerse cargo del equipo del colegio de Mwandi donde yo jugaba, contábamos con un buen entrenador y el equipo empezó a mejorar mucho. Decidimos renombrarlo como 4 Stars, y yo estaba encantado jugando en el equipo de mi barrio. KUBUKA extendió el fútbol a todas las categorías y creó equipos de voleibol, netball y rugby para que cada vez más jóvenes del barrio se unieran a disfrutar del deporte todas las tardes. Después de cinco años, 4 Stars se ha convirtió en un equipo famoso en Livingstone, y gracias a esta magnífica escuela y los partidos que pude jugar para que la gente me viese, en 2019 me ficharon en el equipo Livingstone Youth, uno de los más importantes de la ciudad. Ellos se han hecho cargo de mi último curso de Secundaria y me pagan también un salario mensual que me permite ayudar en casa.

Para llegar hasta aquí y conseguir lo que ambicionaba, he trabajado mucho y muy duro, y todavía sigo esforzándome para cumplir mi objetivo, que es jugar en el mejor club de fútbol del mundo. No sé si lo lograré, pero lo que tengo claro es que lo voy a intentar. A corto plazo quiero jugar en una liga mejor para un equipo de Lusaka, la capital de Zambia y, después, mi objetivo es llegar a la liga nacional.

Además, tengo un sueño mayor, una vez que sea jugador de la liga nacional y perciba un buen salario, me encantaría construir un complejo deportivo en Livingstone, uno enorme donde se puedan practicar todos los deportes y contribuir a que los jóvenes de mi ciudad se alejen de malos hábitos y puedan desarrollarse personal y profesionalmente como yo lo estoy haciendo, pero con mejores oportunidades.

Creo que parte de la juventud de Zambia no lucha por su futuro, en general no se marcan retos a superar y se conforman con lo que tienen, que en la inmensa mayoría de los casos es nada. En Livingstone, en concreto, la juventud no va al colegio, no emprenden nada nuevo, se dedican a estar en casa ayudando a la familia con las tareas diarias y nada más. La gente de mi edad no hace prácticamente nada para crecer, una vez termina el colegio, no son capaces ni siquiera de escribir una carta de motivación para buscar trabajo y, si ni siquiera hacen eso, ¿cómo piensan encontrar empleo?

Entiendo que en Zambia la vida es complicada para todo el mundo, pero la gente tiene que endurecerse aún más para poder abrirse camino. Vivimos en un gran país que debería reabrir las industrias que antes funcionaban, como las procesadoras de maíz, las minas, etc. De esta forma, toda la juventud podríantrabajar y dejarían de ser una carga para sus familias.

Yo lo tengo claro, hay que trabajar duro para conseguir tus objetivos y eso es lo que llevo haciendo toda mi vida. Soy una persona feliz porque sé que gracias a mi esfuerzo lograré vivir por mí mismo, sin necesitar apoyo y, justamente eso, es lo que deseo para toda la juventud de mi país».

Fotografía: En la imagen, Goku con un amigo.






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