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La línea divisoria es con o contra los monopolios

Lo dijo el Che hace 60 años pero no quieren entenderlo

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OPINIÓN de Sergio Ortiz

VOCES DE LA HISTORIA QUE HAY QUE ESCUCHAR

El 25 de mayo de 1962, Ernesto Che Guevara habló en un acto en La Habana con la colectividad argentina y latinoamericana festejando la fecha patriótica argentina. Como era lógico, hizo propaganda de la revolución cubana y de la vía armada para conquistarla, habló de la necesidad de esa revolución de ser acompañada por otras revoluciones populares en la región y ofreció la solidaridad de Cuba con esos pueblos. A algunos asistentes argentinos, afiliados a un partido que hacía de la vía pacífica un dogma, no les gustó ese discurso guevarista, según documentó en su libro uno de los asistentes (SOBRE EL MENSAJE DEL CHE GUEVARA A LOS ARGENTINOS EL 25 DE MAYO DE 1962. Qué circunstancias lo rodearon y otras reflexiones. Amalio Juan Rey, 1999). Y es muy posible que así haya sido porque fue la primera y la última vez que el comandante organizó una reunión de ese tipo.

Además de esos contenidos guevaristas, el Che tuvo conceptos excelentes para la militancia política de Nuestra América, de absoluta vigencia 60 años después. Por ejemplo, afirmó, categóricamente: “aún cuando uno se reconozca comunista o socialista, peronista o de cualquier otra ideología política en determinado país, solamente caben dos posiciones en la historia: o se está a favor de los monopolios o se está en contra de los monopolios”.

Al discurso se lo tituló “Mensaje del Che a los argentinos”. Una grandísima pena que hoy sólo una pequeña parte de ese público tenga en cuenta esas enseñanzas de un grande de la historia latinoamericana. Así nos va…

Es que 60 años después los monopolios siguen devastando la economía argentina, los ingresos de los trabajadores y quitando el pan de los hogares. Uno de los métodos gangsteriles de aquellos intereses es manipular la inflación para ganar más fortunas mediante la suba de precios. Tratando de justificarse, esos poderosos de la economía mienten. Le echan la culpa a la “emisión monetaria” de los “gobiernos populistas”, al exagerado “gasto público” para pagar planes sociales a “los vagos”, a la multiplicación de impuestos sobre los sectores productivos (mintieron con que el Estado cobra 165 impuestos cuando en realidad aquél se financia sólo con 5 importantes y el más grosso y regresivo es el IVA, que pagamos todos).

En marzo la inflación fue del 6,7 por ciento, en abril el 6 y en mayo sería superior al 5. Para todo 2022 las previsiones son del 60-70 por ciento, casi duplicando el dibujo de Martín Guzmán al presentar al FMI las pautas para el vergonzoso acuerdo del 25 de marzo.

El rubro alimentos se lleva la peor medalla porque aumentó por encima de ese promedio de precios. La clave de la inflación son las maniobras de 8 monopolios del consumo masivo: Molinos, Arcor, La Serenísima, Aceitera General Deheza, Unilever, Nestlé, Danone y Mondelez. Los cuatro primeros, “nacionales” y los cuatro del final, extranjeros.

CONFIRMADO, SON LOS MONOPOLIOS

La teoría neoliberal ortodoxa sostiene que la causa determinante de la inflación es la emisión monetaria, no respaldada en la producción de bienes y servicios, y causada por el “populismo” que aumenta el gasto público.

Guzmán, heterodoxo de escuelas norteamericanas, presumió de una posición más “progresista”, obvio dentro del capitalismo, y habló de un “fenómeno multicausal”. Pero en la negociación de dos años con el FMI eso de “multicausal” fue reducido a tres problemas macroeconómicos: pauta de emisión monetaria, limitado déficit fiscal hacia el cero y un aumento de las reservas con precio estable y alto del dólar.

El acuerdo con Kristalina Georgieva de marzo pasado se basó en ese trípode, más otros condimentos que acentúan su carácter semicolonial. Por ejemplo, que las tasas de interés bancarias deben ser mayores a la inflación; que el precio del dólar debe acompañar rápidamente a la inflación; que las tarifas tienen que aumentar a la mayoría de los hogares para cortar subsidios del Estado. Y último, pero muy importante, el Fondo hará revisiones semestrales, trimestrales y mensuales para verificar que la factoría cumpla lo convenido con la metrópoli.

Ese enfoque de Guzmán (Economía), Matías Kulfas (Desarrollo Productivo), Miguel Pesce (Banco Central) y el gabinete de Alberto Fernández deja completamente de lado la cuestión de los formadores de precios. Los monopolios no serían los causantes de la inflación. A lo sumo incurrirían en algunos excesos que pueden corregirse. No está en su naturaleza subir los precios porque no son un escorpión sino un amigo que está ayudando al gobierno rana a cruzar el río y nunca se le ocurriría picarlo.

Por eso las pláticas amables con Funes de Rioja de UIA y Copal, por parte del presidente Fernández, quien también recibió en Olivos al mandamás del grupo Techint, Paolo Rocca. Como se dijo en la Semana Política anterior, Guzmán y Kulfas fueron a disertar como amigos a la cumbre de las multinacionales de la Cámara Americana de Comercio (AmCham).

Cuando AF a nivel conjetural habló de aumentar las retenciones a las exportaciones de granos para desacoplar precios internos de los internacionales, fue sólo eso. Una mera hipótesis. Rápidamente lo desmintió el vocero de la Mesa de Enlace Rural y el Consejo Agroindustrial Argentino que en sus ratos libres oficia de ministro de Agricultura, Julián Domínguez.

Eppur si muove. Sin embargo la inflación se mueve al ritmo de los negocios redondos de los monopolios. Un informe de Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (APYME) titulado “Quiénes nos aumentan los precios” afirmó: “este tipo de inflación parte de una estructura productiva fuertemente condicionada por la incidencia de grandes empresas monopólicas y oligopólicas, que están en el inicio de las principales cadenas de valor”.

Entre muchos ejemplos, la encuesta denunció que “en cuanto a productos que constituyen insumos difundidos para la producción, en etileno y tolueno, Dow Chemical provee la casi totalidad de materiales plásticos. La chapa laminada en caliente es producida por una sola empresa de Techint, en un 84%. La chapa laminada en frío también es producida por empresas de Techint: Tenaris y Siderca. Los laminados “no planos” tienen cuatro empresas proveedoras: Acindar, Aceros Bragado, Zapla y Cipar Gerdau, que es brasileña. Y en Aluminio, el 100% es de Aluar. En Cemento, tres empresas concentran el 96%”.

Los nombres y números están a la vista. Son ocho grandes en alimentos y productos masivos, dos en siderurgia, uno en aluminio, uno en insumos difundidos y tres en cemento, etc. Dan ganas de parafrasear a Bill Clinton: “¡Son los monopolios, estúpido!”.

SUBORDINACIÓN Y VALOR ¿PARA SERVIR A QUIÉN?

La pobreza afecta al 40 por ciento de los argentinos, cuya población total son más de 47 millones según el último censo y la inflación del año sería mayor al 60 por ciento. Si el gobierno no toma medidas contra los monopolios no sólo que perderá las elecciones de 2023 sino que quedarían pocas dudas respecto a qué intereses está respetando y/o sirviendo. Mucho más luego del acuerdo con el FMI que obliga a juntar muchos millones de dólares para pagar la estafa de Mauricio Macri, ahora renegociada con otros 45.000 millones que abultan el “rojo” del país.

Quienes cogobiernan (FdT más FMI) subsidian a los monopolios exportadores (agroindustriales, energéticos, mineros y automotrices). El justificativo de Fernández, Guzmán y Kulfas es que así podrán reunir más divisas para… pagar aquella deuda ilegal.

Esta actitud tan poco soberana, tan poco nak&pop, también se traduce en política internacional. Desde un tiempo a esta parte, para ponerle fecha desde el 25 de marzo, cuando estaba fresca la tinta de la firma con el Fondo, el gobierno, sin ser un satélite, gira cada día más en la órbita estadounidense.

Otra prueba de ello es en principio la decisión presidencial de asistir a la IX Cumbre de las Américas que desorganiza Joe Biden en Los Angeles, entre el 6 y 10 de junio venidero. Eso, pese a que Washington ya anunció que no serán invitados Cuba, Venezuela y Nicaragua, por considerarlas dictaduras que violan los derechos humanos.

El presidente AMLO de México ya dijo que no irá en esas condiciones a la cita (quizás mande al canciller) y otros mandatarios tampoco viajarán. No quieren convalidar tamañas exclusiones de una potencia que no se distingue por respetar aquellos derechos ni la soberanía nacional ni la paz internacional. Entre los ausentes con aviso se contarán Bolivia, Honduras, Antigua y Barbuda y otros 13 miembros de la Comunidad del Caribe (Caricom), más Cuba, Venezuela y Nicaragua. A la lista de objetores pueden sumarse otros a último momento.

En cambio Fernández sigue deshojando la margarita: voy o no voy, voy o no voy. Su vocera Gabriela Cerutti dijo el viernes 20 de mayo que “el Presidente está evaluando su posición en sintonía con el resto de los presidentes de Latinoamérica”. O sea que la puerta está aún abierta para al final subirse al avión y convalidar con su presencia el manejo dictatorial de la Casa Blanca. Luego, en su eventual discurso, hará alguna “crítica constructiva” al imperio, perdón, a la gran democracia del Norte.

Otra genuflexión de AF frente a los poderes imperiales fue en su gira europea, donde juró lealtad a ese capitalismo depredador y criticó a China socialista. Le dijo a la Deutsche Welle: “Definitivamente me declaro un argentino europeísta. Creo que América Latina tiene que tener un vínculo muchísimo mayor con Europa. Si pudiéramos tejer un eje entre América Latina y Europa, se achicaría mucho el riesgo de un mundo bipolar entre Estados Unidos y China, que ahora son países en disputa”. La periodista, algo sorprendida, le pregunta: “¿mejor con Europa que con China?”. Y el jefe de Estado responde: “Sí, porque China es una gran potencia, pero que no tiene lazos culturales fuertes con América Latina, no tiene historia con América Latina”. Así lo informa Néstor Restivo en su nota “Declaraciones poco felices del Presidente a tres meses de la visita a Xi Jinping” (El Cohete a la luna, 22/5/2022).

¡De nuevo profesor, haciendo de embelesado empleado de los capitales europeos? ¿No aprendió de las justas y fuertes críticas que recibió en junio de 2021 cuando zalameó al centro-derechista español Pedro Sánchez? Usted le dijo a ese miembro de la OTAN: “los mexicanos salieron de los indios, los brasileros salieron de la selva, pero nosotros los argentinos llegamos de los barcos. Eran barcos que venían de Europa”.

Aparte de rectificar su política proyanqui y proeuropea, misión casi imposible, el presidente debería revisar los datos del Censo del 18 de mayo, que muestran un origen más plurinacional de la Argentina. No se puede gobernar bien un país diverso con una mentalidad de factoría, tan sesgada y favorable a los monopolios de USA y UE.





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