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Un estudio dice que omicron no inmuniza

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Un estudio sobre el coronavirus realizado por el Imperial College de Londres, que examinó la respuesta inmunitaria de 731 trabajadores sanitarios del Reino Unido, ha llegado a conclusiones que preocupan a los expertos.

Esta investigación refuta la creencia general sobre la inmunidad frente al virus, por la cual se presupone que aquellos que ya han pasado el coronavirus cuentan con un refuerzo inmunológico natural que les ayuda. ¿Podría ser esta la razón detrás del repunte de contagios y las reinfecciones?

Uno de los temores de los investigadores es que el contagio por omicron no proteja realmente frente a las demás variantes del SARS-CoV-2. El estudio, publicado en la revista Science, prueba que las personas que cuentan con las tres dosis de la vacuna y que ya habían pasado la Covid durante la primera ola, no muestran ninguna mejora en su respuesta inmunitaria tras pasar el virus con la variante omicron.

La profesora Rosemary Boyton, inmunóloga y autora principal del estudio, lo explica: "La infección con omicron no proporciona un fuerte impulso a la inmunidad contra una futura reinfección de la misma variante. La infección por el SARS-CoV-2 afecta a la capacidad de reforzar la inmunidad frente a la reinfección por el mismo virus a través de un proceso conocido como impronta inmunológica, y esto puede aplicarse a las subvariantes de Omicron, incluidas la BA.4 y la BA.5".

Dicho de forma más sencilla, quienes han tenido Covid-19 anteriormente no obtienen ninguna protección inmunitaria adicional frente a otra infección. El hecho de que la acumulación de inmunidad -la huella inmunológica- pueda variar enormemente en función del contacto con el virus no se había estudiado antes. Pero, ¿qué aprendemos de esto?

"Como una montaña rusa en una película de terror"

El profesor inmunólogo Danny Altmann -uno de los otros autores del estudio- da la voz de alarma en el diario británico The Guardian: "En contra del mito de que estamos entrando en una cómoda relación evolutiva con el virus, parece más bien que estamos atrapados en una montaña rusa de una película de terror".

En cuanto a la dificultad de vivir con el virus, afirma: "Hemos comprobado que omicron dista mucho de ser un simple refuerzo natural a la inmunidad de la vacuna". Además, el investigador señala los más de 619.000 casos de Covid de larga duración que la ola de omicron provocó en Reino Unido durante este año, según datos de la ONS.

El experto Eric Topol comenta la situación: "Es desconcertante y desalentador que esta misteriosa y persistente enfermedad encuentre la forma de seguir causando estragos frente a una población que en su mayoría está vacunada con una variante supuestamente más leve."

Isabella Eckerle, viróloga que investiga desde Ginebra, aseguró en Twitter que no hay una solución sencilla para el dilema. Los que son inteligentes intentan no participar en las "oleadas que se repiten regularmente".

Al igual que su colega británica Altmann, Eckerle ya no cree en la inmunidad de grupo. Este es el mensaje que escribió en Twitter: "Suiza puede, al menos, aportar datos interesantes sobre la esperada #inmunidaddeloshombres: algunos cantones alcanzan ya el 97-98% de seroprevalencia. Sin embargo, la incidencia masiva de la infección por #Omicron BA.5 aquí con tasas de hospitalización y positividad".

Diferentes respuestas inmunitarias

En las personas que cuentan con la pauta completa de vacunación, que no tenían ninguna infección previa por el SARS-CoV-2, la infección por omicron provocó un refuerzo inmunitario contra las variantes anteriores (alfa, beta, gamma, delta y la cepa original llamada Wuhan), pero menos contra el propio omicron. Los infectados con esta variante durante las distintas olas carecían de cualquier refuerzo en su respuesta inmunitaria.

Después de cada infección, el cuerpo produce células B de memoria. Resultó que entre 2 y 3 semanas después de la tercera dosis de vacunación, la frecuencia de detección de células B de memoria específicas para la cepa original y la variante delta era similar, pero se reducía significativamente en comparación con la variante omicron.

Además de la inmunidad de las células B, el estudio examinó la inmunidad de las células T en función de si las personas nunca se habían contagiado con el SARS-CoV-2 o si se habían contagiado con la cepa original, la variante alfa o la variante delta.

En cuanto a la capacidad de los linfocitos T para reconocer sitios (epítopos) de la proteína de la espiga, los inmunólogos observaron que la respuesta en los linfocitos T a los epítopos de la proteína de la espiga (dominio S1) de la cepa original y de las variantes alfa y delta era mucho más fuerte que a los de la variante omicron.

Diferentes respuestas inmunitarias

En las personas que cuentan con una triple vacuna y que nunca habían pasado el coronavirus, la infección por omicron provocó un refuerzo inmunitario contra las variantes anteriores (alfa, beta, gamma, delta y la cepa original llamada Wuhan), pero menos contra el propio omicron. Los infectados con esta variante durante las distintas olas de la pandemia carecían de cualquier refuerzo en su respuesta inmunitaria.

Después de cada infección, el cuerpo produce células B de memoria. Resultó que entre 2 y 3 semanas después de la tercera dosis de vacunación, la frecuencia de detección de células B de memoria específicas para la cepa original y la variante delta era similar, pero se reducía significativamente en comparación con la variante omicron.

Además de la inmunidad de las células B, el estudio examinó su inmunidad de las células T en función de si los individuos nunca se habían infectado con el SARS-CoV-2 o si se habían infectado con la cepa original, la variante alfa o la variante delta.

En cuanto a la capacidad de los linfocitos T para reconocer sitios (epítopos) de la proteína de la espiga, los inmunólogos observaron que la respuesta en los linfocitos T a los epítopos de la proteína de la espiga (dominio S1) de la cepa original y de las variantes alfa y delta era mucho más fuerte que a los de la variante omicron.

El inmunólogo Boyton señala: "Nuestro primer encuentro con el antígeno de la espiga, ya sea a través de la infección o la vacunación, da forma a nuestro posterior patrón inmunológico a través de la inmunoprecipitación."

Y aunque las vacunas adaptadas a omicron aún tardan en llegar, las enfermedades graves se previenen con las vacunas actuales en la gran mayoría de los casos.


Euronews





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