OPINIÓN de Sergio Ortiz
LA SEMANA POLÍTICA
EQUIPO DE MESSI PUEDE SER CAMPEÓN O SUBCAMPEÓN
El equipo argentino le ganó la semifinal a Croacia, ex integrante de la República Federativa Socialista de Yugoslavia de donde fue arrancada en los ‘90 por la acción separatista de Alemania, Estados Unidos y la OTAN.
Los que tienen de capitán a Lionel Messi golearon y pasaron a la final, con rival que se sabrá mañana, Francia o Marruecos (otro sí digo, qué lindo ver países coloniales jugando de igual a igual con viejas potencias que les afanaron todo durante siglos).
La clásica definición sobre qué es el fútbol, de Dante Panzeri, alude a “la dinámica de lo impensado”, pero eso no significa que sea un deporte totalmente espontáneo, carente de normas más o menos lógicas.
El team de Lionel Scaloni reúne varias características que lo han puesto en este podio. Juega en equipo, con unidad, calidad y garra. Tiene un crack y referente como Messi, pero varios otros jugadores de gran nivel como el joven Julián Álvarez. Se han preparado para este campeonato, con sacrificio, después de duros campeonatos en sus respectivos clubes. Hay un Director Técnico que los orienta bien y por lo general hace buenos cambios, no siempre. Ese DT tiene dos ayudantes que saben de este oficio y hablan con él todo el tiempo (me resulta desagradable cuando en el banco, al hablar, se tapan la boca con las manos).
Y, último pero no menos importante, como dicen los británicos, la selección no lleva de adorno la camiseta. La defienden con todo, con pierna fuerte incluso, porque esa celeste y blanca es patria y soberanía. Esto es así más allá de la conciencia política de los futbolistas, que suele ser baja, por lo general, con excepciones, como altas son sus remuneraciones.
Por esos atributos Argentina puede ser campeón o subcampeón en Qatar el 18 de diciembre.
En cambio el gobierno argentino se está yendo al descenso de la mano del FMI, porque viene aplicando desde 2021, especialmente desde el acuerdo de cogobierno de marzo de 2022, un plan fondomonetarista. Hay ajuste a los trabajadores y jubilados, menos gasto público, aumentos de tarifas, primarización de la economía, tasas de interés positivas, decaimiento de la actividad productiva, aumentos de precios y alta inflación, fomento de exportaciones y dólar diferenciado para los monopolios a fin de reunir divisas y pagar la deuda externa fraudulenta renegociada con Kristalina Georgieva.
Eso no es hacer goles, al menos no en el arco contrario. Son goles en contra. No hay equipo porque los tres referentes del gobierno están peleados entre sí, sin un capitán o capitana valorada por todos.
La gran diferencia es que la selección quiere ganar a todos en el torneo de la FIFA, en tanto el gobierno sigue las órdenes de Washington, para recibir reconocimiento de la Casa Blanca y algunos dólares del FMI, que vuelven a éste.
SE VAN AL DESCENSO Y PERDEMOS TODOS
El 10 de diciembre se cumplieron tres años de la asunción del presidente Alberto Fernández y la vice Cristina de Kirchner; era muy reciente la incorporación del tercer socio, Sergio Massa, del Frente Renovador y hombre preferido de la Embassy.
De aquella Plaza de Mayo repleta y feliz, con la multitud cantando el tema de Estelares “Hoy es un día perfecto”, a la tristeza política de hoy, se explica por la aplicación de un plan de ajuste.
El presidente tapa el sol con su mano, como si así pudiera ocultarlo. En su balance de gobierno se vanaglorió de ser el “único presidente, después de Néstor Kirchner, que logró hacer crecer a la Argentina tres años consecutivamente, que ha creado hasta el día de hoy un millón y medio de puestos de trabajo, que el trabajo registrado crece a un ritmo del 0,5% mensual, que las economías regionales se están movilizando y bien, que va a tener un récord de exportación”.
Cada una de esas medias verdades, mentiras reales, tiene su contexto y contraparte. Por ejemplo, el “crecimiento” tuvo que ver con el bajísimo punto de comparación inicial: el 2019 del desastre macrista y el 2020 de la pandemia. Pero aún así, el crecimiento de casi el 10 por ciento de 2021 apenas nos repuso en el mismo lugar del año anterior. Y los 4 puntos de aumento en 2022 son muy poco, sobre todo porque para 2023 en acuerdo con el Fondo la suba del PBI está prevista en 2. La recesión, que ya afecta a varios sectores, pone en duda ese pobre número.
El “aumento del empleo” debe matizarse porque más de un millón de esos puestos son precarizados y monotributistas, con salarios por debajo de la línea de pobreza, de 139.737 pesos en octubre pasado.
Incluso los empleos formales en gran medida tienen ingresos por debajo de la pobreza. El Centro de Economía Política Argentina, informó en agosto pasado: “los ingresos de la mitad de los asalariados registrados privados quedaron 12,4 puntos porcentuales por debajo de la línea de pobreza por ingresos medida para un hogar de 4 integrantes”.
Esos ingresos están siendo devorados por la inflación, que hasta octubre pasado fue del 76,6 en lo que va del 2022. Si en noviembre fue del 6, o algo menos, ya estaríamos en el 82,6 por ciento, con enormes ganancias de los monopolios formadores de precios y de quienes exportan y cobran en dólares.
El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), aseguró días atrás que hay 43,1 por ciento de pobres y dentro de éstos 8,1 por ciento eran indigentes. Eso da 17 millones de argentinos y argentinas pobres e indigentes. Sin los Potenciar Trabajo, AUH y otros planes la pobreza sería hoy del 50 por ciento, agregó la UCA.
Esa es la razón por la que este año no cantó Estelares ni hubo nadie en la Plaza. Cristina y Massa, estaban en otra cosa: ella con su causa judicial y renunciamiento, él en acuerdos de intercambio de información financiera con su jefe, el embajador yanqui Marc Stanley. Ambos se mandaron a guardar, en tanto el más tonto, AF, dibujó un balance positivo trucho que no le cree nadie. Le habló al espejo. Hasta Gabriela Cerutti le escapó al papelón.
HUEMULES Y SIERVOS ABREVAN EN INODORO PY
El grupo de jueces, fiscales y funcionarios macristas que viajó en octubre a la residencia del magnate Joe Lewis se autodenominó “Huemules” en su grupo de Whatsapp. Horacio Verbitsky, los llamó “Siervos”, con “s”, en El Cohete a la luna.
Apellidos más conocidos como Ercolini y los dos Mahiques, junto con otros menos citados en los medios, más el ministro de Seguridad de CABA, Marcelo D’Alessandro, cometieron como mínimo el delito de recibir dádivas, al aceptar ese par de días de vacaciones pagadas por el grupo Clarín, siendo recibidos en Bariloche por el CEO, Jorge Rendo.
Además de ese delito inicial, la fiscal Cándida Etchepare está investigando la posible comisión de otros, pues Huemules y Siervos aportaron facturas después del hecho para disimular quién les pagó los gastos.
Quedaría en principio en las sombras una cuestión más de fondo. ¿El grupo fue a Lago Escondido sólo a sentarse en una reposera como hacía Mauricio Macri, o fue a debatir más tranqui algunos asuntos políticos y judiciales de interés de la derecha política y Héctor Magnetto?
No hay muchos motivos para ser optimistas en la investigación. Esta mafia judicial y mediática tiene mucho poder de fuego y frente a ella el gobierno peronista capituló por partida doble en estos años (y buena parte de los anteriores). No hubo reforma judicial como prometió AF el 1 de marzo de 2020. Y no hubo nueva ley de medios ni reposición por decreto de la anterior, 26.522, mutilada por decreto macrista.
Pero como el escándalo de Lago Escondido es tan grande, quizás haya algún día un juicio y condena menor a algún cornudo. Difícil, pero no imposible.
Lo que sí parece difícil es que este suceso ponga sobre el tapete la existencia de inversionistas extranjeros y nacionales que detentan cientos de miles de hectáreas en la Patagonia y resto del país. Lewis, Benetton, Tompkins, Soros, Turner, etc, entre los foráneos, y Braun Menéndez, Fortabat, Blaquier, Urquía, Pérez Companc, entre los “locales”, tienen la parte de león de esta tierra. Y el león se come a los huemules y los ciervos. Nadie del sistema capitalista dependiente pone en cuestión esa ley de la selva…
La podredumbre de esa “Justicia” en general y de algunos magistrados, como Ercolini que instruyó esa causa Vialidad, se olfatearon en la condena a Cristina. El veredicto del Liverpool bonaerense (TOF 2) fue una pena a 6 años de cárcel e inhabilitación política perpetua para ocupar cargos públicos, si bien ahora ha comenzado un largo período de apelaciones.
La idea de los verdugos que acá no usan toga ni pelucas, pero son igualmente ridículos, es afectar políticamente al cristinismo y sacarla a CFK de la competencia de 2023. Si además va algún tiempo presa o a domiciliaria por razones de edad, tanto mejor para esa mafia.
La respuesta política y jurídica de la vicepresidenta, el mismo 6 de diciembre, fue muy sólida y convincente, algo que su abogado Carlos Beraldi había dejado claro en sus alegatos.
Cristina es la víctima, y lo es por razones políticas, sin que hubiera cometido delito que amerite aquella condena. Con las víctimas de injusticias es obligación solidarizarse y darles apoyo. Muchos lo hacen. También hay que movilizar en las calles para que los verdugos sepan que no tienen la vaca atada. No muchos movilizan.
Y hay que arremeter contra enemigos como Magnetto, sin darles ni un tranco de pollo. Lamentablemente la condenada le concedió algo que el dueño de Clarinete estaba buscando: renunció a cualquier candidatura en 2023.
En su discurso ante los delegados de la UOM ella había dicho “todo en su medida y armoniosamente”, cuando la apuraban con el “Cristina presidenta”. Sin embargo, el 6 de diciembre declaró que no sería candidata, ofreciendo a Clarín mucho más que un gran titular de tapa. Está bien no ser mascota de Magnetto, pero estuvo muy mal darle el brazo a torcer pues el monopolio se salió con la suya.
