OPINIÓN de Amy Goodman y Denis Moynihan.- El 17 de mayo de 1968, en medio de la calle principal de Catonsville, una localidad en las afueras de Baltimore, en Maryland, un grupo de sacerdotes y activistas católicos se agrupó en torno a una pequeña fogata que ellos mismos habían encendido y permanecieron allí rezando y cantando. Poco antes habían ingresado en una oficina de reclutamiento local del Ejército, de donde se llevaron 378 fichas de reclutamiento de los jóvenes de la categoría 1-A, que eran quienes tenían más probabilidades de ser llamados a filas para ir a la guerra en Vietnam. Quemaron las fichas con napalm de fabricación casera, hecho de gasolina y jabón en polvo, para simbolizar el uso por parte del ejército estadounidense del napalm contra civiles vietnamitas. Seis semanas antes, el 4 de abrilde 1968, Martin Luther King Jr. había sido asesinado en Memphis. El asesinato de Robert F. Kennedy ocurrió poco después.