OPINIÓN de Carola Chávez , Venezuela.- No habían terminado su festival de insultos, donde “tumor” fue el más suave de los improperios, y en plena repartición de culpas, que cayeron casi todas sobre los pendejos que los han soportado todos estos años, que les han consentido todas sus pataletas, siempre violentas, siempre desastrosas, que los han acompañado en esas misiones suicidas donde los muertos nunca son quienes las convocan; los que hicieron corto circuito con tanta incoherencia discursiva de unos líderes que los llevan como en un carrito chocón, y no votaron, coño, porque “no es no”, porque “calle, calle y más calle sin retorno forever”, porque “las dictaduras no caen con votos”, o porque “Ocariz es un güebón”…