OPINIÓN de Ilka Oliva Corado.- En Guatemala el chiste se contó solo: en el 2015, agarraron los sábados para ir a broncearse a las plazas del país y tomarse la foto del recuerdo, mientras se colgaban de los nombres de los mártires de la dictadura; con carteles, revolcaderas en el pavimento y somatando nicas, todo con tal de salir en la tele para después ponerse a gatas votando por la continuidad de las mafias en el gobierno. Cuando tenían la oportunidad de decir no a las elecciones e ir por la Asamblea Nacional Constituyente. Ejemplo claro de cómo no se deben hacer las cosas cuando lo que se busca es un cambio. Pero pues, estamos hablando de Guatemala.