Han sufrido largos, difíciles y traumáticos viajes. Forzados a huir de sus países de origen y a experimental la brutalidad en Libia, miles de menores migrantes llegan a Francia solos, sin sus familias, para, además, enfrentarse a una administración deliberadamente compleja e incapaz de brindarles la asistencia que tanto necesitan. Augustin Le Gall Mnores migrantes que llegan a Francia lo hacen tras padecer viajes de una violencia extrema, rutas que son cada vez más peligrosas debido a las políticas instauradas para disuadir a las personas de emigrar a cualquier precio. La angustia de jóvenes que logran sobrevivir y llegar a Francia se ve agravada por los abusos y el rechazo institucional organizado que soportan a su llegada al país. La designación administrativa establece que los “menores no acompañados” son menores de 18 años procedentes de otros países y que han llegado a Francia sin la compañía de sus familias. Algunos abandonan sus países de origen voluntariamente, pero la mayoría