OPINIÓN de Jorge Majfud En momentos de desaliento, me da mucha alegría cuando un camionero que va por una autopista en la noche de Nueva York o de Arizona me envía un mensaje de agradecimiento. De mi experiencia en EE.UU. he conocido estadounidenses de probado coraje intelectual como para denunciar no solo el racismo endémico de su país sino también el imperialismo centenario y mutante de Washington y sus megacorporaciones. Casi tantos como latinoamericanos que se ofenden ante cualquier crítica radical (que es la única crítica con alguna importancia) a las brutales intervenciones de Washington. Incluso, he conocido algunos “marines” a la vuelta de las trágicas guerras a las que fueron enviados en sus juventud, quienes son férreos críticos de esas mismas guerras, mientras los integrantes de las clases acomodadas (con sus medios dominantes y sus sirvientes dominados) en esos países colonizados y embrutecidos reaccionan furiosos cada vez que escuchan alguna crítica a esos poderes que so